Estudio
Alzheimer: los análisis de sangre más eficaces para detectar la enfermedad
Reconocen la patología incluso en personas sin síntomas y, por lo tanto, podrían usarse como estrategia para seleccionar participantes para nuevos ensayos
El método habitual para el diagnóstico del Alzheimer consiste en una visita con el neurólogo. El médico revisará el historial clínico de la persona con dificultades cognitivas y hará un examen médico completo, que debería incluir una prueba de neuroimagen -TAC o resonancia magnética- y un análisis de sangre. Investigadores de la Universidad de Lund y de la Universidad de Gotemburgo (Suecia) han identificado los análisis de sangre que son más eficaces para detectar la enfermedad, así como aquellos que pueden servir para analizar los resultados de los tratamientos.
El estudio, publicado en ‘Nature Medicine’, ha mostrado que múltiples biomarcadores sanguíneos, a saber, fosfo-tau231 y Abeta42/40, fueron suficientes para identificar el Alzheimer, incluso en los participantes sin síntomas y, por lo tanto, podrían usarse como estrategia para seleccionar a los pacientes para nuevos ensayos de modificación de la enfermedad, una tarea que actualmente requiere técnicas costosas de imágenes moleculares o punciones lumbares.
Sin embargo, durante los 6 años de prueba, se demostró que solo el fosfo-tau217 estaba relacionado con la patología de la enfermedad de Alzheimer, una disminución en el rendimiento cognitivo y una mayor atrofia cerebral típica de la enfermedad de Alzheimer incipiente. Por lo tanto, fosfo-tau217 será un marcador ideal para la detección de efectos modificadores de la enfermedad relevantes de intervenciones novedosas.
“Los análisis de sangre distintivos pueden ser óptimos para la identificación de la patología de Alzheimer o para monitorear la progresión de la enfermedad y, por lo tanto, tienen diferentes roles en los ensayos clínicos”, ha explicado el primer autor del estudio, el Dr. Nicholas Ashton de la Universidad de Gotemburgo. “Este estudio ha demostrado que fosfo-tau217 se encuentra en una posición única para ser una prueba óptima para monitorear pacientes tanto en un entorno clínico como en un entorno de prueba debido a su asociación longitudinal con el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer”.
Un aspecto importante de este estudio fue que p-tau217 pudo monitorear dichos cambios en la patología y la cognición en etapas muy tempranas del proceso de la enfermedad. Este hallazgo se replicó en una cohorte independiente de EE UU, el Registro de Wisconsin para la Prevención del Alzheimer (WRAP). “Además de mejorar el diseño de los ensayos clínicos, los análisis de sangre revolucionarán los diagnósticos de las primeras etapas de la enfermedad de Alzheimer”, han zanjado los investigadores.
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