Altas capacidades

Ni con 20 ni con 40: ¿A qué edad llegamos a nuestro máximo nivel de inteligencia?

Durante años se ha creído que la juventud es el pico de la inteligencia. Pero nuevos estudios en psicología cognitiva revelan una realidad mucho más compleja (y esperanzadora)

¿A qué edad somos realmente más inteligentes? La ciencia responde (y no es lo que crees)
¿A qué edad somos realmente más inteligentes? La ciencia responde (y no es lo que crees)Unsplash

¿Te has preguntado alguna vez si ya alcanzaste tu mayor nivel de inteligencia? ¿Si tus mejores años mentales quedaron atrás? La respuesta, según la psicología, es mucho más interesante -y esperanzadora- de lo que imaginamos.

Durante décadas, se asumió que la mente funciona como una curva ascendente en la infancia y la juventud, seguida por un lento pero inevitable descenso. Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que la inteligencia no tiene un solo pico, sino varios, y cada uno ocurre en un momento distinto de la vida.

No existe una única cima de la inteligencia, sino varias

¿A qué edad somos realmente más inteligentes? La ciencia responde (y no es lo que crees)
¿A qué edad somos realmente más inteligentes? La ciencia responde (y no es lo que crees)Unsplash

Joshua Hartshorne, investigador del MIT, lo resume con claridad: "En cualquier edad estás mejorando en algunas cosas, estás empeorando en otras y estás a medias en otras más". Hartshorne lideró el estudio más amplio hasta la fecha sobre capacidades cognitivas a lo largo de la vida, publicado en Psychological Science. Con datos de más de 48.500 personas evaluadas en línea, más experimentos presenciales, su equipo concluyó que cada habilidad mental tiene su propio calendario de desarrollo y declive. Por ejemplo:

  • La velocidad de procesamiento, es decir, la rapidez para entender y reaccionar a nueva información, alcanza su punto máximo alrededor de los 18 o 19 años.

  • La memoria a corto plazo llega a su mejor momento hacia los 25 años, y se mantiene estable por unos diez años antes de comenzar a disminuir.

  • La comprensión emocional, es decir, la capacidad de interpretar lo que sienten los demás, no se consolida del todo hasta los 40 o incluso los 50 años.

  • Y en pruebas de vocabulario y conocimiento verbal, los resultados más altos se registraron en personas entre los 65 y 75 años.

Inteligencia fluida vs. cristalizada: las dos caras del conocimiento

¿A qué edad somos realmente más inteligentes? La ciencia responde (y no es lo que crees)
¿A qué edad somos realmente más inteligentes? La ciencia responde (y no es lo que crees)Unsplash

La clave para entender este fenómeno está en distinguir los dos grandes tipos de inteligencia que manejan los psicólogos: la fluida y la cristalizada.

  • La inteligencia fluida es la capacidad para razonar rápidamente, resolver problemas nuevos o identificar patrones. Es la que solemos asociar con el talento natural, y tiende a alcanzar su punto máximo en la juventud.

  • La inteligencia cristalizada, en cambio, tiene que ver con el conocimiento adquirido, la experiencia acumulada, y la capacidad de aplicar lo aprendido en la vida real. Esta sigue desarrollándose incluso en edades avanzadas.

Lo explica con claridad el psicólogo Phillip L. Ackerman en su estudio publicado en The Journal of Gerontology: "Muchas tareas intelectualmente exigentes del mundo real no pueden realizarse sin un vasto repertorio de conocimientos y habilidades adquiridas con el tiempo."

En otras palabras: no basta con pensar rápido, también hay que saber qué hacer con esa rapidez. Nadie elegiría a una persona de 20 años, por muy brillante que sea, para realizar una cirugía compleja en lugar de un médico con 30 años de experiencia.

Entonces… ¿Cuándo somos más inteligentes?

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¿A qué edad somos realmente más inteligentes? La ciencia responde (y no es lo que crees)Unsplash

La respuesta honesta es: depende de qué entendamos por inteligencia. Si hablamos de reflejos mentales, probablemente a los 20. Si hablamos de sabiduría emocional, hacia los 50. Y si lo que importa es el conocimiento aplicado, incluso después de los 65. Lejos de ser una mala noticia, esto debería ser motivo de optimismo. Significa que nuestra mente no tiene una fecha de caducidad única, y que en cada etapa de la vida podemos brillar de maneras distintas.