¿Cada cuánto tiempo deberíamos cambiarnos de pijama?

Para encontrar las primeras referencias al uso del pijama debemos remontarnos, nada más y nada menos, que al Imperio Otomano del siglo XV. De hecho, la palabra “pijama” se deriva de “pae-jama”, que es una palabra en urdu que viene a decir algo así como “ropa para cubrir la pierna”. Por aquel entonces, tanto las mujeres como los hombres europeos utilizaban como prenda para dormir esas camisolas tan poco favorecedoras.

Y no fue hasta el siglo XVIII cuando el pijama se empezó a popularizar entre las clases altas europeas, después de que los británicos lo importasen desde sus colonias orientales. La revolución industrial y la adopción generalizada del sistema de libre mercado permitieron la democratización del pijama… así como su expansión a lo largo y ancho del globo.

Y a medida que esto sucedía, también se fue generando una brecha que dividiría al mundo para siempre entreaquellos que prefieren dormir desnudos… y aquellos que prefieren hacerlo con pijama. Y la mayoría de la gente ya ha escogido bando. Sin embargo, es previsible que este invierno sean muchos los que se vean en la tesitura de cambiar temporalmente sus hábitos y se sumen a los “pijamistas”. Porque los precios de la energía han hecho que dormir en pelota picada se haya convertido en un capricho accesible solamente para unos pocos.

¿Cada cuánto tiempo debemos cambiarnos el pijama?

Como suele ocurrir, esta situación tiene sus pros y sus contras. Como punto positivo podemos señalar que el pijama -además de mantenernos calentitos a un precio muy asequible- nos permite salir de la cama y pasear por la casa sin tener que vestirnos primero. Lo malo es que vamos a tener que echar a lavar el pijama con frecuencia. No se trata de un asunto puramente estético… ni es algo que debamos hacer únicamente cuando tengamos visita.

Cuando tardamos mucho tiempo en lavar una prenda que está tanto tiempoen contacto directo con la piel como el pijama, se pueden generar infecciones, cistitis y alteraciones en la dermis.

Y esto es especialmente cierto cuando los pijamas no se lavan durante dos o más semanas… cosa que parece suceder a menudo, de acuerdo con un encuesta realizada por la empresa de colchones Ergoflex; que determinó que los hombres utilizaban cada pijama durante 14 días seguidos y las mujeres lo hacían durante 17 días, aproximadamente. Cuando esto ocurre, los microbios y las bacterias difícilmente se irán con un solo lavado. Y por eso los expertos recomiendan que nos cambiemos de pijama cada tres o cuatro días.