Violencia

Unos okupas secuestran, roban y agreden a un vecino: “Estaban de fiesta en mi casa mientras yo estaba atado”

Los agresores bebieron y se drogaron mientras que él acabó con las costillas rotas, una brecha y dolor en el pecho

MAJADAHONDA (MADRID), 12/04/2023.- Dos de los inquilinos del edificio okupado en Majadahonda, Madrid, este miércoles bajas a la calle durante el desalojo del edificio, que ha provocado incidentes entre los miembros de la empresa privada que acudió a desocupar el inmueble y varias de las personas que viven en él. EFE/ Sergio Pérez
Incidentes en un edificio okupadoSERGIO PÉREZAgencia EFE

Los propietarios denuncian la indefensión ante los okupas y la dificultad para recuperar sus casas. Muchos de ellos viven un infierno hasta poder hacerlo e incluso después. Algunos se encuentran el piso en condiciones totalmente inhabitables. Esto le ocurrió a Manuel, que, entre lágrimas, explicó que al recuperar su vivienda vio que estaba llena de basura y todo tipo de residuos llegando a un total de 900 kilos y pareciendo un vertedero: "Ver tú casa, que has comprado, que has pagado, y encontrártela así es muy fuerte. Hemos salido a las escaleras y he tardado 24 horas en recuperarme un poco", lamentaba.

Sin embargo, las consecuencias y el peligro no son solo para ellos. Los vecinos también se ven claramente afectados por las okupaciones como reveló uno del barrio de Salamanca que convive con okupas a LA RAZÓN: "Una okupa de larga duración rompió la nariz a una persona del edificio". Otros actos son todavía más habituales: "Siempre que hay un desalojo se producen actos vandálicos en el edificio". Estos actos pueden suceder por intentar luchar por desalojarles, pero también simplemente por estar en el momento y lugar incorrecto, como le ocurrió a otro en Zaragoza. 'El Programa de Ana Rosa' desveló que fue agredido. La historia es terrible.

[[H2:Este es el motivo de la agresión]

Un hombre fue agredido en su propia casa por unos okupas de un edificio de su calle: "Hay unos edificios okupados que el Ayuntamiento dice que va a cerrar pero llevan muchos años". Sin embargo, el motivo no es nada escondido, según la versión de la víctima: "Venían de hacer unos robos durante toda la noche en el barrio. Estos chicos, según me han comentado amigos policías nacionales, se dedican a ser chaperos y habían estado en casa de un vecino en la calle paralela. Se metieron en el edificio para meterse un par de rayas y pensaron que los estaba viendo, que iba a llamar a la Policía y me tocó a mí".

Una retención de cuatro horas

Cuando le vieron, le retuvieron durante cuatro horas en su propia vivienda. No es que le tuvieran ahí, sino que fue brutalmente agredido: "En la ceja tuve cinco centímetros de apertura, en la mandíbula una fisura, cuatro costillas rotas y la rodilla la tuve mucho tiempo mal pensando que era el menisco pero era que tenía las rodillas hinchadas". Esta agresión llego cuando le tiraron en el sofá y fue agredido con el mango de un cuchillo. Explica que estaban narrando la agresión a unos terceros por llamada en directo.

Según revela, los okupas disfrutaron durante las horas de la retención y la agresión, viviéndolo como una auténtica fiesta: "Estaban en mi casa de fiesta metiéndose rayas, bebiendo alcohol, tirando el vino por el suelo y por las paredes". Además de estar seminconsciente, bajo un charco de sangre, con varias costillas rotas, una brecha y dolor en el pecho, tuvo que ver como los violentos okupas le destrozaban el piso. También sufrió el robo de un reloj y de su móvil: "Aún no me lo han devuelto", lamentaba.

El juez le deniega la orden de alejamiento

Lo peor es que les sigue viendo por la calle, algo que le tiene al límite: "A mí me produce ataques de ansiedad y ataques de pánico, he pedido una orden judicial y el juez me la denegó, entonces los tengo que ver por la calle". Narra todo el proceso: "Yo pedí la orden de alejamiento justo cuando los habían detenido, a los dos días los sacaron a la calle, la volví a pedir y me la han denegado otra vez. Hace 20 días cogí un abogado y estamos a la espera para que me llamen a testificar".

La Policía les seguía la pista y les tenía identificados: "Cuando fui a la Policía para el reconocimiento me dijo que venían del País Vasco de hacer lo mismo y que aquí tenían familia". La víctima apareció en la entrevista de espaldas y sin dar su nombre real para evitar posibles represalias.