Lluvias torrenciales
«Esto es tercermundista», denuncian vecinos afectados
Los efectos de la dana perduran en numerosas poblaciones donde paradójicamente carecen de agua potable todavía
La Guardia Civil continúar la búsqueda de las tres personas desaparecidas tras el paso de la depresión aislada en niveles altos (dana) por Madrid y Toledo. En esta provincia, los vecinos de Bargas se mostraban indignados, agobiados, desesperados y en búsqueda de información para tener un aliciente sobre la llegada de agua. Así definen la situación de los últimos días: «Esto es tercermundista». A los daños causados por las lluvias torrenciales se ha sumado una circunstancia añadida insostenible en el tiempo, no tienen agua ni para beber ni para actividades cotidianas tan simples como asearse, cocinar, lavar la ropa o fregar los platos. Así lo cuenta a Efe Lorena, una vecina que vive en la zona alta del pueblo, a la que dice «no llega nada de agua, ni presión, ni un hilillo, ni nada».
Tanto es así que, según comenta, tiene el canasto de la ropa lleno sin poder lavarla y debe desplazarse hasta el barrio del Polígono en Toledo capital para poder lavarla.
En su caso, Lorena relata que tiene una niña de un mes y otro niño de dos años y que, como es normal, «se manchan y vomitan», ante lo que se ve en la necesidad de calentar agua en ollas para poder asearlos, pero sigue sin poder «ni fregar platos ni el suelo. Esto es indignante, tercermundista, como lo quieras llamar», afirma Lorena, al tiempo que señala que todos los vecinos de Bargas están «muy agobiados y desesperados buscando la mínima información para tener un aliciente sobre cuándo nos va a llegar agua».
Una situación similar es la que está viviendo Cecilia, otra vecina de Bargas que se quedó sin agua desde la riada y se queja de que no hay «ni una gota en ningún grifo», así como de que este martes tuvo que ir hasta el Parque de la Arroyada, al otro lado del pueblo, a por agua y los pilló «por los pelos porque estaban a punto de irse».
Cecilia señala, además, que los vecinos fueron a comprar botellas de agua mineral a los supermercados para poder vaciar las cisternas o lavarse las manos, pero se formaron colas kilométricas y el agua se agotó. Ahora, dice, parece que han propuesto más puntos de suministro de agua pero no sabe si será suficiente porque en los grifos sigue sin salir ni un hilo de agua, por lo que pide «una solución lo más rápida posible» ya que «no se puede vivir sin agua».
Como un mal menor se puede considerar el dato conocido ayer de que las lluvias dejadas por la dana han reducido el déficit de precipitaciones cuatro puntos, pasando del 17% en el que se encontraba el 29 de agosto al 13% del pasado día 3, un agua que aún está en tránsito hacia los embalses, lo que explica que por ahora no haya aumentado la reserva hídrica nacional.
Durante esos días se acumularon en el conjunto del país 28 litros por metro cuadrado, «cuando lo normal habrían sido 5», lo que implica que durante el periodo de la dana que afectó a España llovió cinco veces y media más de lo normal, subrayó el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Rubén del Campo.
En algunas cuencas, como la del Tajo, las precipitaciones estuvieron esos días hasta 12 veces por encima de lo habitual, según datos de la Aemet.
«Las aportaciones pluviométricas de la dana todavía no se hacen notar en los embalses porque la lluvia caída está aumentando las reservas del suelo y aún está en tránsito por los cauces hacia los embalses», detalló Del Campo.
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