Salud mental

Los trastornos alimenticios y las autolesiones en adolescentes han aumentado por encima del 40% en Reino Unido

Las chicas de 13 a 16 años, y de comunidades menos favorecidas, las más afectadas

El mindfulness presenta un nuevo enfoque, cada vez más usado, conocido como mindfuleating, o lo que es lo mismo, comer con conciencia plena. Este método consiste en centrar todos nuestros sentidos en la alimentación, incluso las sensaciones interoceptivas como el hambre o la saciedad.
Los TCA se suelen asociar a la imagen corporallarazon

Trastornos de la conducta alimenticia (TCA), autolesiones, intentos de suicidio, depresión, ansiedad... la pandemia ha dejado una huella muy profunda en la salud mental de la población. Pero los efectos son mucho más visibles- y graves- en un segmento de población especialmente vulnerable a las condiciones de aislamiento social impuestas por la crisis sanitaria: niños y adolescentes.

En las edades comprendidas entre los 12 y los 18 años es en las que se inician el 70% de los transtornos mentales. Las causas están implícitas en el paso de la niñez-adolescencia a la edad adulta, un periodo convulso y complejo en el que afloran emociones como la tristeza, la irritabilidad, el miedo o la ansiedad y problemas como la preocupación por la imagen corporal, la dificultad para controlar el uso de aparatos tecnológicos o las adicciones, entre otros. La frecuencia y la intensidad de las emociones negativas son las que determinan si serán conductas patológicas en el futuro o no.

Es ya muy abundante la evidencia científica sobre el elevado aumento de los diagnósticos y las demandas de atención sanitaria en salud mental en los últimos años en este grupo de población. Aunque los datos difieren entre países, existe consenso sobre la gravedad de la situación.

En este sentido, un nuevo estudio realizado en adolescentes del Reino Unido- el más grande hasta la fecha, con más de 9 millones de pacientes- muestra que la tasa de diagnósticos de TCA entre niñas de 13 a 16 años durante los dos primeros años de la pandemia (de marzo de 2020 a marzo de 2022) fue un 42% superior a la tasa esperada en función de las tendencias anteriores. El trabajo, poublicado en la The Lancet Child & Adolescent Health refiere que la tasa de diagnósticos de autolesiones en la misma cohorte fue un 38% superior a la esperada para el periodo de dos años, informa Ep.

Los investigadores analizaron los historiales médicos de más de 9 millones de pacientes jóvenes (hombres y mujeres, de edades comprendidas entre los 10 y los 24 años) de más de 1.800 consultas generales de todo el país para evaluar las tasas de diagnóstico en el primer punto de atención. Utilizando datos de 2010-2020, el estudio predijo las tasas esperadas de TCA y autolesiones, si no se hubiera producido la pandemia, desde marzo de 2020 hasta marzo de 2022. A continuación, se compararon las tasas reales de diagnósticos documentados durante la pandemia con las tasas previstas.

El estudio también aporta información novedosa sobre cómo afectó la pandemia a las diferencias socioeconómicas preexistentes en las tasas de TCA y autolesiones y, muestra que fue mayor en las comunidades menos desfavorecidas.

Las autolesiones y los TCA tienen muchas cosas en común. Ambos son mecanismos de afrontamiento que a menudo indican una angustia psicológica subyacente, suelen tener un inicio durante la adolescencia o la edad adulta temprana, y son más frecuentes entre las niñas que entre los niños. Estas psicopatologías comparten varios factores de riesgo, incluida la experiencia de eventos traumáticos y rasgos psicológicos particulares y estilos cognitivos. "Una revisión previa de la literatura mostró que más de la mitad de los pacientes con antecedentes de autolesiones también tenían un trastorno alimentario, mientras que la prevalencia de autolesiones entre los pacientes con trastornos alimentarios se estimó entre el 25 % y el 55 %", señalan los autores del estudio.

Como conclusión a sus hallazgos, los investigadores piden que se mejoren las medidas de detección precoz de los problemas de salud mental, el acceso oportuno a los tratamientos, la ampliación de los servicios y el apoyo continuado de los médicos de cabecera y los servicios de salud mental, para reducir la posibilidad de que los problemas persistan en la edad adulta.