La Palma

Los niños vuelven al colegio en las zonas afectadas por el volcán

Los profesores intentan que la normalidad se recupere pese a las reticencias de muchos padres

Niños de Canarias que iniciaron el curso en septiembre
Niños de Canarias que iniciaron el curso en septiembreÁngel Medina G.EFE

Apunto de cumplir los treinta días desde que comenzó la erupción del volcán en La Palma, muchos niños y niñas de varios municipios afectados vieron paralizadas sus clases escolares a causa del peligro que podía suponer permanecer en las aulas con un fenómeno fuera de ese calibre. Después de más de tres semanas, los escolares de varios lugares de Los Llanos y El Paso vuelven al colegio este lunes siendo muy conscientes de que la catástrofe aún no ha terminado, pero la vida y el aprendizaje, siempre que no se corra ningún riesgo, debe continuar.

Las escuelas que han quedado en pie, porque el volcán se ha llevado por delante dos escuelas unitarias: la de Los Campitos, en El Paso, y la de Todoque, en Los Llanos de Aridane, y ha dejado incomunicados otros tres. En total, son 123 los niños afectados por la destrucción y cierre de estas escuelas. Muchos de los padres de los chavales y chavalas afectados por el cierre o desaparición de las escuelas quieren que sus hijos vayan cuanto antes a clase, aunque sea en un aula nueva, y hay otros que necesitan más tiempo para tomar una decisión porque, de momento, «no soportan volver al Valle de Aridane, ni el rugido del volcán», confesaba uno de ellos.

Muchos profesores y padres aseguran que volver a la rutina, «les hará bien» al estar con sus compañeros y con sus profesores, para «sentirse arropados» y desconectar por unas horas del drama cotidiano que viven en sus familias.

La colada del flanco norte, que rodeó la Montaña de La Laguna por el oeste, se encuentra ya a unos 200 metros de la caída del acantilado de la Playa de la Viña, en Tazacorte, tras arrasar varios cultivos de plataneras por la zona. Este brazo baja a una velocidad de 15 metros por hora, según el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) y transita a unos 300 metros del cementerio del municipio de Tazacorte.

La colada que se adentró en la zona platanera al norte, en Tazacorte, avanza con gran posibilidad de alcanzar el mar, «pero no sabemos cuándo», afirma Morcuende. Está a unos 200 metros de distancia de la costa oeste de La Palma. Si se mantiene la velocidad actual, podría ser antes del anochecer, o durante la noche. Esto significaría el inicio de la creación de una nueva fajana o delta lávico situado más al norte que el anterior, que de momento, roza las 40 hectáreas de terreno sobre el océano.

Según explicó Miguel Ángel Morcuende, director técnico del Plan de Emergencia Volcánica de Canarias (Pevolca), esta colada, junto a la que transita por encima del núcleo de La Laguna, son las que mayor energía térmica están recibiendo, según el registro de las cámaras de temperatura que se están utilizando para contabilizar la energía, con un mayor aporte de lava desde el punto de emisión del cono volcánico.

La dirección de esta colada norte, según los estudios realizados sobre mapas de peligrosidad, es tendente a caminar hacia el sur y coger la montaña de La Laguna por su parte sur. En cualquier caso, los expertos «no descartan otra posibilidad».

Los científicos aseguran que durante este último día, la calidad del aire no se ha visto empeorada a pesar de la entrada de aire subsahariano, «los niveles han estado desde ayer, por debajo de los umbrales de peligrosidad, por lo que no hay motivo de preocupación» apunta la portavoz del Instituto Geográfico Nacional (IGN), María José Blanco. También, señala que las condiciones meteorológicas y la disposición del viento que actualmente está derivando la nube de ceniza hacia el norte y nordeste de la isla, se mantendrá hasta el 19 de octubre.

Con respecto a la sismicidad, los expertos aseguran que continuará produciendo episodios de terremotos continuados sentidos por la población ya que «está dentro de un proceso normal dentro de una erupción volcánica». Además, remarcan que no hay motivo de preocupación ante la aparición de un nuevo centro emisor de lava en las inmediaciones del actual, una respuesta del IGN ante la preocupación de muchos vecinos de Villa de Mazo y Fuencaliente que temen por la aparición de una nueva boca por su zona.

El recuento de daños a infraestructuras y hectáreas afectadas no ha sido actualizado por los expertos del Pevolca. Sin embargo, el volcán de La Palma ha llegado ya a la cifra destructiva de casi 2.000 construcciones o edificaciones dañadas o sepultadas después de casi un mes de actividad.

De esas construcciones, 854 son viviendas de uso residencial, según datos obtenidos hasta la jornada del 16 de octubre. El resto, unas 1.100 son construcciones de otra tipología. La anchura máxima de la colada es ya de 2.350 metros.

Ayer los científicos hicieron un resumen de lo que ha pasado hasta ahora. No se cansan de repetir que se trata de una erupción estromboliana «de manual», que cumple todo lo que se podía esperar de un fenómeno de estas características en Canarias.

Sin embargo, por «normal» que sea en términos geológicos, las cifras de este volcán son apabullantes: un volumen de materiales volcánicos expulsados solo en un mes que hubieran llenado dos veces todos los embalses de Gran Canaria, miles de pequeños terremotos con los que el subsuelo de La Palma no ha dejado tranquilo ni un solo día y el 1 % de la isla cubierta de «malpaís».