Unión Europea
El cargador único para todos los dispositivos será realidad en 2024
Se pretende ahorrar 250 millones de euros y evitar 11.000 toneladas de desperdicios
A finales de 2024 tan sólo será necesario un único cargador universal de tipo USB-C para teléfonos móviles, tablets y cámaras, y esta obligatoriedad se extenderá en la primavera del año 2026 a los ordenadores portátiles. Así lo acordó este martes el Parlamento Europeo, en lo que supone el paso definitivo antes de la puesta en marcha de esta iniciativa.
De esta forma, se pretende actuar en un doble flanco: evitar los residuos electrónicos que tanto daño producen en el medio ambiente, y también mejorar la capacidad de elección y el ahorro de los consumidores, que ya no tendrán que comprar otro cargador cada vez que adquieran un nuevo dispositivo.
En realidad, la lucha de las instituciones europeas no es nueva, sino que constituye una prioridad del Ejecutivo comunitario desde el año 2009, cuando Bruselas acordó un pacto voluntario con la industria que expiró en 2014. En estos años, Bruselas consiguió reducir de 30 a 3 los cargadores existentes en el mercado: el USB 2 Micro B, el USB-C y el Lightning, exclusivo de Apple. Pero ahora se trata de convertir lo voluntario en obligatorio.
Aunque esta medida no señala a ninguna compañía en concreto, resulta evidente que la directiva aprobada ayer tiene como principal objetivo doblegar a Apple para que dé su brazo a torcer. Aunque la propuesta presentada inicialmente por el Ejecutivo comunitario hace aproximadamente un año dejaba fuera a los ordenadores portátiles debido a sus especificidades técnicas, el acuerdo final refrendado por el Parlamento Europeo sí los ha incluido, aunque en este caso el texto concede más tiempo a la industria para adaptarse a la situación.
Quedarán exentos de esta normativa los dispositivos comercializados con anterioridad a las dos fechas antes mencionadas. La obligatoriedad del puerto USB antes del final de 2024 también incluye a videoconsolas portátiles, auriculares, teclados, ratones, altavoces móviles o sistemas de navegación.
Según los datos de la Comisión Europea, en 2020 se vendieron en la Unión Europea 420 millones de teléfonos móviles y otros dispositivos. De media, los consumidores europeos tiene tres cargadores de móvil, de los que tan sólo suelen utilizar dos de manera frecuente.
A pesar de esto, el 38% de los compradores asegura haber experimentado problemas al menos una vez por no poder cargar el móvil al no disponer de un cargador compatible. Con esta iniciativa, el Parlamento Europeo calcula que se podrán ahorrar 250 millones de euros al año y evitar 11.000 toneladas de desperdicios cada año.
Venta por separado
Esta nueva normativa también garantiza que todos los dispositivos de recarga rápida operen con la misma velocidad y los folletos de los aparatos informen sobre las características de carga. De esta forma, será más fácil para los consumidores saber si los cargadores de los que ya disponen resultan compatibles con una nueva adquisición. Además, esta directiva también exige que los aparatos pueden venderse de manera separada, sin un nuevo cargador en el lote de compra.
Según vaya desarrollándose la tecnología que no necesite de carga electrónica, la Comisión Europea revisará los requisitos de interoperabilidad, con el objetivo también de que los compradores no queden a merced de un único fabricante y su libertad de elección se quede mermada.
La Unión Europea espera convertirse en un ejemplo para el resto del mundo. Según el ponente de este informe en la Eurocámara, el socialdemócrata maltés Alex Saliba, la propuesta finalmente aprobada es mucho más ambiciosa que la esbozada inicialmente por el Ejecutivo comunitario.
«Hemos multiplicado por dos la lista de productos cubiertos y hemos incluido los ordenadores portátiles, lo que será una revolución para los ciudadanos», explicó ayert el europarlamentario.
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