Análisis de PISA

¿Por qué las matemáticas nos producen ansiedad?

Laura Morera, doctora en didáctica educativa y responsable de Innovamat, cree que "se debe plantear la asignatura como un enigma a resolver pero el problema reside en que se sigue aprendiendo la asignatura de forma tradicional"

Las matemáticas duelen
Un alumno intenta resolver un problemalarazon

Los alumnos 15-16 años que están en el último año de la ESO en España registran los peores datos de la historia, según se desprende del informe Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes PISA 2022, elaborado por la OCDE con datos de 37 países de la Organización y 44 países asociados y conocido hace unos días. El estudio, además, ha vuelto a reparar en la ansiedad que generan las matemáticas en los estudiantes, especialmente entre las chicas. Laura Morera, matemática y doctora en didáctica de las matemáticas por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y responsable didáctica de Innovamat, una propuesta educativa curricular que tiene como objetivo impulsar el aprendizaje competencial, personalizado y práctico de las matemáticas, analiza en detalle algunas cuestiones a raíz del Informe PISA, que da pistas a los países sobre las políticas educativas a aplicar.

En Pisa, los alumnos españoles, estando en la media, registran los peores resultados desde que hay datos. ¿Por qué cree que está pasando esto?

Existen distintas variables que pueden influir en estos resultados, desde el impacto de la pandemia, la inversión en educación, realidades socioeconómicas distintas, … En realidad, yo no soy experta en todos estos campos, pero, como doctora en didáctica de las matemáticas, y después de haber analizado los resultados y distintos problemas liberados de PISA, puedo decir que lo que en realidad demuestran estos resultados es que nos queda un largo camino por recorrer. Fomentar habilidades como la deducción, el razonamiento, la argumentación y el pensamiento crítico es esencial para conseguir construir una sociedad más competente y resolutiva. Y, para lograrlo, no basta con mecanizar algoritmos y memorizar fórmulas. Hay que ir más allá, hacer matemáticas es ser capaz de buscar patrones para entender mejor el mundo. Es saber conectar ideas, comunicar con precisión y buscar estrategias para resolver problemas. Para analizar el nivel de competencias matemáticas de los alumnos, la OCDE clasifica los ejercicios en niveles de rendimiento en función de su dificultad y las destrezas que se requieren para poder realizar las tareas correctamente. Analizando los problemas, se detecta que los contenidos como las operaciones básicas (suma, resta, división…), hacer porcentajes, o interpretar gráficos sencillos, se les asignan unos niveles de puntuación bajos. En cambio, las puntuaciones más altas las dan a los procesos matemáticos más complejos: a preguntas que requieren razonar, hacer conexiones, argumentar… Y aquí es donde no hemos llegado en España, ni en muchos otros países.

¿Por qué el aprendizaje de esta asignatura genera tanta ansiedad y cuesta tanto a los alumnos?

Existe un problema global con el aprendizaje de las matemáticas desde hace décadas: se enseñan siguiendo un modelo unidireccional, donde el docente imparte clases magistrales basadas en la memorización de algoritmos, lo que ha generado en muchos estudiantes ansiedad matemática. Las matemáticas son una ciencia deductiva y requieren plantearlas de otra manera. Una mala experiencia con las matemáticas en primaria aumenta la probabilidad de que los alumnos arrastren esta ansiedad a lo largo de su escolarización, y hasta terminen escogiendo una enseñanza superior que no tenga matemáticas. Aprender matemáticas memorizando fórmulas y mecanizando algoritmos, dificulta que los estudiantes puedan descubrir las estrategias que mejor les sirvan para encontrar el resultado, estimulando así la deducción, el razonamiento y la creatividad. Si solo mostramos a los alumnos una única forma de resolver un problema, ejercicio u operación, les bloqueamos. Porque si no recuerdan la fórmula que le enseñaron, ya no pueden solucionar el problema. En cambio, si los alumnos aprenden matemáticas a través de la conversación, la experimentación y la representación, convertimos el aprendizaje en una experiencia de descubrimiento y construcción mucho más vivencial, facilitando así la reconstrucción de este conocimiento con el paso del tiempo. La investigación en didáctica de las matemáticas, es decir, la ciencia que estudia cuál es la mejor forma de aprender matemáticas, ya hace décadas que apunta hacia este tipo de aprendizaje, mucho más focalizado en el desarrollo de competencias o habilidades. El National Council of Teachers of Mathematics (NCTM), de Estados Unidos; el Freudenthal Institute, de la Universidad de Matemáticas de Ultrecht (Países Bajos); o NRICH, de la Universidad de Cambrige (Reino Unido), son solo algunos ejemplos. La enseñanza tradicional se centra en la memorización de fórmulas y procedimientos. Esta forma de aprendizaje puede generar bloqueo y temor al error. Por este motivo, debemos apostar por un enfoque más competencial, fomentando la manipulación y la experimentación. También es muy importante aprender matemáticas de manera constructiva, sin temer a equivocarse. El enfoque que debemos aplicar debe centrarse en ayudar a los estudiantes a comprender los contenidos y procesos matemáticos e incentivarles a encontrar aquellas estrategias que mejor les funcionan para encontrar el resultado. De este modo, lograremos crear una sociedad que no tema las matemáticas y tenga la confianza para aplicarlas en la vida diaria.

