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La pobreza duplica el riesgo de morir de un niño antes de los cinco años

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) señaló este jueves que el 20% de los niños más pobres del mundo tienen el doble de probabilidades que el 20% de los más ricos de morir antes de cumplir cinco años y de sufrir retraso en el crecimiento debido a la mala alimentación, desventajas similares de los que viven en las zonas rurales respecto de los de las ciudades. Así figura en el informe ‘Estado Mundial de la Infancia–Reimaginar el futuro: Innovacion para todos los niños y niñas’, hecho público este jueves coincidiendo con el Día Universal del Niño y del 25º aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño.

El informe se presentará hoy en Sevilla en el marco del Congreso Solidaria@2014, que inaugurarán la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz; el alcalde de la capital andaluza, Juan Ignacio Zoido, y el presidente de Unicef Comité Español, Carmelo Angulo.El estudio subraya que, 25 años después de la Convención sobre los Derechos del Niño, millones de menores se han beneficiado de avances en supervivencia infantil, la educación o el acceso al agua potable, pero precisa que “hay demasiados niños que aún hacen frente al futuro sin que se hayan resuelto sus necesidades o materializado sus derechos, y con todo su potencial frustrado”. "Los países de bajos ingresos siguen albergando concentraciones de pobreza y situaciones de desventaja, pero los niños más pobres viven en países de ingresos medios, que son los países plagados con las mayores desigualdades de ingresos. Aquí, como en otras partes, la privación se concentra de manera desproporcionada en los tugurios urbanos y en las zonas rurales remotas, así como entre los grupos marginados, como las minorías étnicas y las personas con discapacidad", explica.

Unicef indica que casi 9 de cada 10 niños del 20% de los hogares más ricos de los países menos adelantados del mundo van a la escuela primaria, en comparación con sólo cerca de 6 de cada 10 de los hogares más pobres. Al 79% de los niños menores de cinco años más ricos se les registra al nacer, pero sólo el 51% de los más pobres gozan del derecho a una identidad oficial y el 80% de los menores que viven en las ciudades tienen su certificado de nacimiento, por el 51% de los de las zonas rurales.

Demasiados niños excluidos

El informe recalca que, “independientemente de la riqueza, las niñas siguen sin poder asistir a la escuela”, ya que, por cada 100 niños matriculados en las escuela primaria en África occidental y central sólo hay 90 niñas, exclusión que se agrava en la escuela secundaria en esta región (76 niñas por cada 100 niños). Unicef afirma que “hay demasiados niños que han quedado excluidos de los avances de los últimos 25 años” y que los más pequeños son los que pagan “de manera más inmediata y más trágica” el coste de estas desigualdades. Para que todos los niños tengan la misma oportunidad de aprovechar al máximo su potencial, Unicef propone que la innovación beneficie no solamente a quienes puedan costeársela, sino “satisfacer las necesidades y promover los derechos de quienes menos tienen y no simplemente incrementar la abundancia de la que otros ya disfrutan”.

Según Unicef, mediante la conectividad y la colaboración sería posible impulsar nuevas redes mundiales que faciliten el aprovechamiento de las innovaciones para que lleguen a todos los niños. Así, insta a los gobiernos, los profesionales del desarrollo, las empresas comerciales, los activistas y las comunidades a que colaboren en el objetivo de generar nuevas ideas para dar respuesta a algunos de los problemas más urgentes que amenazan a los niños, y de buscar nuevas maneras de dar una mayor dimensión a las innovaciones locales más eficaces y prometedoras. “Si la desigualdad es tan antigua como la humanidad, también lo es la innovación, que siempre ha sido el motor del progreso humano”, expresó Anthony Lake, director ejecutivo de Unicef, quien añadió que, “en el mundo cada vez más interconectado en que vivimos, las soluciones locales pueden tener efectos mundiales. Y pueden, por ejemplo, beneficiar a los niños que sufren diariamente inequidades e injusticias en todo el mundo”.