Salud

Descubren un efectivo tratamiento para la artritis reumatoide gracias a los probióticos

Una sola pastilla redujo drásticamente los signos de hinchazón alrededor de las articulaciones de ratones con la enfermedad

La artritis reumatoide es un trastorno inflamatorio autoinmunitario crónico que afecta al 1% de la población mundial y puede conllevar a graves problemas de salud.
La artritis reumatoide es un trastorno inflamatorio autoinmunitario crónico que afecta al 1% de la población mundial y puede conllevar a graves problemas de salud.larazon

Laartritis reumatoide es una enfermedad inflamatoria crónica y de naturaleza autoinmune que ocurre cuando el sistema inmunitario ataca por error los tejidos del cuerpo. Afecta principalmente a la membrana sinovial, el tejido que recubre las articulaciones, causando dolor, inflamación, rigidez y pérdida de la función móvil de estas. A largo plazo, la inflamación articular puede provocar deformidad y pérdida de movilidad en las zonas afectadas, llegando a ser incapacitante en los casos más extremos. Asimismo, y cuando la enfermedad ya está avanzada, puede dañar a otros órganos y tejidos, como el corazón o los pulmones. En España, esta enfermedad inflamatoria afecta a unas 300.000 personas, según datos del estudio EPISER. Además, se estima que cada año, son diagnosticados alrededor de 20.000 nuevos casos, cifra que hace recordar la importancia de atender una de las enfermedades reumáticas más discapacitantes que existen.

Ahora, un equipo de investigadores del Baylor College of Medicine (Estados Unidos) acaba de desarrollar un nuevo método para administrar el tratamiento para la artritis reumatoide que no requiere inyecciones y que podría ser tan fácil como tragarse una pastilla. “A la gente no le gusta que le pongan inyecciones el resto de su vida. En este estudio, exploramos la posibilidad de utilizar la bacteria probiótica ‘Lactobacillus reuteri’ como una novedosa plataforma de administración oral de fármacos para tratar la artritis reumatoide en un modelo animal”, comenta la doctora Christine Beeton, coautora del estudio, que se ha publicado en la revista científica ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’.

Trabajos anteriores del laboratorio de Beeton habían demostrado que un péptido, el ShK-235, que normalmente se encuentra en el veneno de las anémonas de mar, reduce de forma eficaz y segura la gravedad de la enfermedad en modelos de artritis reumatoide en ratas. “Sin embargo, el tratamiento con péptidos requiere inyecciones repetidas, lo que reduce el cumplimiento del paciente, y la administración oral directa del péptido tiene una eficacia baja”, resalta Beeton. En este estudio, el equipo aplicó la bioingeniería al probiótico ‘L. reuteri’ para que segregara el compuesto antiinflamatorio directamente en el torrente sanguíneo, lo que permite que dosis más altas lleguen a las articulaciones. Los científicos Eligieron ‘L. reuteri’ porque se trata de una bacteria autóctona de los intestinos humanos y de otros animales. Además, se utiliza desde hace tiempo en la industria alimentaria y está reconocida como segura por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos y tiene un excelente perfil de seguridad en bebés, niños, adultos e incluso en población inmunodeprimida.

Los investigadores administraron a ratas con síntomas similares a los de la artritis reumatoide estas bacterias secretoras de péptidos. Comprobaron que una sola dosis redujo drásticamente los signos de hinchazón alrededor de las articulaciones, y que las ratas se movían mucho más libremente después del tratamiento. Ahora, esperan avanzar hacia los ensayos en humanos. “Los resultados son alentadores. La administración diaria de estas bacterias secretoras de péptidos, denominadas LrS235, redujo drásticamente los signos clínicos de la enfermedad, incluida la inflamación articular, la destrucción del cartílago y el daño óseo en un modelo animal de artritis reumatoide”, asegura Beeton.

Los científicos hicieron un seguimiento de la bacteria LrS235 y del péptido ShK-235 que segrega en el interior del modelo animal. Comprobaron que, tras alimentar a ratas con LrS235 vivas que segregaban ShK-235, podían detectarlo en la circulación sanguínea. Aunque afirman que se necesita más investigación para llevar este novedoso sistema de administración de fármacos a la clínica, prevén que el tratamiento se podría facilitar a los pacientes en el futuro. “Estas bacterias podrían almacenarse en cápsulas que pueden guardarse en la encimera de la cocina. Un paciente podría tomar las cápsulas cuando esté de vacaciones sin necesidad de refrigeración ni de llevar agujas y continuar el tratamiento sin los inconvenientes de las inyecciones diarias”, concluye la investigadora.