Jordi Hurtado

Programas incombustibles

A pesar de la competitividad, hay espacios que se mantienen décadas en antena

«LA RULETA DE LA SUERTE» 1990. El concurso se mantiene con un 18,2 por ciento de cuota de pantalla
«LA RULETA DE LA SUERTE» 1990. El concurso se mantiene con un 18,2 por ciento de cuota de pantallalarazon

«Saber y ganar», «La ruleta de la suerte», «Pasapalabra», «Karlos Arguiñano en tu cocina», «Cuarto milenio»... En estos tiempos en que las productoras cruzan los dedos para que sus programas permanezcan en las parrillas, dada la extrema competencia, ellos son la excepción. Un milagro televisivo, ya que llevan en antena décadas sin que muestren el menor síntoma de agotamiento y, en algunos casos, siendo los espacios más vistos de las cadenas. «Han conseguido fidelizar a la audiencia, al lograr un nicho de espectadores muy leales y poco amantes de los cambios. Al final, somos seres de costumbres», afirma Ana Lanuza, profesora de Narrativa Audiovisual y Guión de la Universidad CEU San Pablo. Una de las consecuencias directas es que tiene un efecto disuasorio en la competencia, que evita quemar algunos de sus espacios compitiendo con estos valores seguros. Provoca vértigo caer en la cuenta de que los espectadores llevan 22 años viendo el rostro de Karlos Arguiñano en la pequeña pantalla. El cocinero ha estado en las tres grandes cadenas generalistas –TVE, Antena 3 y Telecinco– y, en la actualidad, con «Karlos Arguiñano en tu cocina», que se emite en el canal de Atresmedia, logra una notable audiencia, el pasado jueves, de un 15,8 de cuota de pantalla.

Reinan los concursos

Los concursos son los grandes supervivientes en la televisión española. En 1990 llegó a nuestro país la versión nacional de «Wheel of Fortune» bajo el nombre de «La ruleta de la fortuna». Empezó haciendo historia, ya que al programarse en Antena 3, se convertía en el primer programa de entretenimiento emitido por una cadena privada. Veintitrés años después ahí sigue, ahora con el nombre de «La ruleta de la suerte», dándole continuas alegrías a Atresmedia, ya que muchos días es el programa más visto del grupo, con una audiencia del 18,2 por ciento de cuota el pasado jueves.

Más allá de las chanzas sobre Jordi Hurtado –que parece que se conserva en formol, puesto que los años no pasan por él–, «Saber y ganar» es otro que puede presumir de veteranía. Se emite ininterrumpidamente desde 1997 en La 2 manteniendo el tipo con un 9,2, el mejor dato de la cadena. «Pasapalabra», con humildad y sin hacer grandes alardes, es desde 2000 un seguro de vida para las cadenas en las que ha estado. Actualmente en Telecinco, ronda un 17,4 de «share», dos puntos más que «Sálvame». «La gente mayor es la principal seguidora de los concursos porque les gusta ver lo que conocen –apunta Ana Lanuza–; además, es un formato clásico con pocos cambios. Con introducir algunas pequeñas dosis de sorpresa ya funciona».

No se puede obviar a «Gran Hermano» que desde 2000, y 14 ediciones después, mantiene unos buenos índices de audiencia. El pasado jueves superó el 18 por ciento de «share». El «reality» por excelencia ha sido presentado por Mercedes Milá en todas las ediciones a excepción de una, que tuvo a Pepe Navarro como conductor.

El secreto de la permanenciade estos espacios es que no pierden su esencia. Como explica Lanuza: «A sus seguidores no les gustan los cambios, que sustituyan presentadores, y sí se mantenga la misma filosofía...». Hay una clave fundamental, temporada tras temporada se mantienen en la misma franja horaria sin sufrir bandazos que despisten a los televidentes. «Lo cierto es que cuanto más duren en emisión, mejor. El tiempo corre a su favor», concluye Lanuza.

El ejemplo de «Informe semanal»

¿Se concibe una noche del sábado sin este programa de reportajes? Para el público más adulto no, ya que «Informe semanal» cumplió la mayoría de edad hace mucho tiempo. Es un cuarentón, puesto que nació en 1973. En la actualidad, su audiencia oscila entre el 5 y el 6 por ciento de «share», unos datos que desmerecen a este legendario programa. La Academia de la Televisión lo designó como uno de los mejores espacios de la historia de la televisión española.