
Religión
Venezuela estrena santoral con León XIV
La Iglesia canoniza por primera vez a dos católicos del país bolivariano: el médico de los pobres y una monja fundadora

La Iglesia cuenta desde hoy con siete nuevos santos. León XIV presidió en la Plaza de San Pedro una multitudinaria eucaristía a la que asistieron más de 55.000 peregrinos para celebrar cómo se elevaba a los altares a católicos con perfiles muy diversos y de distintas latitudes geográficas y culturales.
Por un lado, Robert Prevost reconoció la entrega de los que son los dos primeros santos de Venezuela, el médico José Gregorio Hernández y la religiosa Carmen Rendiles, fundadora de las Congregación de Siervas de Jesús. Junto a ellos, fue canonizado el que también es el primer santo de Papúa Nueva Guinea, el catequista Peter To Rot, asesinado durante la ocupación japonesa en la Segunda Guerra Mundial. De la misma manera, han entrado en el santoral los italianos Bartolo Longo, un abogado defensor de los pobres y fundador del santuario de Pompeya; la monja veronesa Vincenza Maria Poloni, fundadora del Instituto de las Hermanas de la Misericordia de Verona; y la misionera salesiana María Troncatti, que dedicó su vida a la paz entre los pueblos shuar en Ecuador. Cierra el grupo el arzobispo turco Ignacio Choukrallah Maloyan, asesinado en el genocidio armenio.
En la Plaza resultaba sencillo vislumbrar una significativa presencia de ciudadanos venezolanos, atraídos por la figura del conocido como médico de los pobres. Y es que la devoción a san José Gregorio Hernández se disparó tras fallecer atropellado en el año 1919 y se ha acrecentado con el paso del tiempo, convirtiéndose en símbolo de unión en medio de las tensiones políticas que atraviesa el país. «Quien ha hecho santo a José Gregorio es el propio pueblo», ha llegado a afirmar el cardenal emérito de Caracas, Baltazar Porras, uno de los principales promotores de la causa.
Lo cierto es que, en su homilía, el Santo Padre definió al médico venezolano, junto al abogado italiano, como «bienhechores de la humanidad con sus corazones encendidos de devoción». «Que su intercesión nos asista en las pruebas y su ejemplo nos inspire en la común vocación a la santidad», expresó el Pontífice sobre los siete unevos santos, elogiando además cómo «con la gracia de Dios han mantenido encendida la lámpara de la fe, más aún, han sido ellos mismos lámparas capaces de difundir la luz de Cristo». En opinión del Papa agustino, «no son héroes ni defensores de un ideal, sino hombres y mujeres auténticos».
No en vano, la intervención de Robert Prevost estuvo centrada en resaltar la fe como don que da sentido a la existencia. «La fe, comparada con grandes bienes materiales y culturales, científicos y artísticos, sobresale, no porque estos bienes sean despreciables, sino porque sin fe pierden el sentido», detalló el Papa agustino.
Dios sí escucha
En esta misma línea, hizo hincapié en la importancia de rezar como un un pilar fundamental de la vida cristiana: «La fe, ciertamente, se expresa en la oración y la oración auténtica vive de la fe». En su reflexión ante los miles de fieles presentes en la misa, se adentró también en el riesgo de «pensar que Dios no escucha el llanto de los oprimidos ni tiene piedad del dolor inocente», a la vez que alertó de quienes pretenden «que Dios deba actuar como queremos nosotros». «Entonces, la oración deja de ser tal para convertirse en una orden, con la cual enseñamos a Dios cómo ser justo y eficaz», manifestó.
Entre las autoridades presentes en la ceremonia, además del presidente italiano Sergio Mattarella, también se encontraban el presidente libanés Joseph Aoun y el primer ministro armenio Nikol Pashinyan. Desde Venezuela, viajó Gabriela Jiménez, vicepresidenta del Sector de Ciencia y Tecnología.
El presidente de este país, Nicolas Maduro, acompañado de la vicepresidenta, Delcy Rodríguez, y del presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, acudió a la parroquia de La Pastora, en Caracas, donde se ubica la Casa Museo José Gregorio Hernández, para seguir la celebración en directo. Desde allí, según comparten medios locales, rompió en un aplauso junto a otros miembros del Gobierno cuando el Papa León XIV pronunció la fórmula de canonización.
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