Brote de ébola

Limpieza extrema en la «casa del ébola» durante once días

Imágenes del domicilio de Teresa Romero
Imágenes del domicilio de Teresa Romerolarazon

La vivienda será desinfectada con vapor de peróxido de hidrógeno y los operarios llevarán trajes de protección que se cambiarán en una esclusa

«El virus del ébola no sobrevive en una superficie pasadas unas horas». Es lo que han venido escuchando los vecinos de Teresa Romero y Javier Limón de la avenida del Pinar, 35 de Alcorcón. Un mes después de que la pareja abandonara su domicilio, se supone que no existe rastro algunos del virus mortal al que ha sobrevivido Teresa, pero toda precaución es poca y ayer comenzaron las labores de limpieza y desinfección de la vivienda a cargo de la empresa pública Tragsa. Está previsto que duren once días.

Los trabajos comenzaron a las 7:30 h de ayer. Cuatro camiones se desplazaron hasta la vivienda con todos los utensilios. Descargaron el material en el garaje de la urbanización, lo subieron hasta el sexto piso y, en el rellano de la escalera, casi en el umbral de la puerta, los operarios habilitaron una esclusa móvil donde las personas que se encargarán de la limpieza se podrán cambiar los trajes protectores.

Los operarios dispondrán de los mismos equipos de protección individual (EPI) con los que ha contado el personal que atendió a Teresa Romero en el Hospital Carlos III y no podrán estar en el interior de la vivienda con esta vestimenta más de 90 minutos, aunque las jornadas de trabajo serán de doce horas diarias repartidas en varios turnos de trabajo.

La desinfección se llevará a cabo con máquinas que arrojan vapor de peróxido de hidrógeno, que viene a ser agua oxigenada en altas concentraciones, un producto con un gran potencia oxidante que tiene un gran poder bactericida, viricida y esporicida y que altera la formación de paredes celulares, según informaron fuentes de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Se trata de la última tecnología que se aplica en este ámbito a raíz de la descontaminación de muchos edificios gubernamentales en EE UU por el bacilo del ántrax, en 2001. Fue entonces cuando las empresas de este ámbito volvieron a retomar las técnicas de nebulización de los desinfectantes.

La labor de la máquina sería similar a un humidificador que empapa todas las superficies del producto durante un período de cuatro horas de forma continuada. El habitáculo tiene que estar completamente cerrado.

Una máquina se encargará de controlar la eficacia de la desinfección que se realice y, una vez realizada esta labor, es el momento de llevar a cabo la limpieza de todas y cada una de las superficies. Para ello se utiliza agua con lejía, un producto que se deja actuar hasta que cumple su cometido desinfectante. Después se aplica un producto neutralizador para evitar que se dañen materiales como el mármol de los cuartos de baño, la tarima del suelo o la madera de los muebles. Pasan a convertirse en residuos que hay que eliminar elementos como peines, comida del frigorífico, cepillos de dientes... La ropa que se encuentra en el interior de los armarios solamente precisa de desinfección, pero otra cosa diferente es el colchón. «No hay necesidad de tirarlo», explicó el mismo portavoz de la Comunidad de Madrid, pero para mayor tranquilidad han recomendado a Javier Limón que lo hiciera. Y así se hará.

El mismo jueves por la tarde se celebró una reunión con la comunidad de vecinos para aclarar sus dudas sobre cómo se iban a realizar las labores de limpieza y desinfección y allí surgieron numerosas preguntas. «¿Qué va a pasar con el colchón, cómo lo vais a bajar? ¿Por las escaleras o por el ascensor?».

Según explicó un representante de la Comunidad de Madrid, primero será desinfectado con la técnica de peróxido de hidrógeno y después será envuelto entre dos plásticos. Se bajará por la escalera, no por el ascensor, por su dimensión. Los residuos se bajarán por el ascensor en unos contenedores negros herméticamente cerrados. Su retirada se hará en horas puntuales para no interferir en la vida diaria de los vecinos.

Suerte que, precisamente los que viven en la misma planta, se han trasladado durante una temporada a otro lugar.

Los vecinos también se interesaron por la toxicidad y el olor que podrían dejar en la comunidad los materiales de limpieza que se van a emplear durante los próximos días. «No son tóxicos y previsiblemente no habrá olores», contestaron, aunque el noveno y el décimo día de los trabajos de desinfección está previsto que se realice una labor de ventilación.

Lo que está claro es que después de los once días previstos de trabajo los vecinos podrán estar tranquilos pensando que la casa de Javier Limón y Teresa Romero será probablemente la más limpia de España. Ahora está por ver si este trabajo lo pagará la Comunidad de Madrid o el Gobierno después de que aprobara una línea especial de crédito.