Narcotráfico

El cúmulo de errores de Marlaska que llevaron a la tragedia de Barbate

El ministro del Interior desmanteló la unidad de élite contra el narcotráfico y prometió dotar a Cádiz de más medios pero hoy solo tienen embarcaciones rotas

El Ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska (c) a su llegada a la comandancia de la Guardia Civil en Cádiz donde ha sido instalada la capilla ardiente por los dos agentes que murieron este viernes tras ser embestidos por una narcolancha en Barbate (Cádiz).
El Ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska (c) a su llegada a la comandancia de la Guardia Civil en Cádiz donde ha sido instalada la capilla ardiente por los dos agentes que murieron este viernes tras ser embestidos por una narcolancha en Barbate (Cádiz). Román Ríos.Agencia EFE

Para que unos agentes se metan en una embarcación de apenas seis metros de eslora una noche de mala mar con la intención de disuadir a una narcolancha de 15 metros es que antes han fallado ya muchas cosas. Son todos los erráticos pasos que ha ido dando el titular del Ministerio del Interior, Fernando Grande-Marlaska, para que la tragedia de Barbate haya sido bautizada por muchos como la «crónica de una muerte anunciada». «La gente dice ‘¿Cómo salen con esa barca?’ Pero para nosotros no hay sorpresa; esto se veía venir desde hace mucho. Ahora, que se lo expliquen a esos chavales que se han quedado sin padre». Con esta dureza habla un agente gaditano sobre el cúmulo de errores que han llevado a este desenlace.

Hace ya muchos años que Interior sabe que tiene un problema muy grande con el narcotráfico en Cádiz, concretamente en la zona de Campo de Gibraltar. No solo porque alijan sin parar lanchas con kilos y kilos de hachís, sino porque este hecho mantenido en el tiempo ha acabado corrompiendo a buena parte de la sociedad hasta el punto de que muchas familias viven directa o indirectamente de ello. Una zona con un 40% de paro juvenil donde, sin embargo, se ven a chicos de 20 años con coches de lujo y ropa de grandes marcas. Jóvenes que comienzan con el contrabando de tabaco y acaban formando parte de collas que sueñan con trabajar para el clan de «Los Castaña» o «El Mesi». Y familias enteras mirando para otro lado, como ocurría en la Galicia de los 90, porque ven dinero en casa. Hace varios años que esto se tradujo en la pérdida del principio de autoridad y para la Policía ya era muy complicado actuar en la zona. De hecho, muchas comisarías de la comarca se consideran «destino castigo»: nadie que no sea gaditano quiere ir a trabajar allí porque los agentes no pueden hacer vida normal. Los que trabajan para los narcos les amenazan y les fichan hasta cuando van al supermercado.

Para tratar de atajar el problema que se iba enquistando, el Ministerio del Interior elaboró en 2018 un Plan Especial para el Campo de Gibraltar con la intención de dotar de medios económicos y humanos a la zona para hacer frente a esta situación que se estaba yendo de las manos. Entre otros aspectos, el Plan contempló la creación del llamado Organismo de Coordinación del Narcotráfico (OCON) Sur ese mismo año, una unidad de élite contra el tráfico de droga formada por 150 agentes súper especializados. Durante cuatro años no pararon de hacer importantes operaciones y frenaron a grandes clanes que se creían intocables. El OCON era el «terror» de los narcos, su talón de aquiles. Detuvieron a decenas de traficantes y desmantelaron complejas organizaciones atizando donde más les duele: el blanqueo de capitales, para que judicialmente puedan ser condenados.

A pesar de sus buenos resultados, Marlaska decidió eliminar la unidad en verano de 2022. Una decisión muy aplaudida por los traficantes y muy criticada por quienes trataban de luchar contra ellos. El presidente de la coordinadora antidroga Alternativas, Francisco Mena, calificó entonces como un «grave error» esta medida, ya que el repliegue de los agentes estaba motivado porque se consideraba restablecido el principio de autoridad en la zona. Pero nada más lejos de la realidad. Los narcos poco a poco fueron ganando terreno otra vez.

Lo explicaba este fin de semana la fiscal antidroga de Cádiz, Ana Villagómez: cada vez hay más narcolanchas y campan a sus anchas porque se sienten impunes. «Se usan no solo para el tráfico de drogas sino de inmigrantes» dijo. Denunció que a los agentes les faltan medios para luchar, algo que quedó patente este fin de semana. Todas las embarcaciones con las que cuentan estaban estropeadas y por eso recurrieron al GEAS.

Según adelantó Antena 3, un correo interno de la Comandancia de Cádiz explicaba a los servicios marítimos que las patrulleras estaban averiadas. «Por inoperatividad de embarcaciones oficiales se suspenden los servicios desde el día de hoy hasta el día 12 del presente inclusive, reanudando los mismos el día 13. Para cualquier duda, contactar con la plana mayor». Sin embargo, según confirman a este diario fuentes de la Guardia Civil, las lanchas aún no han sido reparadas.

También Vigilancia Aduanera elevó un escrito a la Delegación de la Agencia Tributaria en Andalucía el pasado 13 de noviembre donde denunciaban la precariedad de las embarcaciones.

Y, a pesar de este dislate, Marlaska aseguró el mismo viernes por la mañana que todo estaba en orden. Había bajado a Algeciras para presentar el 4º Plan Especial para el Campo de Gibraltar, anunció más medios y dijo que todo estaba «en orden», lo que indignó mucho a los agentes que luchan contra el narco. Como si fuera un tuit premonitorio, desde AUGC Cádiz colgaron fotos de narcolanchas campando a sus anchas: “Esto es el día a día en el río Guadalquivir. Invitamos al señor Marlaska a que venga y se de una vuelta por él a borde de la Patrullera del Servicio Marítimo de Cádiz. Eso sí, si la logra arrancar...”.

Ahora, el puede que indague sobre quién dio la orden de que fuera el GEAS a Barbate. Y los agentes lo tienen claro: «Buscarán un cabeza de turco, como siempre. Se cargarán a algún capitán del Servicio Martítimo, a político ninguno, eso seguro».