Estreno
«Encerrado con el diablo»: la maldad intrínseca, a juicio
AppleTV+ estrena su apuesta para el verano de la mano del actor de «Rocketman» y el guionista de «Mystic River»
Cuando se supo que Apple le había dado carta blanca a Dennis Lehane para desembarcar en su plataforma de «streaming», todos los focos se trasladaron hacia su nuevo proyecto. Tras firmar el guion de «Mystic River» y volverse un habitual de la productora de Martin Scorsese, apenas trascendió que su nueva serie para la casa de la manzanita mordida adaptaría un caso real de «true crime» y contaría con Taron Egerton como protagonista y productor ejecutivo. Una pandemia y un par de años después, AppleTV+ estrena hoy los dos primeros capítulos de «Encerrado con el diablo» («Black Bird»), serie en la que Lehane vuelve a lidiar con los traumas de la masculinidad tóxica y que, más allá de los designios de sus creadores, se ha convertido en el último servicio de Ray Liotta a la televisión, como padre del personaje de Egerton.
«Todos los recuerdos que tengo son buenos. Fue un intérprete brillante y todo lo que aprendí de él lo llevaré siempre conmigo. Por eso mismo me cuesta hablar en pasado de Ray (Liotta) y de lo que compartimos, todavía se siente como algo muy privado. No era el tipo de compañero que te devolvía los cumplidos, pero sí supe por uno de sus amigos de confianza que me tenía en muy alta estima como actor», confiesa Tagerton a LA RAZÓN por videoconferencia. Y sigue, sobre el interés que despertaba en él como actor y productor la historia del narcotraficante Jimmy Keene, quien aceptó compartir celda con un peligroso asesino en serie para sonsacarle información sobre sus víctimas y así reducir su condena: «Me interesaba porque no es un personaje al que sea fácil querer al principio de la historia. Solo episodio a episodio aprendemos de su humanidad, quizá como él mismo», añade este intérprete británico.
Misoginia interiorizada
Con un elenco estelar, que además de Egerton y Liotta completan un espectacular Greg Kinnear y Paul Walter Hauser («Yo, Tonya») como el mal personificado, «Encerrado con el diablo» se conoce sus referentes mejor que nadie y, antes que mirar al clásico de Eastwood que dio alas a su creador, se fija en «True Detective» o en la reciente «Mindhunter» para empatar. El ritmo, progresivo desde lo pop hasta lo sádico, no decae en ningún momento, y permite que Egerton brille como epítome de los avispados: «No puedo hablar por toda una generación de hombres, pero sí creo que es bastante común encontrarse a hombres que no saben lidiar con los traumas de su infancia o de su pasado. O que solo saben lidiar con ello a través de la violencia. Dennis Lehane lidia con la parte más fea de lo que significa ser hombre, la masculinidad en sí, la misoginia que sale de dentro», opina sincero Egerton. Y completa, sobre un rodaje que le llevó a cárceles verdaderas: «La ambientación fue lo más fácil, porque de verdad me sentía recluido. Odié cada segundo que pasé allí, pero ahora, como espectador agradezco la autenticidad que respira la serie».
A punto de comenzar a rodar la tercera entrega de «Kingsman» y de volver a lanzarse a por el Oscar con la historia del creador del Tetris, Egerton se reconoce más maduro como intérprete y se despide analizando su trabajo en la piel de Keene: «No sé hasta qué punto debería reconocerlo, pero no ha sido difícil meterme en el papel pese a los lugares tan oscuros hasta los que transita. Supongo que es algo que está dentro de todos, esa especie de comprensión de la maldad», matiza. AppleTV+ sigue así consolidando su espacio en el streaming.
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