Informe

España tarda 15 meses en financiar medicamentos innovadores frente al cáncer

Una vez incluidos, el 40% de ellos presentan alguna restricción en la población elegible

Tiempo medio en España para aprobar nuevos fármacos
Tiempo medio en España para aprobar nuevos fármacosAntonio CruzLa Razón

Desde 2018 hasta la actualidad, se ha agravado la situación de la incorporación y el acceso a nuevos medicamentos en España. Los pacientes tienen que esperar hoy 132 días más para tratarse con un fármaco innovador que en 2018, antes de que tuviera lugar el cambio de Gobierno. La cosa se pone peor aún en el caso de los medicamentos oncológicos, un ámbito en el que el retraso puede ser cuestión de vida o muerte.

En concreto, nuestro país tarda casi 15 meses (469 días) en financiar la innovación frente al cáncer aprobada por la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés), frente a, por ejemplo, los 100 días de Alemania. En 2019, el promedio de días necesarios para financiar un fármaco oncológico era de 50 días menos, 414. Además, de entre todos los medicamentos frente al cáncer aprobados por este organismo en 2022, solo el 61% estaba financiado en España –frente al 90% de Italia, o 100% de Alemania–. De ese porcentaje, el 40% tuvo alguna restricción en la población elegible para la financiación –una cifra que contrasta con el 14% de Italia, o el 0% de restricciones en Alemania–.

El tiempo es clave en cáncer

Para las nuevas indicaciones oncológicas, aunque la tasa de financiación sea similar a la de nuevos productos oncológicos, el proceso es todavía más largo, suponiendo una media de 3,5 meses más hasta la resolución positiva. Así lo ha constatado el informe «Reflexión sobre la situación actual de España y posibles áreas de mejora en el acceso de los pacientes a la innovación oncológica», una iniciativa de la Fundación ECO – una red de expertos en Oncología, fundada en 2009– con la elaboración y metodología de IQVIA (consultora líder en el uso de datos, tecnología y analíticas avanzadas).

«El tiempo es un elemento determinante para los pacientes, quienes no pueden asumir largas esperas en la aprobación de los fármacos», señaló Rafael López, presidente de la Fundación ECO, en la presentación del informe el pasado viernes. «No se entiende que un país como España, que está entre los países europeos que lideran actualmente el desarrollo clínico de la innovación oncológica sea, también, un país donde estas innovaciones tardan en llegar, o directamente no llegan a los pacientes que las necesitan».

Y es que nuestro país es el que presenta un mayor número de EECC (ensayos clínicos) por cada 100.000 habitantes en el área de Oncología, en comparación con el resto de los países europeos contemplados en este informe (Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Portugal). Además, es el que suma mayor número de pacientes reclutados en ensayos clínicos (49.804 en la última década).

En relación con la inversión que se realiza en España en gasto sanitario público, los resultados del análisis evidencian que cuenta con uno de los porcentajes más bajos de PIB destinado a esa partida, lo que muestra que la sanidad pública no está recibiendo los suficientes recursos económicos para poder aportar toda la atención sanitaria requerida.

En el análisis concreto del gasto de España en el tratamiento del cáncer, somos el país que destina un menor porcentaje de sus gastos en salud a los tratamientos oncológicos: menos de un 5%. Según los datos de 2018, España se coloca a la cola de los países de referencia europeos, estando cerca únicamente de Reino Unido y Portugal, aunque por debajo.

Incidencia y mortalidad

Sin embargo, la incidencia estimada de cáncer en nuestro país es ligeramente superior a la media de la Unión Europea (UE) –540 personas por cada 100.000 habitantes, frente a 538–. Respecto a la mortalidad asociada al cáncer, España presenta una tasa per cápita por debajo de la media de la UE (228 defunciones por cada 100.000 habitantes, frente a 260).

A modo de resumen, el texto señala que «los diversos indicadores analizados indican que, frente a los países europeos seleccionados para la comparación, España se encuentra entre los que tienen menos gasto público en salud, entre los que dedican un menor porcentaje de sus gastos en salud en el tratamiento del cáncer y entre los que presentan una menor inversión en la incorporación de innovación oncológica. Destacan como factores positivos el crecimiento de inversión en ensayos en el país, con España liderando en el número de EECC en el área de Oncología por habitante, y los resultados de salud de España a nivel de incidencia, mortalidad y discapacidad causada por el cáncer por habitante».

Ante este contexto, del informe emanan cinco prioridades para los próximos tres años, que permitirían, a juicio de los expertos, contrarrestar la situación del acceso a la innovación oncológica en nuestro país, a través, no solo del estado de la financiación, sino también del tiempo para esta.

Hoja de ruta a tres años

En primer lugar, la Fundación ECO sugiere alcanzar una mayor participación de los clínicos, sociedades científicas y pacientes a lo largo del proceso de evaluación. En segundo, lograr un proceso de precio y financiación transparente, previsible y con tiempos más cortos de introducción.

Además, consideran oportuno asegurar que haya suficientes recursos durante el proceso de evaluación de la innovación y que estén gestionados de forma adecuada para evitar los actuales retrasos de los informes de posicionamiento terapéutico (IPT).

Los expertos coinciden en que los criterios utilizados en Oncología para valorar un producto como innovador no siempre están alineados con los criterios que establece el IPT. En general, consideran que, en este tipo de evaluaciones, los aspectos económicos superan a los clínicos, y destacan la dificultad para valorar terapias complejas, como pueden ser los tratamientos más innovadores como la terapia génica, la biológica, la medicina personalizada o la inmunoterapia.

El cuarto punto es crear mecanismos de financiación específicos para la innovación y , el quinto, mejorar la conciliación entre las funciones de evaluación, financiación y compra de nuevos medicamentos. También destacan que, en la actualidad, sigue existiendo inequidad en el acceso a la innovación, ya que se siguen realizando evaluaciones regionales, cuyas conclusiones difieren entre cada comunidad.