Ropa
El truco para 'devolver a la vida' los cuellos deformados de las camisetas
En menos de cinco minutos la prenda recobrará gran parte de su tirantez original
El ser humano tiene una ligera tendencia a la monomanía y la falta de control del placer. Cuando una canción nos gusta mucho, la añadimos a la cola una y otra vez, en bucle, hasta que llega un momento en el que el amor se trastoca en odio y acabamos aborreciendo el 'single'. Tal vez sería oportuno poner como ejemplo los 'discos rayados' ahora que el vinilo vuelve a estar de moda, pero sus compradores los tratan hoy en día mucho mejor que antes.
Cuando ocurre con pequeños objetos del día a día y no con psicofármacos o conductas insanas no es tan perjudicial para la salud propia, aunque las posesiones, de mucho utilizarlas, se acaban estropeando. Muchas personas recuerdan un par de zapatillas en concreto que era su favorito de la infancia y que, de tanto calzarlo, acabó por acumular agujeros, rajas y suelas desgastadas tan finas como un papel de fumar. Aun con todo, se las siguieron poniendo por placer, hasta que sus padres no lo permitieron más y las queridas zapatillas acabaron en el cubo de la basura.
En otras ocasiones no es tanto por gusto como por superstición, cuando tomamos un objeto mundano y le ponemos el sambenito de ser 'el de la suerte'. Atraiga la fortuna o no, lo cierto es que aquel bien que nos caiga en gracias puede irse despidiendo de sus mejores días. 'No es oro todo lo que reluce', como nada de lo que reluce es un objeto de la suerte, porque acaban todos manoseados y sin lustre.
Y exactamente lo mismo ocurre con una camisa que nos gusta mucho, que la pobre, a fuerza de vestirla mil y una veces acaba, nunca mejor dicho 'hecha un trapo'. Triste es el destino de la camisa preferida, que termina sus días como pijama para la pareja o paño para limpiar las ventanas. Para evitar que esto suceda y alargar la vida de nuestras prendas, compartimos hoy un truco muy sencillo, pero tremendamente útil.
Truco para devolver a la vida los cuellos dados de sí
Por una vez, un método casero para arreglar algo no implica ni bicarbonato de sodio ni limón, que suelen ser el dúo mágico que aparece en todos la mayoría de remedios. Esta vez es tan simple que parece mentira, pero lo cierto es que funciona, y muy bien. José, conocido en redes como @testimu10 es un vendedor de ropa masculina que, además de utilizar las redes para publicitar su marca, también lanza buenos consejos y trucos sobre las prendas.
Para arreglar un cuello de camisa que esté deformado o haya perdido fuerza, no hace falta nada más que una goma elástica y una olla con agua hasta la mitad, sin sal ni aditivos. Tal y como explica el experto, tomaremos la camisa que necesite ser arreglada y haremos que la cinta de goma apriete bien la prenda, separando el cuello del resto de tela.
Pondremos el agua de la olla a calentar y, cuando rompa a hervir, introducimos la camiseta solo hasta la parte del cuello que hemos marcado. Sin remover, esperamos dos minutos, apagamos el fuego y retiramos la ropa. Con mucho cuidado, ponemos la camiseta en una toalla limpia para retirarle el exceso de agua, y la llevamos a secar, colgada de una pecha de camisa.
Este es precisamente uno de los motivos por los que se acaban deformando los cuellos de las camisas, además del uso, se deforman rápidamente si se dejan colgar de perchar cuadradas (pensadas para pantalones) o de otra forma que acaba por dar de sí la tela. Otra de las causas es meter la percha por el cuello y no por la abertura inferior de la camiseta, con lo que la tela acaba cediendo. Como explica el propio José, este truco es muy efectivo, pero no mágico: la prenda recuperará gran parte de la forma original, pero nunca llegará a estar como el primer día.
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