Enfermedades

La mujer que podría erradicar el cáncer cervical en 20 años

La epidemióloga colombiana Nubia Muñoz, Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Cooperación al Desarrollo

Nubia Muñoz atiende a una paciente de papiloma
Nubia Muñoz atiende a una paciente de papilomalarazon

La epidemióloga colombiana Nubia Muñoz, Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Cooperación al Desarrollo

La difteria se llevó al padre de Nubia Muñoz (Cali, Colombia, 1940) cuando apenas tenía cinco años. Era un agricultor de Cali que dejó a su madre sola ante el reto de criar cinco hijos, entre ellos Nubia. Siendo niña, la tragedia le motivó a dedicar su vida a la medicina: una muerte tan dolorosa se podría haber evitado si su padre hubiera recibido un tratamiento adecuado de penicilina, por entonces muy poco extendido en su país. Hoy, casi 80 años después, y venciendo todas las adversidades dentro de un entorno de pocos recursos económicos, Nubia Muñoz es la responsable de que «en dos décadas, el cáncer cervical pueda erradicarse», afirmó ayer, en una videoconferencia, poco después de que le fuera concedido el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Cooperación al Desarrollo. Es la precursora de la segunda vacuna –primero fue la de la hepatitis B– para prevenir el cáncer, en este caso el de cuello uterino.

Epidemióloga de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), Muñoz comenzó a investigar en la década de los setenta los agentes infecciosos que, se sospechaba, podían estar detrás de este cáncer. Por aquella época, el investigador alemán Harald zur Hausen propuso como agente causante del cáncer de útero al virus del papiloma humano (VPH). A finales de los años 80, la investigadora, en colaboración con el español Xavier Bosch, confirmaron la presencia del VPH en pacientes de Colombia y España.

«Soy una investigadora privilegiada», afirmó ayer Muñoz, tras conocer la concesión del Premio Fundación BBVA. «Muy pocos tienen la fortuna de ver culminado un trabajo de gran utilidad para salvar vidas. El reconocimiento más importante es que esto va a ayudar en la salud de las mujeres, a pesar de algunos problemas de implantación de los programas de vacunación», añadió.

Sí, la vacuna del VPH ha sido el objetivo de los llamados «grupos antivacunas». Entre ellos los de su país, Colombia. «Hace apenas dos años, la tasa de cobertura era del 90%. Sin embargo, un evento de reacción psicológica masiva en una pequeña ciudad del norte, ha hecho que el programa de vacunación esté en peligro. El Gobierno no lo manejó bien», explicó. Algo similar ha ocurrido en Japón, «donde un grupo de chicas desarrolló dolor crónico, lo que llevó al Gobierno a no promover su aplicación, aunque tampoco la ha prohibido». En general, se han topado con «grupos que no creen en las vacunas y que, sin ninguna información científica, tratan de bloquear los programas».

Actualmente, la vacuna está implantada en 84 países, es decir, el 48% del total.Sin embargo, «en la gran mayoría de casos son países desarrollados. Se ha introducido en muy pocos africanos». Algo significativo, cuando el 86% de los casos de cáncer de cuello uterino se registra en países pobres. ¿El problema? Sobre todo el precio. «Cuando la vacuna salió, allá por 2006, cada dosis costaba 120 euros. Luego, el precio ha bajado un poco. Después, se ha visto que no son necesarias tres dosis para obtener protección. Ahora han comenzado ensayos en Costa Rica para ver si con una sola dosis basta, lo que facilitaría su introducción en esos países. Además, existen fondos rotatorios que permiten comprar cantidades de vacunas por grupos de países. A través de ese mecanismo, Colombia las compró a 14 dólares la dosis».

Ahora mismo, tras los estudios de Muñoz, está probado que «las vacunas pueden prevenir el 90% de los cánceres cervicales». De ahí que, en 20 años, el cáncer cervical puede darse por erradicado «si contamos con programas bien implementados».

Candidata al Nobel, finalmente lo ganaron Zur Hausen, Françoise Barré-Sinoussi y Luc Montagnier por descubrir el virus del papiloma humano. Sin embargo, se olvidaron de ella. «Aquello es historia. El premio Nobel nunca ha reconocido la investigación epidemiológica que ha confirmado las causas del cáncer. Para mí, el mayor reconocimiento es que la vacuna tiene un potencial enorme, y que debemos hacer aún un mayor esfuerzo.