Mascarilla cruzada: la solución definitiva para los que usan gafas

Las autoridades sanitarias advierten de que a partir de ahora tendremos que acostumbrarnos a que la mascarilla forme parte de nuestros atuendo cuando salgamos a la calle y que esta realidad durará meses.

Está claro por tanto, que el uso de mascarillas será obligatorio cuando nos incorporemos a lo que llaman la “nueva realidad” pero resulta especialmente incómodo para las personas que usan gafas. La propia respiración acaba empañando los cristales, lo que dificulta ver con claridad.

Mucho se ha hablo estos días de diferentes trucos para evitar que el vaho empañe los cristales de nuestras gafas, desde los que recurren a la química a los que aseguran que basta con el modo en el que colocamos nuestra mascarilla.

El más conocido es el truco viral del jabón que consiste en pasar una pastilla de jabón seco por ambos lados de los cristales y a continuación limpiarlas con un paño o gamuza como solemos hacer habitualmente. Esto crearía una película que evitaría que el cristal se empañase. Otros usuarios de redes sociales también aconsejan lavar las gafas con agua con fairy o aplicarles un poco de abrillantador de lavaplatos y luego secarlas.

Otras de las soluciones más virales sería colocar la mascarilla por debajo de las gafas, doblando el extremo superior de la mascarilla y colocando un esparadrapo en el puente nasal o sellarlas por arriba para evitar la entrada de aire.

Pero ahora corre como la pólvora en redes sociales una solución mucho más sencilla y que promete ser eficaz. El truco está simplemente en la forma de colocar la mascarilla.

Bastaría con cruzar las gomas de la mascarilla para mejorar su ajuste e impedir así que se empañen los cristales. Y es que todas las soluciones se basan en un mismo principio: evitar que el aire salga hacia arriba, redirigiéndolo por las mejillas hacia atrás. Esto se puede conseguir ajustándola mejor a la cara, cruzando las gomas a la altura de las orejas lo que permite ceñirla mejor a la barbilla y la nariz.