Prevención

Al menos 40 niños mueren al año en Estados Unidos por quedarse encerrados en el coche y sufrir insolación

La temperatura corporal de un niño aumenta de tres a cinco veces más rápido que la de un adulto

Viajar en coche con un niño hiperactivo
Las precauciones deben ser máximaslarazon

La muerte de un hijo nunca se supera. Eso dicen los que han pasado por semejante desgracia. Si además la pérdida es por culpa de uno de los progenitores, al dolor se suma un sentimiento de culpabilidad que acaba consumiendo en vida a cualquiera. Por no hablar de las secuelas que la muerte deja en la rutina diaria y el matrimonio, además de las consecuencias legales que enfrenta el `autor del homicidio involuntario´.

Es la situación que sufren algunos de los padres de los cerca de 40 niños que mueren al año en Estados Unidos por insolación en un automóvil. Según la Administración Nacional de Seguridad de Tráfico estadounidense, la cifra equivale a 1 niño fallecido cada 10 días en estas circunstancias. ¨La temperatura corporal de un niño aumenta de tres a cinco veces más rápido que la de un adulto¨, explica Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA, por sus siglas en inglés), por lo que cuando un menor es abandonado dentro del coche las consecuencias pueden ser rápidas y mortales. El golpe de calor empieza cuando la ¨temperatura central del cuerpo alcanza los 40 grados¨ centígrados.

Este tipo de fallecimientos ocurren durante todo el año, aunque por las condiciones meteorológicas son más comunes en verano. El National Weather Service (Servicio Meteorológico Nacional) explica en su página web que no es necesario que haya altas temperaturas en el exterior para que en el interior del vehículo exista riesgo de muerte por calor excesivo. ¨La atmósfera y las ventanas de un automóvil son relativamente transparentes a la radiación de onda corta del sol¨, apunta. Es una energía que aumenta la temperatura de los objetos, como un asiento por ejemplo, que a su vez ¨calientan el aire adyacente por conducción y convección emitiendo una radiación de onda larga que es muy eficiente para calentar el aire atrapado dentro del vehículo¨-

Estas muertes podrían evitarse. El 26% de ellas ocurren porque los niños se cuelan en el coche sin la supervisión de sus padres, y en el 53% de los casos es porque sus progenitores los olvidan en el vehículo. Los defensores de la seguridad infantil apuestan por aplicar las nuevas tecnologías para hacer frente a esta problemática. Aseguran que unos simples sensores de movimiento en el interior del vehículo, por ejemplo, podrían hacer sonar la bocina o bien enviar mensajes de alerta al teléfono móvil si detectan que alguien se ha podido quedar encerrado dentro. Algo que hoy en día debería tener fácil acceso, no lo tiene. Este tipo de radares son bastante raros de encontrar, a pesar de que según la organización sin ánimo de lucro Kids and Car Safety asegura que, en todo el país, más de 1.050 niños han muerto encerrados y asfixiados en un vehículo en los últimos 33 años y otros 7.300 han sobrevivido con diversas lesiones. Janette E. Fennell, fundadora y presidenta de la organización, aseguró en una entrevista con The New York Times, que ¨realmente debería ser vergonzoso para los fabricantes de automóvil y el gobierno que esto aún no se haya solucionado cuando hay tecnología para prevenir estas muertes y no es cotosa, ¿a qué estamos esperando? ¨.

La repuesta a la petición de Fennell podría llegar, como tarde, en el 2025. Es fecha en la que los fabricantes de automóviles se han comprometido a que todos los vehículos tengan incluido un

sistema de detección de movimiento. Hasta el octubre pasado, según Alliance for Automotive Innovation apuntó en un comunicado, más de 150 modelos ofrecían ya un recordatorio en este sentido, lo que suponía ¨un gran progreso¨. Además, en el 2025 entrará en vigor una ley de infraestructura que el presidente Joe Biden firmó en 2021 que pasa por exigir a los nuevos vehículos que incluyan sistemas de aviso para recordar a los conductores que revisen el asiento trasero después de apagar el coche. En este sentido, los expertos apuntan a que no vale cualquier sensor. Los que existen actualmente pueden detectar movimiento una vez el coche se cierra, pero ¿qué ocurre cuando el niño está durmiendo? Son necesarios dispositivos con una sensibilidad máxima que puedan detectar incluso ese leve movimiento del pecho del menor cuando respira.

Ante la falta de más avances, la compañía de seguros médicos MedStar Health ofrece algunos consejos prácticos para evitar mayores desgracias, como:

- Colocar algo imprescindible en el asiento trasero que se necesitará seguro tras abandonar el vehículo: un teléfono móvil, el bolso, las llaves de la oficina o de la casa, etc.

- Mantener un animal de peluche grande en el asiento del niño, y cuando se siente el pequeño colocar el animal delante, en el asiento del copiloto. Hará las veces de recordatorio visual de que el niño va sentado detrás.

- Mantener las llaves del coche fuera del alcance de los menores.

En este sentido, es interesante escuchar las palabras del doctor David Diamond, un neurocientífico de la Universidad del Sur de Florida que durante años ha estado analizando estos casos y en una entrevista aseguraba que ¨necesitamos esta tecnología porque, francamente, somos olvidadizos¨. Diamond insiste en ¨remarcar a las personas que no se trata de negligencia, no es ser mal padre, es solo parte del ser humano¨. Algo que podría pasarle a cualquier persona que, por ejemplo, ¨no duerman bien o estén estresados¨. El doctor asegura que muchas veces el ir con el ¨piloto automático¨ encendido hace que avancemos en nuestro día como máquinas, y que olvidemos incluso que hay un menos sentado detrás.