
Apariciones
Sello de garantía del Vaticano a las videntes de Chandavila
Doctrina de la Fe respalda «la experiencia profunda» de las dos jóvenes que dijeron ver a la Virgen sobre una encina de Extremadura en 1945

No es habitual que la Santa Sede reparta «certificados de autenticidad» a quienes aseguran haber sido testigos de apariciones marianas. De hecho, como tal, el Vaticano ya anunció el pasado mes de mayo, a través de su nueva guía para analizar fenómenos extraordinarios, que no pondría la mano en el fuego para confirmar como tal fenómeno extraordinario alguno. Eso sí, Roma parece haberse tomado en serio analizar cada uno de los expedientes abiertos a este respecto para corroborar si el testimonios de quienes dicen haber experimentado estos sucesos son coherentes o, si por el contrario, son una farsa con un lucro adosado.
Con estas premisas, el prefecto para la Doctrina de la Fe, el cardenal Víctor Manuel Fernández, ha otorgado la máxima categoría de fiabilidad al relato de Marcelina Barroso Expósito y Afra Brígido Blanco, dos jóvenes que en 1945 aseguraron descubrir sobre un castaño a Nuestra Señora de los Dolores, en un enclave cercano a la localidad extremeña de La Coldosera (Badajoz). El tirón de lo narrado por las chicas fue tal que se erigió un santuario en honor a la Virgen que hoy ya cuenta con más de 75 años de recorrido y es epicentro de no pocas peregrinaciones.
«No hay nada que objetar a esta hermosa devoción», expone el máximo responsable de la Antigua Inquisición en una carta dirigida al arzobispo de Mérida-Badajoz, José Rodríguez Carballo. El purpurado se muestra cauteloso al hablar de «presuntas visiones», pero da credibilidad a la «experiencia profunda» que vivieron Marcelina y Afra. Hasta tal punto que autoriza a Rodríguez Carballo a otorgar el «nihil obstat» al hecho. O lo que es lo mismo, Roma reconoce signos relevantes de una acción del Espíritu Santo de esta experiencia espiritual, a la vez que no detectan signos problemáticos o arriesgados. Por ello, el Vaticano da luz verde al arzobispo para que promueva las correspondientes acciones pastorales. Así pues, Doctrina de la Fe anima a que el Santuario de Chandavila, «heredero de una rica historia de simplicidad, de pocas palabras y mucha devoción, siga ofreciendo a los fieles que quieran acercarse, un ámbito de paz interior, consuelo y conversión».
En la misiva, que el prefecto firmó este 22 de agosto y que se dio a conocer ayer, el prefecto determina que «no hay nada que se pueda objetar a esta hermosa devoción, que presenta la misma sencillez que podemos ver en María de Nazaret, nuestra Santísima Madre». De la misma manera, pone en valor, como prueba de credibilidad, que las dos mujeres llevaron siempre «una vida discreta y sin estridencias», huyendo de todo foco mediático y sin interés económico alguno. De hecho, Afra ya ha fallecido y Marcelina es hoy una religiosa anciana de la congregación de las Hermanas de la Cruz. El Dicasterio elogia cómo las dos «se dedicaron a obras de caridad, especialmente atendiendo a personas enfermas, ancianas o huérfanos, y transmitiendo así, a las personas sumidas en el dolor, aquel dulce consuelo del amor de la Virgen que ellas habían experimentado».
El análisis que ha realizado Doctrina de la Fe sobre este fenómeno extremeño es tan detallado que incluso se detiene en uno de los episodios más relevantes vinculados a Marcelina. Y es que, apenas un par de semanas después de que experimentara lo que ella consideró como un visión, el 4 de junio de 1845 recorrió de rodillas un centenar de metros hasta el castaño por un terreno lleno de espinos y cristales rotos sin que le provocaran un solo rasguño.
Para el máximo responsable de Doctrina de la Fe, «la experiencia profunda» de Marcelina, «más que la visión, fue haber sentido el abrazo y el beso que la Virgen le dio en la frente».
A la luz de este hecho, el Vaticano destaca que la Virgen no le puso a prueba para «provocarle un sufrimiento», sino como un gesto de confianza y ternura ante un desafío que le lanza: «No temas, nada te sucederá». «Esta seguridad de la cercanía afectuosa de la Virgen es quizá el más bello mensaje», pone de relieve el prefecto, que ve en su testimonio el «consuelo, estímulo y confianza» de la Madre de Jesús.
El cardenal Fernández explica que se trataría de «una experiencia de hermosura, porque la Virgen se presentó rodeada de constelaciones luminosas, como las que podían admirarse por las noches en el límpido cielo de los pequeños pueblos de Extremadura. De hecho, explica que esta joven «narró que, al principio, veía una forma oscura en el cielo, que en otros momentos se fue perfilando más claramente como la Virgen de los Dolores, con manto negro cuajado de estrellas, sobre un castaño».
Junto al estudio del relato de las mujeres, la Santa Sede da su respaldo para promover la devoción de Chandavila en el hecho de que «son muchos los aspectos positivos que indican una acción del Espíritu Santo en tantos peregrinos que se acercan, tanto de España como de Portugal, en las conversiones, curaciones y otros signos preciosos en este lugar».
[[H2:El «desatasco» paranormal]]
Desde que a mediados de junio el Dicasterio para la Doctrina de la Fe publicara las nuevas normas para proceder en el discernimiento de presuntos fenómenos sobrenaturales que sustituyen a las aprobadas por Pablo VI en 1978, el departamento vaticano ha publicado nueve dictámenes analizando diferentes sucesos en todos los rincones de planeta, desde la India hasta Extremadura. Y con todo tipo de conclusiones.
Especialmente significativo es el decreto que desacredita a Gisella Cardia, una siciliana que aseguraba que una imagen de la Virgen de Medjugorje que tenía en su casa lloraba sangre y le permitía multiplicar pizzas y ñoquis, como si del milagro de los panes y los peces se tratara. Por el contrario, el Vaticano daba el visto bueno este mes de junio a las «iluminaciones intelectuales» sobre el misterio de la Santísima Trinidad que habría recibido el músico Gioacchino Genovese.
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