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Robots con neuronas humanas: la frontera entre máquina y mente ya no existe

Una neurona artificial capaz de cambiar de función acerca la robótica a la flexibilidad del cerebro humano

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Una neurona artificial capaz de cambiar de función acerca a los robots a un cerebro real.Europa Press

Hasta ahora, lo que conocíamos por neuronas artificiales eran más bien como piezas de ajedrez: cada una con su función y sin margen para improvisar.

Pero un equipo internacional de científicos ha desarrollado una nueva clase de neurona sintética que cambia las reglas del juego.

Este grupo la denomina transneurona, y no solo imita el comportamiento del cerebro humano, sino que puede alternar entre funciones como la visión, planificación o movimiento. Todo desde un único dispositivo.

El proyecto, liderado por la Universidad de Loughborough junto al Salk Institute y la University of Southern California, acerca el hardware a la biología de una forma que hasta hace poco parecía ciencia ficción.

Al igual que una neurona natural, esta responde a estímulos eléctricos reales. Y lo hace con tanta precisión que ha sorprendido incluso a sus propios creadores.

La inteligencia ya no es solo biológica

Pero esa precisión no se logra por arte de magia. El secreto está en el memristor, un componente a nanoescala que utiliza átomos de plata para formar y romper puentes microscópicos.

Estos cambios físicos generan impulsos eléctricos que varían según la temperatura, voltaje o resistencia. Así, la neurona artificial puede modificar su comportamiento en tiempo real, sin necesidad de reprogramación.

En pruebas de laboratorio, la transneurona fue capaz de replicar con exactitud los patrones de disparo de neuronas reales de un simio, incluyendo descargas regulares y ráfagas irregulares.

¿Y ahora qué? El equipo ya tiene claro su siguiente paso: construir redes de estas transneuronas para formar una especie de "corteza en un chip".

Lo que viene a ser un sistema nervioso artificial que permita a los robots percibir, adaptarse y aprender con una eficiencia energética muy superior a la actual.

Según sus creadores, esto no solo revolucionará la robótica, sino que también abrirá nuevas vías en campos como la salud y el estudio de la conciencia humana.

Robots que ya no solo obedecen

La idea de que una máquina pueda aprender como un ser humano ya no es solo una cosa de películas o de series de ficción.

Y aunque el equipo insiste en que este es solo un primer paso, el camino que se abre por delante es prometedor e inquietante.

Porque si una neurona artificial puede ver, planificar y moverse, pero, ¿qué pasará cuando piense? O peor aún: cuando no sepamos si lo está haciendo.

Y eso obliga a replantearse qué límites debemos establecer a las máquinas, incluso, qué nivel de autonomía permitirles antes de que se nos escape de las manos.