¿Por qué cree que las chicas salen peor paradas que los chicos en esta materia? ¿Cuántas matemáticas conoce?

Podríamos decir que son falta de referentes, pero no es verdad. Sophie Germain, fue pionera en el estudio de las ecuaciones diofánticas y contribuyó a la demostración del teorema de Fermat en los casos de exponente 5. Ada Lovelace, matemática y escritora inglesa, escribió el primer algoritmo destinado a ser procesado por una máquina, fue pionera en programación, comprendió el potencial de las máquinas programables, e influyó en la evolución de la informática. O, Maryam Mizakhani, que fue la primera mujer en recibir la Medalla Fields, gracias a sus aportaciones en geometría y sistemas dinámicos. ¡Y hay muchísimas más! ¿Por qué no las conocemos? Es trabajo de todos visibilizar referentes femeninos. Según los datos de los resultados de PISA 2022 en España, los chicos superaron a las chicas en matemáticas en 10 puntos; lo que se ha repetido en otros países. Cabe destacar que globalmente, en lectura, las chicas, de media, obtuvieron puntuaciones superiores a los chicos en todos los países y economías que participaron en PISA 2022, excepto en dos.

¿Cómo cree que podría superarse?

El camino es seguir hacia el aprendizaje competencial. Si los alumnos entienden el proceso y saben razonar y deducir, pueden responder a problemas que no se les habían planteado aún. Si aprendemos matemáticas únicamente a través de la mecanización de ejercicios y la memorización, al cabo de poco tiempo, no interiorizaremos el aprendizaje. En este sentido, el papel del docente es fundamental en el desarrollo de habilidades y el aprendizaje de los alumnos. Los maestros y profesores son guías esenciales a la hora de facilitar la construcción del conocimiento matemático a través de la manipulación, la experimentación y la práctica. Las matemáticas pueden convertirse en una apasionante aventura. Y somos precisamente los docentes los encargados de despertar la curiosidad por esta materia, inspirando y empoderando a los alumnos para que aborden las matemáticas con confianza y entusiasmo.

¿Por qué cree que hay tan pocos alumnos en niveles altos de rendimiento en esta materia (solo un 6%)?

Porque en muchas aulas de secundaria se sigue aprendiendo matemáticas de forma tradicional, es decir, las clases de matemáticas se basan en la transmisión de conocimientos teóricos a través de la repetición de ejercicios y la memorización. De esta manera, se transmite una imagen de las matemáticas distorsionada, alejada de su verdadera esencia. Hacer matemáticas no es aprender hechos de memoria porque sí, sin entenderlos. Hacer matemáticas es observar patrones y regularidades; deducir, conectar ideas, resolver problemas… No se trata de que los alumnos memoricen a copia de repetir, sin comprender nada. Se trata de que aprendan y comprendan lo que están haciendo. La memorización no es la parte inicial del aprendizaje, sino una consecuencia de haber comprendido y practicado lo que se ha aprendido. Entonces, a pesar de que en el currículum académico se haya incluido el aprendizaje de forma competencial, es decir, el aprendizaje basado en el desarrollo de habilidades, personalizado y práctico de las matemáticas; la realidad es que aún no ha llegado a las aulas de secundaria de forma extensa. Los niveles más altos de las pruebas PISA son los problemas que evalúan si los alumnos saben argumentar, interpretar, generalizar, hacer conexiones, … Habilidades que no fomentamos a través de la memorización y la mecanización. Mientras no fomentemos en las aulas un aprendizaje basado en el aprendizaje competencial, seguiremos obteniendo estos resultados. En el aula tiene que haber un cierto orden y un ambiente de resolución de problemas en el que la pregunta sea el motor de aprendizaje. Y, en este sentido, los docentes tenemos un papel fundamental. Tenemos que plantear las matemáticas de forma más amable, en realidad, tenemos que plantearlas como un reto o un enigma a resolver. Si en lugar de dar la solución directamente a los alumnos, les guiamos con nuevas preguntas para que sean ellos quienes resuelvan las incógnitas, el aprendizaje es mucho más significativo para ellos. Lograr esta transformación educativa requiere tiempo, esfuerzo e implicación por parte de todos.