Defensa

¿Ha llegado la hora de sustituir los helicópteros de ataque de la Armada por drones de combate?

Un artículo en la Revista General de Marina valora los pros y los contras del uso de la Flotilla de Aeronaves o de RPAS en el apoyo aéreo en operaciones anfibias.

Imagen de un MQ-9 Predator B del Ejército del Aire
Un dron MQ-9 Reaper (Predator B)Ejército del Aire

La Flotilla de Aeronaves (FLOAN) de la Armada española es la punta de lanza de la Armada española, especialmente la Novena Escuadrilla, con sus AV-8B+ Harrier, única de caza y ataque, aunque sin olvidar sus helicópteros. Esta Escuadrilla, con más de 20 años de historia a sus espaldas y con más de 50.000 horas de vuelo, proporciona la capacidad de ser la única Escuadrilla de ala fija embarcable en la Armada.

Precisamente el Ministerio de Defensa tiene sobre la mesa la sustitución de estos aviones, que están estirando hasta el límite su vida útil, por, previsiblemente el F-35B, único avión de despegue y aterrizaje vertical capaz de operar desde la cubierta del portaaeronaves Juan Carlos I.

No podemos perder de vista la importancia de cazas y helicópteros en las operaciones anfibias que se lanzan desde el mar para llevar a cabo operaciones de fuerza de desembarco en el litoral y que dependen del sistema de apoyo de fuego durante los momentos iniciales, cuando la fuerza de desembarco parte de una potencia de combate en tierra nula, para garantizar la superioridad en el enfrentamiento. Dicho apoyo de fuego depende de la artillería de campaña, del fuego naval y del apoyo aéreo. Pero, ¿y si ese apoyo aéreo corriese a cargo de aeronaves no tripuladas?

Portadrones turco

Turquía ha puesto en marcha su primer portaaeronaves, el TCG Anadolu (L-400), un buque de asalto anfibio polivalente basado en el LHD Juan Carlos I español, construido por Navantia, en el que ha sustituido los aviones tripulados por drones Bayraktar TB3, una plataforma de combate de alas plegables, lo cual permite llevar decenas de ellos a bordo, cumpliendo diferentes misiones de ataque en apoyo de las operaciones navales de esa flota. Es capaz de despegar y aterrizar en portaaviones de pista corta. Además de las misiones de reconocimiento/vigilancia e inteligencia, el UCAV Bayraktar TB3 puede lanzar una operación de asalto con las municiones inteligentes que incorpora bajo sus alas.

El TCG Anadolu podría llevar a bordo también el avión de combate no tripulado Bayraktar Kizilelma (MIUS), otro dron del mismo fabricante del que se han podido ver prototipos, resultando su aspecto muy similar al de un caza convencional, y que estaría listo este mismo año. Asimismo, podría llevar el avión HURJET, de Turkish Aerospace, un pequeño aparato de combate ligero que cumple también labores de entrenador de pilotos. La variante de combate proporcionará un multiplicador de fuerza en el campo de batalla a través de una amplia gama de capacidades de misión y una gran carga útil.

Por su parte, la Marina china probó el pasado año su nuevo portaaviones en forma de catamarán diseñado específicamente para operar enjambres de drones, diseñado especialmente para lo que podría ser a corto o medio plazo la guerra del futuro. Por su parte, Irán estaría construyendo un portaaviones para drones a partir de un buque mercante, con una gran cubierta de vuelo en voladizo a babor.

Sobre esta premisa, el número de junio de la Revista General de Marina, que elabora el Ministerio de Defensa español, aborda los pros y los contras de sustituir a los helicópteros de ataque de la Armada por aeronaves no tripuladas. Los capitanes Jorge Rodríguez Moreno y Pablo Torres Fernández del Campo valoran cómo los drones han ido evolucionando hasta los modelos actuales: "Los motores han evolucionado a turbinas de reacción o turbohélice de alto rendimiento que permiten alcanzar 1.100 km/h, lo que, junto a su baja firma radar, los convierte en un medio muy difícil de derribar. Además, pueden disponer de autonomías de hasta 60 horas en vuelo, alcances de 6.000 km y altitudes que rondan los 18.000 metros. Además, las bombas guiadas y misiles aire-superficie pueden ser lanzadas desde un RPAS a más distancia que el alcance de los actuales sistemas anti-RPAS, lo que les convierte en un medio adecuado para degradar las capacidades A2/AD del adversario".

