
Fuegos
España en alerta: incendios cada vez más intensos, simultáneos y peligrosos
Desde 2017 se registran incendios de 'sexta generación', que son capaces de "modificar las condiciones meteorológicas y desbordan la capacidad de extinción"

Aunque España ha logrado reducir el número de incendios forestales y la superficie quemada en la última década, los fuegos que arrasan más de 500 hectáreas son cada vez más frecuentes, intensos y peligrosos, según el informe anual de incendios publicado este miércoles por WWF España.
Entre 2015 y 2024, el país ha registrado un 35 % menos de incendios en comparación con la década anterior (2005-2015), y la superficie afectada por las llamas ha descendido un 5 %. Sin embargo, esta aparente mejora esconde un problema de fondo: “Hay menos fuegos, pero son mucho más grandes e incontrolables”, advierte el informe "Incendios fuera de control. 20 años promoviendo la prevención", presentado en el vigésimo aniversario del trágico incendio de Guadalajara que se cobró la vida de 11 personas.
La evolución de los incendios preocupa especialmente a los expertos del sector. Lourdes Hernández, especialista del programa de Bosques de WWF, señala que “cada vez hay más consenso” entre bomberos, gestores forestales y sociedad civil de que se está "ante un nuevo paradigma: incendios más destructivos, simultáneos y difíciles de controlar".
Hernández alerta de que el actual modelo basado casi exclusivamente en la extinción “es insostenible”. "Vamos hacia incendios casi inapagables. Los dispositivos de extinción están al borde del colapso y, si no se abordan las causas estructurales, podría revertirse la tendencia positiva de reducción de superficie quemada que hemos visto hasta ahora", advierte.
Por ello, WWF insiste en cambiar el enfoque: es necesario apostar por la prevención, la ordenación del territorio, el manejo forestal y la creación de paisajes más resilientes al fuego. “Se prioriza apagar, pero no se evita que se generen ni que se propaguen con facilidad”, denuncia Hernández.
La organización ecologista considera que los incendios extremos son un claro síntoma de una triple crisis —ecológica, climática y territorial— y que su evolución dependerá de cómo se aborde colectivamente el uso del territorio, la planificación rural y la emergencia climática.
El informe concluye con un llamamiento urgente a “pasar de la reacción a la anticipación”, a través de medidas integrales que refuercen la planificación estratégica, el conocimiento del territorio, la corresponsabilidad social y un uso más eficiente de los recursos públicos.
Medidas clave para afrontar incendios en España
- Marco regulatorio estatal: urge aprobar el Real Decreto en tramitación que establezca criterios comunes basados en el análisis del riesgo y la zonificación territorial (ZAR).
- Planes anuales autonómicos: las comunidades deben elaborar planes específicos centrados en la creación de paisajes más resilientes y una gestión forestal activa.
- Adaptación al cambio climático: la prevención debe considerar escenarios extremos, fomentando bosques más diversos y menos homogéneos.
- Reactivación del mundo rural: se necesita una política de estado que actualice la Ley de Desarrollo Rural, reoriente la PAC y apoye la ganadería extensiva para fijar población y reducir el riesgo de incendios.
- Fiscalidad verde: implantar el principio de "quien conserva, recibe", con incentivos fiscales y pagos por servicios ambientales a quienes gestionan de forma sostenible los montes.
- Financiación sostenible: impulsar herramientas de inversión pública y privada para apoyar el desarrollo rural y los productos forestales.
- Uso eficiente de fondos públicos: asegurar que los recursos se asignen a proyectos eficaces, bien diseñados y con participación ciudadana.
- Investigación sobre el fuego: aumentar el conocimiento del comportamiento del fuego para mejorar la anticipación y la respuesta ante incendios extremos.
Proteger a las personas frente al fuego
- Concienciación social: fomentar una mayor implicación ciudadana en su prevención.
- Educación ambiental: impulsar una cultura del riesgo y una relación más cercana con el entorno natural desde edades tempranas.
- Información clara: los ayuntamientos deben comunicar con transparencia los riesgos de cada territorio y cómo actuar.
- Autoprotección en zonas vulnerables: desarrollar planes locales en interfaz urbano-forestal para estar preparados ante un posible incendio y evitar su propagación.
Reducir la siniestralidad
- Investigar el origen del fuego y sus causas para diseñar estrategias más eficaces de prevención.
- Sanciones ejemplares: mejorar la identificación de los responsables y aplicar castigos contundentes para evitar la impunidad y disuadir nuevas acciones.
✕
Accede a tu cuenta para comentar