Timos
Si te llaman de un 0056 entre las 16 y las 23 horas, no lo cojas bajo ningún concepto
La Policía Nacional lo tiene claro: si lo haces, serás objetivo de una de los timos en boga durante los últimos meses
La Policía Nacional lo tiene claro: si te llaman de un número que comience por el prefijo 0056 entre las 16 y las 23 horas, no lo cojas. Y no lo hagas bajo ningún concepto. Pues, de lo contrario, serás objetivo de una de los timos en boga durante los últimos meses. Y lo peor de todo es que tiene a tu familia como principal víctima. Te asustarán con que tu hijo o tu pareja está amordazada y que, si no pagas en cuestión de minutos un rescate, lo matarán.
Son los llamados secuestros virtuales, un tipo de estafa telefónica en el que los delincuentes llaman a la víctima e intentan hacerle creer que algún familiar suyo está retenido para exigirle dinero por su liberación. Empiezan pidiendo hasta 10.000 euros, aunque luego rebajan la cantidad de manera significativa, a veces, a los 200 euros. En los últimos cinco años se han registrado en España 1.474 denuncias por este delito, según el Sistema Estadístico de Criminalidad del Ministerio del Interior. Y, aunque cada vez hay más consciencia sobre ellos, la realidad es algún hay familias engañadas que siguen pagando por un supuesto rescate.
¡Que no te engañen!
— Policía Nacional (@policia) August 19, 2019
Te llaman por #teléfono para hacerte creer que tienen secuestrado a un familiar. Por muy realista que suene, mantén la calma y no cedas al chantaje.
Es un #secuestrovirtualpic.twitter.com/Jg4vMMQLrN
“Que no te engañen. Te llama por teléfono para hacerte creer que tienen secuestra a un familiar. Por muy realista que suene, mantén la calma y no cedas al chantaje”, avisa la Policía Nacional a través de su cuenta de Twitter. Susana fue una de sus víctimas: una mañana de agosto, mientras limpiaba la casa, recibió una llamada en la que un hombre le exigía 5.000 euros si quería recuperara a su hijo. Por aquel entonces, lo más normal era que el pequeño estuviese jugando con los amigos en el barrio. Pero ese día, se retrasó un poco más de la cuenta y los nervios se desataron. Al final, todo quedó en un susto, pues el pequeño apareció unos minutos más tardes. Pero hasta que llegó este momento, la madre estuvo a punto de hacer un ingreso económico para recuperarle.
“Le oía gritar, mientras me pedían que pagase 5.000 euros por no cortarle la oreja”, dice esta madre. Para conocer su historia, los trucos para identificar claramente un caso similar y las historias que están detrás de estas llamadas, escucha el siguiente podcast.
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