Drones armados

El Ejército del Aire adquirió en 2015 el modelo MQ-9 Reaper o Predator B, en su variante Block 5, que se emplea en cometidos de ISR aunque ya se han dado los pasos necesarios para armarlo. Su configuración de ataque cuenta con hasta seis puntos de anclaje para armamento. Los soportes son de dos tipos: internos, situados dentro del fuselaje en la parte inferior, y externos, ubicados en las alas –como en el caso de los cazas convencionales-.

Entre la panoplia de armas que pueden llevar en los soportes están, por ejemplo, distintos modelos de la familia de bombas GBU como la GBU 12 "Paveway" de guiado láser u otros modelos como la GBU 49, con el mismo sistema de guiado. Además, puede lanzar la GBU-54 LJDAM (Laser Joint Direct Attack Munition), con un kit de guiado GPS que convierte una MK-82 (bombas de propósito general) en una bomba de precisión. Ésta incorpora además un kit de guiado láser y de proximidad que le confiere a la bomba la capacidad de reacción frente a blancos en movimiento, pudiendo llegar a batir blancos a más de 100 km/h. España cuenta con este tipo de bomba JDAM para los veteranos cazas "Harrier" de la Armada.

En cuanto a misiles, puede lanzar el AGM-114 "Hellfire" aire-tierra, un arma que también está en servicio en la Armada. El consorcio misilístico europeo MBDA, además, ha integrado en los "Reaper" de Reino Unido el "Brimstone", un misil también aire-tierra que España acaba de adquirir para reforzar las capacidades de ataque a objetivos terrestres de sus Eurofighter.

La autonomía y la capacidad de operar a gran altitud de este sistema convierte al "Predator" en un arma muy eficaz. El dron puede permanecer en el aire más de 24 horas seguidas y subir hasta los 50.000 pies (15.240 metros), una altura que hace prácticamente imposible la detección por el enemigo.

Además, apuntan los autores del artículo, potenciar la capacidad del RPAS armado será posible, ya que España forma parte del programa EuroMALE, un dron que se encuentra en desarrollo con similares características de velocidad, autonomía y capacidad de combate a los empleados por otros países, desarrollado por Airbus, Dassault Aviation y Leonardo para Alemania, Francia e Italia, aprobado en 2022. También cuanta la Armada con los drones Scan Eagle para disponer de un avanzado sistema ISR que, aunque es empleado sin ningún tipo de armamento, es una capacidad muy necesaria para responder a las necesidades críticas de información en la ejecución de las operaciones anfibias.

España también trabaja con Airbus en otra aeronave no tripulada, denominada Sirtap, de la que ha encargado nueve sistemas, cada uno de los cuales estará compuesto por tres aviones con sus respectivas antenas de comunicación, por lo tanto, el Ministerio de Defensa español recibiría 27 aviones. Se trata de una aeronave de gran envergadura, con 7,3 metros de largo por 12 metros de punta a punta de cada ala, una altura de 2,2 metros y un peso de 750 kilos, pensada para misiones de inteligencia, reconocimiento y vigilancia pero que también podrá armarse y realizar labores de ataque y apoyo aéreo.

Menos helicópteros, más drones

Por otro lado, el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos plantea, en su Force Design 2030, un futuro en el que los escuadrones que operan helicópteros tripulados sufrirán una disminución de más de un 30%, mientras que los escuadrones de RPAS pasarán a tener el doble de sistemas para incrementar su capacidad en un 100%. El hecho de que un cuerpo de naturaleza expedicionaria de referencia como el de Marines reduzca la adquisición y el mantenimiento de helicópteros de ataque y aumente los escuadrones de RPAS podría ser considerado como un indicador de la relevancia que adquirirán en un futuro muy próximo estos sistemas", escriben.

