Educación
Los estudiantes de carreras científicas caen un 30 % desde el año 2000
El estudio revela una baja predisposición de las mujeres hacia los estudios tecnológicos así como un menor peso en las universidades privadas de estas asignaturas
El Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), junto con la Conferencia de Rectores (CRUE), han publicado un estudio denominado “La contribución socioeconómica del Sistema Universitario Español”. A la presentación, ha asistido el ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, Pedro Duque.
Los resultados obtenidos alertan de la decreciente solicitud de las asignaturas de ciencias e ingenierías, que representan en nuestro país tan solo el 18,4 % y 5,9 %, respectivamente, frente a la media del 21,2 % y del 8,1 % de la Unión Europea.
Según el informe, cuando más falta hacen formaciones STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas) para el cambio del sistema productivo del país, los datos reflejan una bajada del 30,5 % de sus estudiantes desde 2000, por su menor peso en universidades privadas o por la baja predisposición de las mujeres hacia ellas.
"Sin suficientes ingenieros, matemáticos, físicos, químicos nos quedaremos fuera de la Revolución 4.0 -como ya nos ocurrió en otras épocas de nuestra historia- y seremos tecnológicamente dependientes", ha augurado el presidente de CRUE y rector de la Universidad de Córdoba, José Carlos Gómez Villamandos.
El director del informe, José Manuel Pastor, y Joaquín Aldás, uno de sus autores, han denunciado que “el problema” del bajo número de matriculaciones en carreras STEM “ocurre a la vez del cambio tecnológico”, lo que califican de “grave”, ante los datos tan llamativos para los expertos.
Han especificado que además de la cuestión del género, respecto al bajo número de mujeres que eligen la rama científica de estudios superiores, está el hecho de que las nuevas generaciones no ven compensado "el esfuerzo adicional" que supone estudiar esas carreras con un buen salario.
La “solución” a este problema pasa por “un fomento vocacional” desde las etapas obligatorias de la enseñanza y en el Bachillerato, afirman los investigadores.
En cuanto a la universidad como ascensor social, se afirma que cuanta mejor ocupación tienen los padres aumenta hasta en un 25 % la posibilidad de que un joven haga estudios superiores y luego mejorarán su inserción laboral y social frente a una persona con progenitores sin estudios.
"El acceso a la formación universitaria no está garantizado por igual a todos los ciudadanos", critican los expertos del Ivie tras subrayar esos determinados factores que favorecen u obstaculizan.
Por otro lado, el informe concluye que el Sistema Universitario Español (SUE) devuelve a la sociedad 4,3 euros por cada euro que han invertido las administraciones públicas en su financiación desde el punto de vista de rentabilidad fiscal, además de generar al país el 9,8 % del capital humano y el 27,8 % del capital tecnológico.
A nivel de cifras macroeconómicas, el SUE tiene un presupuesto de 10.000 millones de euros, la universidad proporciona empleo directo a más de 180.000 personas y su impacto económico representa un 2,12% del PIB.
Por último, el estudio recalca que los universitarios tienen comportamientos más altruistas y participativos -aportaciones a ONG o donaciones de sangre-, mantienen actitudes más favorables hacia la igualdad de género y están mejor informados en temas medioambientales.
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