Polémica

De paseo con las mascotas con IA

«Roboperros» y «robogatos» caminan a cuatro patas, y no hay que cuidarlos ni llevarlos con correa

A visitor touches Unitree GO1 ''dog'' robot during the Mobile World Congress 2023 in Barcelona, Spain.
Unitree GO1 Joan Mateu ParraAgencia AP

Si un extraterrestre observara desde otro planeta a los seres humanos recogiendo los excrementos de sus mascotas antes de llevarlos a uno de los muchos Spas para animales que han surgido en los últimos años, o peinando su lomo con cepillos especiales para abrillantar el pelo mientras se pagan altas sumas de dinero por un seguro médico animal, pondría en duda que somos la especie dominante en la Tierra. Pero tener una mascota a nuestro lado implica unas responsabilidades que no siempre son agradables. Esto podría cambiar muy pronto con la Inteligencia Artificial. La empresa china Unitree Robotics acaba de dar vida a Go1, el primer animal de compañía cuadrúpede inteligente del mercado de consumo.

Go1 camina a cuatro patas al lado de su dueño, por lo que no necesita collar ni correa. Adiós a los ladridos en plena madrugada porque según aseguran sus creadores Go1 es completamente «silencioso».

Puede presumir de una larga vida y es «ligero», solo pesa 12 kilos y puede soportar cargas de hasta 5 kilos. Cuesta alrededor de 2.700 euros si lo compra a través de la página web oficial y de 5.900 en Amazon donde sus compradores aseguran que «no es un juguete sino un robot complicado» y el único inconveniente es que «le falta un libro de instrucciones para ponerlo en marcha».

«Uno de nuestros perros lo «odia», señala otro usuario que lo ha adquirido. El precio puede resultar elevado, pero la buena noticia es que no necesitaremos darle de comer o invertir mucho más dinero en él a lo largo de su vida.

Go1 también salta, puede subir escaleras de hasta 12 centímetros de altura de cada escalón y recorrer 5 metros por segundo.

Además, no tendrá que ducharlo porque odia el agua: sus creadores recomiendan que no se acerque a ella porque podría dañar su sistema. Si lo que busca es un animal de compañía más pequeño, los expertos asiáticos también ofrecen otra opción, EMO. Un «roboanimal» desarrollado con Inteligencia Artificial, lo que le permite explorar su entorno con autonomía propia, tomar decisiones y hacer la vida más fácil a su dueño configurando despertadores y programando el encendido o apagado de luces, por ejemplo.

Sus creadores aseguran que puede reaccionar con más de 1.000 expresiones y movimientos faciales distintos que ha adquirido

gracias a la IA. Como si de una mascota real se tratara, EMO también evoluciona con el tiempo gracias a sensores internos avanzados que le permiten aprender y «establecer vínculos» con su dueño, asegura en su página web la empresa LivingAI.

Desde el Tamagotchi de 1996

Las primeras mascotas de este tipo se remontan al año 1996, cuando nace el Tamagotchi, que se considera el primer animal robot con Inteligencia Artificial que se introdujo en el mercado de consumo. Arrasó entre el público más joven, y se trataba de un pequeño dispositivo al que tenías que cuidar y dar de comer para que no muriera. Un producto revolucionario en aquel momento, pero relativamente simple si lo comparamos con el desarrollo que existe hoy en día.

Las «robomascotas» presentan muchos pros, pero no están exenta de contras. Si bien es cierto que ofrecen compañía y necesitan mucho menos mantenimiento, además de otras características a favor, los expertos defienden que nunca podrán sustituir completamente a un animal de carne y hueso. El doctor Harvey Castro, doctor en Dallas (Texas) y experto en IA en el ámbito clínico aseguró en una entrevista con Fox News Digital que «las mascotas con IA no pueden replicar la compleja y rica experiencia de cuidar a un animal». Además, no está claro que brinden los mismos beneficios a sus dueños porque a diferencia de las reales «no animan a sus dueños a realizar actividades físicas como caminar o jugar», por no mencionar los riesgos que suponen en cuanto a la privacidad de datos o descuidar las relaciones en la vida real a cambio de cuidar de una mascota robot.

En su blog Banner Health, los expertos defienden los múltiples beneficios que suponen las mascotas creadas con IA para las personas que sufren demencia o problemas de memoria, asegurando que «interactuar con estos robots puede ayudar a los enfermos a calmarse, por ejemplo, y no sentirse agitados, algo que sucede con mucha frecuencia», señala el doctor Gopalakrishna.

Reconocen que la terapia con mascotas reales sigue siendo la mejor opción, pero no siempre es posible, sobre todo en hospitales o en espacios de cuidado de personas donde es difícil cuidar de un animal y existe riesgo de alergias, infecciones, mordeduras.

La gran incógnita es si estos nuevos «roboperros», «robogatos», «roboanimales» en general, acabarán remplazando a nuestros animales de carne y hueso. La pregunta sigue sin tener una respuesta clara. Aunque todavía queda un largo camino para que estas nuevas mascotas puedan vivir de manera autónoma, su rápido desarrollo va ligado al avance sin frenos de la Inteligencia Artificial. Por ejemplo, en redes neuronales artificiales, que son un tipo de algoritmo de IA que supera ciertas limitaciones de los sistemas expertos, como la capacidad de resolver problemas no previstos. Su funcionamiento se basa en pequeñas unidades de información que procesan datos, permitiendo extraer nueva información a través del aprendizaje autónomo de las máquinas, llevando a cabo lo que comúnmente se conoce como «machine learning».