La ventaja principal del RPAS es que, "como sistema de media altitud y gran autonomía, puede disponer de la misma variedad de armamento que un helicóptero de ataque; aunque en menor cantidad [...]. Además de implementarse el uso de nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial, se podrían reducir los errores inherentes al piloto en el empleo de determinadas municiones cuando éste se encuentre en situaciones de estrés de combate, lo que haría de los RPAS un medio productor de fuegos preciso y seguro. Otra ventaja que podría considerarse es que la formación de los pilotos de aeronaves no tripuladas tiene una duración menor a la de un piloto de un helicóptero de combate y, dependiendo del sistema en el que se le forme, el coste medio por hora de vuelo tiende a ser más reducido".

Sin embargo, el uso de estos aparatos sin piloto también tienen desventajas respecto de los helicópteros de ataque, como el hecho de que el vuelo de la aeronave dependa en todo momento de su enlace con la estación de control convierte al sistema de mando y control en una "vulnerabilidad crítica". Habla el artículo de sistemas contra RPAS que emplean la guerra electrónica, como el israelí Skylock Dome, capaz de inhibir el espectro de frecuencias Ka satélite y GPS, o sistemas de misiles ligeros que utilizan radares de altas prestaciones con capacidad de detectar RPAS de hasta 30 cm, como el Vehicle-Agnostic Modular Palletized ISR Rocket Equipment (VAMPIRE).

"Pueden considerarse además otras amenazas, como los fusiles antidrones probados en combate en la guerra de Ucrania, como el Jammer KVSG-6, que tiene un alcance de hasta tres kilómetros. Otro ejemplo del desarrollo de las capacidades de defensa contra RPAS es el Raytheon de Estados Unidos, con capacidad de neutralizar hasta diez drones en vuelo con ondas electromagnéticas de alta potencia", explican.

Además, consideran que la consciencia situacional de un piloto "humano" es impensable todavía en una aeronave no tripulada por más que sea controlada remotamente. "Hay opiniones que defienden que una aeronave no tripulada nunca llegará a sustituir a un piloto por su perspicacia e instinto y por la capacidad de analizar una situación más allá de lo evidente. La visión todo campo, el conocimiento del entorno operativo que supone encontrarse en el campo de batalla y el propio instinto de supervivencia dotan a la aeronave tripulada de una capacidad de reacción favorable en cuanto a la rápida toma de decisiones", dicen.

Por otro lado, la formación de un piloto de helicóptero es larga y costosa, así como el constante reciclaje que necesita para estar siempre al día de cualquier avance tecnológico que vayan incorporando estos aparatos. Por si fuera poco, los helicópteros tripulados presentan una autonomía de vuelo muy inferior a la de los RPAS.

Operaciones combinadas

Tras este análisis, los dos capitanes concluyen que "la dependencia exclusiva, en el caso de la Armada, de apoyo aéreo de ala fija que opera desde un único buque (LHD Juan Carlos I) pone en valor las posibilidades que pueden aportar a la fuerza anfibia aeronaves de ataque con capacidad para operar desde cualquier BCCA (buque con capacidad aérea), no sustituyendo pero complementando al ala fija embarcada, sobre todo en entornos donde el adversario cuente con capacidad A2/AD y exista mayor riesgo. El estado actual de desarrollo tecnológico permite emplear, de forma combinada, sistemas RPAS y de helicópteros de ataque para apoyar a la fuerza anfibia, aunque aún no se dispone de doctrina específica para este empleo".

Respecto a los RPAS, permiten evitar la exposición de vidas humanas, con un coste menor al de un helicóptero de ataque y una necesidad menor de formación de los pilotos.

"Podemos concluir que ya es posible el empleo combinado de ambos medios para realizar misiones de forma complementaria y lograr una sinergia ya comprobada en marinas de nuestro entorno, al menos hasta que, en un futuro a medio o largo plazo, el desarrollo tecnológico permita considerar al RPAS como sustituto de las aeronaves tripuladas", terminan.