Preocúpate si tu nevera hace alguno de estos ruidos. Podrían revelar una avería

Los consumidores están cansados de ser consumistas. Están acostumbrados a dar por hecho que la vida útil de los electrodomésticos que compran es limitada y que -por lo tanto- deben moderar sus expectativas. Es consecuencia de lo que se conoce como obsolescencia programada; que es una estrategia comercial que consiste en fabricar un producto limitando su duración de forma premeditada, de forma que se obligue al consumidor a sustituirlo a los pocos años... con el desembolso y el derroche de recursos que eso supone.

Por ejemplo, algunos fabricantes de bombillas led ya indican la vida útil que se puede esperar de su producto y algunas pueden llegar hasta las 50.000 horas, el equivalente a tenerlas encendidas durante más de cinco años. Sin embargo, esta duración es insignificante si se compara con la famosa bombilla del parque de bomberos de Livermore (California, Estados Unidos), que lleva encendida desde hace ya 119 años. De hecho, tal es la expectación que mueve la bombilla que está vigilada durante las 24 horas del día a través de una cámara de vídeo y se puede comprobar su estado en directo.

Cuando escuchamos que alguno de los electrodomésticos de nuestro hogar hace algún ruido por primera vez en su vida, siempre nos alarmamos… porque pensamos que ese es el comienzo del fin. Esto es especialmente grave cuando ocurre en grandes electrodomésticos, como la nevera. Afrontar el gasto de comprar uno de estos aparatos puede ser un verdadero golpetazo para nuestra economía familiar.

Debes tratar de entender qué es lo que está mal en lugar de gastar dinero en otro electrodoméstico. Si estos ruidos que acaban de aparecer entran dentro de lo “normal”… y no son la manifestación de alguna avería, entonces podremos relajarnos un poco. Sin embargo, si este ruido significa que el electrodoméstico está en las últimas, entonces deberíamos empezar a pensar en cómo vamos a hacer frente a este gasto inesperado.

¿Qué ruidos entran dentro de lo normal?

Una nevera ruidosa no es necesariamente una nevera estropeada. De hecho, todas las neveras son más o menos ruidosas. La diferencia es que algunas hacen un suave gorgoteo y otras parecen más un reactor nuclear que un aparato para conservar alimentos. Para saber si estamos realmente frente a un frigorífico estropeado, primero debemosidentificar cuáles son los ruidos normales y de los que no deberíamos preocuparnos.

El ruido que siempre acompañará a cualquier nevera es el del motor, que emite ese zumbido constante con el que todos estamos familiarizados. También puede ser el sonido del compresor. Esta pieza es algo así como el “corazón” del frigorífico. Lo que hace -esencialmente- es transferir el calor del interior de la nevera hacia el exterior. Y al ponerse en marcha emite un zumbido bastante grave.

Otro ruido que también es muy común es el del gorgoteo de las tuberías, que lo único que significa es que hay gas moviéndose por el circuito del refrigerante. Y por último, también es perfectamente normal que los frigoríficos con tecnología No Frost den algunos golpecitos. Los responsables son las resistencias encargadas del derretimiento automático del hielo.

Ruidos anómalos y preocupantes

Es natural que todos los sonidos anteriormente mencionados sean mucho más notables en los frigoríficos antiguos. Pero no es habitual que estos ruidos sean tan altos en las neveras nuevas. Y si este es el caso, lo primero que debes revisar es si -en realidad- el sonido proviene de la vibración del electrodoméstico. Si el aparato está en contacto con algún mueble, si las patas no están bien ajustadas o si el suelo de tu cocina es irregular; entonces lo más seguro es que se trate de la vibración.

Hasta aquí los ruidos que podemos considerar naturales, comunes y razonables para un frigorífico que funciona correctamente. Si nuestra nevera hace ruidos como de goteos constantes y acelerados, nos está diciendo que hay algo que no va bien. Lo mismo ocurre cuando el sonido del compresor en marcha se torna más grave y mecánico. También sería preocupante si, por ejemplo, oyésemos un gorgoteo continuo y ahogado. Esto significaría que el líquido refrigerante no está circulando tan bien como debería. Y no es un problema fácil de solucionar.

Si nos encontramos con que nuestro frigorífico hace cualquiera de estos ruidos o algún otro sonido anómalo, puede que haya llegado el momento de llamar al técnico, que evaluará si es posible solucionar el problema o si, por el contrario, es necesario desechar este electrodoméstico y comprar uno nuevo.