Noruega el país sin armas
Los noruegos se despertaron ayer con la sensación de que su rico país ya no era el mismo. El doble atentado en Oslo y Utoeya del pasado viernes se ha llevado por los aires su sentimiento de seguridad y ha puesto en cuestión el modelo de sociedad abierta. Hasta ahora, la devastación fruto del terrorismo era una visión lejana, propia de Irak o Afganistán, pero no de la pacífica e incluso aburrida Noruega, donde nunca pasaba nada.