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“Hawkeye”: el arco y el flechazo con Hailee Steinfeld

Marvel y Disney+ vuelven a los orígenes de Ojo de Halcón (Jeremy Renner), el vengador con déficit de carisma, para escribir un auto-contenido cuento de Navidad

Hailee Steinfeld (izquierda) y Jeremy Renner, protagonizan «Hawkeye», ya disponible en Disney+ © Marvel Studios 2021. All Rights Reserved.
Hailee Steinfeld (izquierda) y Jeremy Renner, protagonizan «Hawkeye», ya disponible en Disney+ © Marvel Studios 2021. All Rights Reserved.La Razón

Por la pandemia, quizá por necesidades narrativas o por huir de su propia consciencia como imperiodel entretenimiento, es cierto que Disney (y Marvel) no se habían atrevido nunca a enseñar mucho del universo de Los Vengadores en un plano filosóficamente realista. En «Falcon y El soldado de invierno», cuya acción anodina acabó con la paciencia de muchos pese a la buena intención que había en su retrato crítico de la militarización de Estados Unidos, tuvimos alguna pista (¿Cómo se saca una hipoteca un superhéroe? ¿Tienen pensión?), pero no acabábamos de adivinar nunca el mundo «post-blip», ese que quedó dibujado tras el chasquido de Thanos. Si usted, al leer esto, no sabe de qué demonios le estamos hablando, está de enhorabuena, porque «Hawkeye» («Ojo de Halcón»), la nueva serie de Disney+ sobre mallas y mamporros, no solo abraza la explicación del mundo contemporáneo de los superhéroes, si no que la trasciende e intenta conectar con los espectadores que entre magos, humanos con poderes y extraterrestres, se habían desconectado del Universo Cinematográfico de Marvel (UCM) y sus estoicos protagonistas.

Ha nacido una estrella

Así, en «Hawkeye» nos encontramos con Clint Burton (Jeremy Renner), el vengador con déficit de márquetin, mientras lidia con su nueva vida familiar y le invitan, por ejemplo, a musicales sobre la vida del desaparecido Capitán América, Steve Rogers. A la vez, conoceremos a una Kate Bishop (con el rostro de la siempre espléndida y carismática Hailee Steinfeld), que desde que vio de niña a Ojo de Halcón salvar a su acomodada familia en mitad de la batalla de Nueva York, se colgó al hombro un arco y una flecha para intentar seguir los pasos de su ídolo. Ese ídolo, como se recuerda en la serie con insistencia, se convirtió en un sicario de los bajos fondos tras la muerte (reparable) de su familia, y ahora es Bishop quien tendrá que ayudarle, casualidades de la vida, a dejar ese oscuro pasado atrás y volver a la estricta senda de los héroes.

Kate Bishop (Hailee Steinfeld) en "Hawkeye". ©Marvel Studios 2021. All Rights Reserved.
Kate Bishop (Hailee Steinfeld) en "Hawkeye". ©Marvel Studios 2021. All Rights Reserved.La RazónFilm Frame

Con Nueva York en plena Navidad como contexto, narrativo y visual, en homenajes que van desde «Solo en casa 2» hasta «Eyes Wide Shut», «Hawkeye» es una serie sobre la impecabilidad asociada al título de súper-hombre. Sin ponerse tampoco metafísica, la serie es capaz de abordar la pérdida de identidad del personaje de Burton en favor de un ideal de perfección moral, algo a lo que un ex militar con varias bajas confirmadas no puede aspirar. Ahí es donde entra en juego Steinfeld, que brilla en cada escena y, sin cicatrices éticas, parece preparada como personaje (y también como actriz) para tomar las riendas del lado más humano de las tramas «marvelitas».

En seis episodios, que nos llevarán ya hasta el 22 de diciembre y que conectarán con el estreno en cines de «Spider-Man: No Way Home» el día 17, parece más que obvio que habrá algún tipo de conexión entre ambas producciones, al igual que la confirmación de que Florence Pugh («Viuda Negra») tiene un peso importante en la serie. «Hawkeye», como «La jungla de cristal», aspira a volverse un clásico de acción navideño que revisitar y en el que dejarse entretener por algo más que la narrativa megalómana de Marvel y Disney y, de paso, se puede entender también como el último tren argumental del UCM, dispuesto a seguir amasando dinero siga usted las tramas o no. El valor de la serie, más allá de su autocontención y sus escenas de pulso firme (notable cuando pone la cámara en la parte trasera de un coche en una persecución a plena luz del día), pasa por una Steinfeld que se sabe adorada por la cámara y por un Renner que, tan harto de ser Ojo de Halcón como su personaje, entrega una interpretación como hace años no se le veía, a medio camino entre el Bruce Willis que tenía que salvar el Nakatomi Plaza y un Scrooge que ve como el fantasma de las Navidades futuras le adelanta a flechazos.