Psicología
Si alguien saca estos temas en una conversación, está demostrado que tiene un bajo coeficiente emocional
La palabra muchas veces nos sirve como mapa de la mente de un individuo

La conversación es un arte que va mucho más allá de la simple necesidad de hablar. Se trata de un proceso de destrezas, de escucha activa, empatía y la capacidad de establecer una conexión genuina con la otra persona. Delicada en su funcionamiento, es incomparable cuando se realiza correctamente y flagrantemente evidente cuando falla.
Lachlan Brown experto en inteligencia emocional y mindfulness ha observado a lo largo de su carrera que muchas personas no comprenden cómo funciona una conversación. "No es que sean groseras o malintencionadas, sino que están desconectadas. Reaccionan en lugar de conectar."
Seguro que te ha pasado. Estáis en grupo y alguien comenta algo desafortunado o preguntan por un tópico delicado. De acuerdo con Brown esta gente que constantemente sacan a relucir ciertos temas en las conversaciones cotidianas, sobre todo en momentos relajados, sociales o de vulnerabilidad emocional, carecen de algo crucial: la inteligencia emocional.
6 temas que sacan las personas con poca inteligencia emocional
Estatus social y poder adquisitivo
Todos conocemos a alguno. No llevaís ni cinco minutos hablando y ya sabes cuánto le cuesta su apartamento, qué marca de reloj tiene y cuánto dinero gana con ingresos pasivos. Si bien es verdad que todos nos enorgullecemos de nuestros logros, quizá no sea el mejor lugar por donde empezar una conversación.
Cuando alguien centra constantemente la conversación en lo material no genera admiración sino distancia. Esto hace que el ambiente parezca competitivo, no conectado.
Tal y como explica Brown "la conexión se basa en quién eres, no en lo que tienes".
Defectos ajenos (y no tan ajenos)
Esto es algo muy común entre la gente. Una cosa es comentar una decepción momentáneamente y otra muy distinta es analizar a fondo el carácter de alguien a sus espaldas. Las personas con alta inteligencia emocional no menosprecian a los demás para ganar popularidad.
"Un antiguo conocido solía comentar lo falsos o manipuladores que eran algunos amigos, siempre con una sonrisa, siempre con un tono sarcástico. Al principio, estuve de acuerdo, pero con el tiempo me di cuenta: esta persona no era sincera", cuenta Lachlan Brown en su artículo.
A todos nos gusta quejarnos…pero no tanto
Hay una diferencia entre la vulnerabilidad y la queja constante. La primera crea una conexión, la segunda aleja a la gente. Alguien que en cada conversación vuelve a lo miserable que es y nunca pregunta cómo están los demás carece de empatía y autoconciencia.
Uno puede compartir sus dificultades, pero también debe de saber cuándo cambiar de tema. En otras palabras, es necesario poner límites emocionales, incluso con nosotros mismos.
Temas controvertidos en momentos inapropiados
Todos hemos tenido algún momento metepatas, algo que dijimos no resultó agradable. Sin embargo, el problema está en la habitualidad. Todos conocemos a alguien que cree que una cena es el momento perfecto para hacer declaraciones políticas o religiosas contundentes , a menudo sin venir a cuento.
Algunas conversaciones requieren confianza , tacto y el contexto adecuado. De lo contrario, no es más que un monólogo en una sala llena de gente.
Sobreexposición para la validación
Hay quién en un intento de agradar acaba por exponerse demasiado en momentos inoportunos. Estos a menudo suelen intentar apresurar la intimidad pero esto resulta contraproducente, ya que en lugar de confianza, genera incomodidad.
Es importante tratar de entender el ritmo de las relaciones y no presionar. Recogiendo las palabras de Brown,"la verdadera vulnerabilidad se mide. No es una actuación."
Comparación y revisión
"Hacen muy buena pareja pero seguro que de puertas para dentro no son así", "Es simpático, pero yo jamás viviría en esa zona", "Yo también podría haberlo hecho si hubiera tenido tiempo"… A cada virtud se le añade un defecto, no vaya a ser que la gente tenga derecho a vivir su vida sin ser juzgada.
Todos conocemos algún caso así, alguien que es incapaz de decir algo bueno de los demás. Esto a la larga no genera relación sino que agota al receptor.
La comparación es enemiga de la conexión. Cuando alguien menosprecia a los demás, lo que realmente está diciendo es "me siento inferior y no sé qué hacer al respecto". Es muy importante entender que no se necesita compararse a uno mismo con nadie ni juzgar para sentirse parte de una conversación.
Cómo mejorar tus dotes conversacionales
No a todos se nos ha dado el don de la palabra y el encanto. Para mucha gente entablar una conversación puede ser una tarea titánica. Sin embargo, una buena conversación es más fácil de lo que parece.
De acuerdo con los especialistas con tener un tema de conversación a la par de una actitud positiva y abierta, ya tienes medio camino recorrido. Estas dos características pueden ayudar a dar paso a momentos agradables de paz o alegría que facilitan la interacción personal e incluso los negocios.
Ten también en cuenta que una buena conversación no consiste sólo en lo que dices, sino también en lo bien que escuchas, lo que significa estar presente plenamente y responder de una manera que demuestre comprensión.
La escucha activa también te ayuda a captar detalles que puedes retomar más adelante en la conversación, lo que te ayudará no sólo a expandir tus puntos de conversación en el futuro sino a conocer al emisor de manera más profunda y generar un posible vínculo.