Opinión

«Cardiosalud», una epidemia silenciosa

Médicos y pacientes piden que España lidere el compromiso de la UE contra la enfermedad cardiovasacular durante su presidencia rotatioria de la Comisión Europea

Portrait of woman doctor with holding red heart.
Portrait of woman doctor with holding red heart.Dreamstime

El pasado martes se presentó en la sede del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) un llamamiento para que la salud cardiovascular sea prioridad política durante la presidencia española de la Unión Europea. Este comunicado ha sido respaldado por la Federación de Asociaciones Científico-Médicas Españolas (FACME), la Sociedad Española de Cardiología (SEC), la Fundación Española del Corazón (FEC), CardioAlianza, la Sociedad Española de Cirugía Cardiovascular y Endovascular (SECCE), la Fundación Cirugía y Corazón y la EU Structural Heart Disease Coalition.

La preocupación que tenemos los médicos ante la escasa implementación de programas de prevención de enfermedades cardiovasculares ha sido el motor de esta iniciativa. A pesar de todas las propuestas que se han intentado propulsar durante los últimos años –desde sociedades científicas y el CGCOM–, su materialización y ejecución sigue siendo insuficiente.

La salud cardiovascular es una de las principales inquietudes de la comunidad médica y científica a nivel global. En Europa, la obesidad infantil y el sedentarismo son dos de los principales factores que contribuyen al aumento de las enfermedades de esta naturaleza.

España es uno de los países europeos con mayor incidencia. Actualmente, las enfermedades cardiovasculares afectan en torno al 10% de la población española, y constituyen la primera causa de muerte y de ingreso hospitalario en nuestro país. Las cifras son tan alarmantes como reveladoras: cada 4 minutos muere una persona en nuestro país por enfermedad cardiovascular, lo que se traduce en unas 120.000 muertes y 580.000 ingresos hospitalarios al año. Las enfermedades cardiovasculares, sin ser particularmente mediáticas, matan 70 veces más población que los accidentes de tráfico.

Causa del 40% de las muertes en la UE

Hablamos de epidemia silenciosa porque no son patologías fácilmente detectables desde sus inicios. Están inexorablemente vinculadas a los hábitos de vida de una población que sigue sin estar concienciada de manera eficaz. En la UE, los datos son igual de preocupantes: estas enfermedades son la causa de casi el 40% de muertes: más de 2 millones de personas al año. La obesidad infantil, el tabaquismo, la hipertensión, las diabetes no tratadas y el sedentarismo hacen que estas cifras presenten, desde hace años, una tendencia creciente y sin precedentes.

La obesidad infantil es un tipo de malnutrición que afecta a cada vez más niños y niñas de todo el mundo. En Europa, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el porcentaje de población infantil con sobrepeso u obesidad se sitúa en torno al 25%. En nuestro país, este porcentaje es algo menor, suponiendo aun así una incidencia alarmante. La obesidad infantil es un factor de riesgo frente a enfermedades cardiovasculares como la hipertensión arterial, la diabetes tipo 2 o el aumento del colesterol en sangre.

Además, existe una distorsión significativa en la percepción del sobrepeso de los niños y adolescentes. El 22,5% de los niños y niñas españoles de entre 5 y 19 años presentan sobrepeso u obesidad pese a no existir conciencia de ello en su entorno familiar. El sedentarismo de nuestros jóvenes queda infravalorado bajo una falsa percepción de dinamicidad y altos niveles de actividad física y deporte que, por naturaleza, deberían presentar a esas edades. Sin embargo, nos enfrentamos a una juventud que cada vez emplea más tiempo de ocio sentada frente a pantallas, sustituyendo la vida presencial por la virtual, en redes sociales y videojuegos, ambos sumamente adictivos. El coste de oportunidad de elegir la pantalla frente a la vida activa va a ser siempre en beneficio del sedentarismo.

Ante a esta preocupante realidad, son muchos los países que han demandado ya una mayor atención pública para aplacar el avance de estas enfermedades mediante un Plan Europeo en Salud Cardiovascular. Sin embargo, seguirá siendo un esfuerzo fútil mientras no vaya acompañado de un verdadero impulso político. Desde el CGCOM y la SEC consideramos que el Gobierno de España, durante su presidencia europea, juega un rol determinante por responsabilidad, coherencia y urgencia social.

No hay avances significativos

Es imprescindible promover en España, y desde el entorno europeo, programas de vida cardiosaludable que incidan en la lucha contra el tabaquismo, que promuevan dietas saludables y que enfaticen la importancia de la practica moderada de ejercicio. Es necesario centrarse en la divulgación y la prevención, porque serán las garantes de la salud y calidad de vida de la población a corto, medio y largo plazo.

Queremos manifestar nuestra preocupación por la falta de avances tangibles en la mejora de la prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de las enfermedades cardiovasculares, y el nulo desarrollo, tras más de un año de publicación de la nueva Estrategia en Salud Cardiovascular del Sistema Nacional de Salud, a pesar del acuerdo unánime del Consejo Interterritorial del SNS al desarrollo de dicha iniciativa.

Este llamamiento conjunto hace visible la gran preocupación existente en la sociedad civil por abordar los principales problemas de salud de la población. No cabe duda de que, en un país de creciente envejecimiento como España, la mejora de la salud cardiovascular debe ser prioridad política, social y económica. Además, de manera complementaria defendemos la necesidad de divulgación y formación en técnicas de RCP básicas para la ciudadanía. Esta práctica ha demostrado salvar muchas vidas y, además, conseguir un fuerte efecto preventivo por el impacto que produce su aprendizaje.

Por todo ello, hemos pedido al nuevo ministro de Sanidad, José Manuel Miñones, que aproveche la oportunidad que brinda la Presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea entre julio y diciembre de 2023 para poner en el foco estas enfermedades. De esta forma podría lograrse un pacto político que, tras lo aprendido durante la pandemia de covid, impulse, promueva y fomente la prevención, diagnóstico y tratamiento de estas enfermedades para avanzar hacia una sociedad más resiliente y garantizar el envejecimiento saludable.