Peligros

De vender una bicicleta a vivir un infierno: le suplantan la identidad y le roban 1.500 euros

Todo empezó con un simple anuncio en un página web de segunda mano

De vender una bicicleta a vivir un infierno
De vender una bicicleta a vivir un infiernoLa Razón

A todos nos ha pasado alguna vez: tenemos en casa algún que otro trasto olvidado del que queremos deshacernos y, por qué no, sacarle algún dinerillo a cambio. Para ello, lo más habitual es tirar de aplicaciones de segunda mano en las que se pueda vender todo aquello que no queremos o no necesitamos. Tradicionalmente, recurrimos a esas plataformas que ya cuentan con un cierto bagaje y con la opinión positivas de nuestros conocidos. ¿Si ya la han probado y les ha ido bien, por qué a mi no? Entonces, publicamos el anuncio y esperamos el primer mensaje.

Hasta aquí, todo correcto. Los problemas pueden comenzar ahora. Eso es lo que le pasó a un vecino del municipio canario de Candelaria (Tenerife) el pasado septiembre: puso a la venta una bicicleta en milanuncios.com, una web de la que hasta ese día nunca había hecho uso, y transcurridas un par de semanas recibe un sms indicando que le habían hecho una precarga de 300 euros.

La operación la realizó desde el móvil y, al pinchar en el enlace que le habían enviado, la aplicación le solicita permiso al usuario para actualizarse, accediendo a ello y entrando aparentemente con normalidad a la app. Tal y como recoge el Observatorio de Delitos Informáticos de Canarias (ODIC), “en ese enlace que le envían, aparece el anuncio de la bicicleta y un formulario pidiéndole los datos de la tarjeta para cobrarle un céntimo de € (para verificar). El usuario accede a rellenar los datos, recibiendo un SMS de la pasarela de pago con el código, extrañándole que al realizar el trámite le daba error varias veces”.

Una vez en su casa, entra en la web del banco para comprobar que le han realizado el ingreso, y observa que no le han ingresado los 300 euros, pero si le han cobrado tres recibos de diferentes importes que ascienden a 1.155 euros de una cuenta de Inecobank en Armenia.

787 mensajes insultándole

El víctima alertada por la estafa decide ir a interponer la denuncia ante la Guardia Civil, y en se intervalo de tiempo, llama a la entidad bancaria para que bloqueen las tarjetas y le asesoren de como proceder en estos casos. Si bien, en lo que tardo en poner la denuncia, ir al banco a pedir un informe y llamar a Movistar para dar de baja la línea, pasaron tres horas, en las que recibió muchos mensajes SMS, llamadas y whatsapps, de otros usuarios haciéndoles preguntas e insultándole, y él sin saber porqué.

“El usuario, al ver que le habían suplantado y que la situación estaba fuera de su control, decide dar de baja la línea de móvil. Al tiempo, recibe la factura por parte de la compañía Movistar, reflejando el envío de 787 SMS, con un importe que asciende a 189 euros, que el usuario nunca envío”, sostiene el ODIC.