Entrevista
Alaska: «Este año no hemos hecho conciertos y siento que me han timado»
Prepara con Movistar Plus+ el documental «Alaska. Revelada»
Alaska no deja indiferente. Olvido, para otros tantos. Y Olvi para su marido, el inconfundible Mario Vaquerizo, que la acompañó en la presentación en Vitoria, dentro del marco del FesTVal, de «Alaska. Revelada», el documental que prepara Movistar Plus+, del que tan solo pudimos ver un adelanto.
Después de haberla visto en estos últimos años en distintos formatos, ¿qué nos vamos a encontrar en esta «Alaska. Revelada»?
La información de verdad la tiene Pite (Piñas), que es la directora, porque hacerlo es una cosa y lo que luego va a salir es otra, pero con ella estoy muy tranquila. Hemos visto el primer capítulo y sin terminar. No es un documental de los mejores momentos ni una cronología, no es un «Lazos de sangre» ni un reality. Si no captas toda la esencia de lo que se habla de salud, dinero y amor no tiene todo el sentido y además esa división es lo que permite el salto cronológico. Esto no comienza cuando nazco y acaba ahora. Vas adelante y atrás según los temas que se tratan y con una profundidad muy diferente a todo lo que he hecho hasta ahora. Esto es como hacer unas fotos desnuda, tienes que tener mucha confianza para hacerlo.
¿Hay algo que le apeteciera contar?
Tenía la sensación de haberlo contado todo, pero no era cierto. Pite, como entrevistadora, sabía muy bien lo que quería, y te lleva a sitios que no se me hubiera ocurrido.
¿Cuántas horas han echado?
Muchas. ¿20? ¿30? Pobre mujer que ahora tiene que editar todo eso. Las entrevistas no han sido cortas a ninguno de los participantes. Creo que ha habido unas 30 localizaciones. Nos hemos ido a México, cada persona tiene su espacio. Sin duda, es la persona que sabe más de mi vida en este momento.
¿Dónde ha hurgado más?
Para sobrevivir barres y pones la alfombra y creo que las cosas se han quedado bien barridas, quizá porque a los diez años me arrancaron del lugar donde vivía y me vine a España y supe cómo enterrar. Aquí he tenido que escarbar e incluso encontrarme con gente que hacía mucho tiempo que no veía, volver a escuchar y encontrar distintas versiones de una misma historia. Volver a mover y ver que está todo bien, que no está a mala fe y que bien que pasó aquello y lo otro. Una de las razones para hacer esto, además del equipo y la propuesta, fue darme cuenta de que ahora tengo salud, dinero y amor y que había que contarlo cuando estás bien. No para buscar estarlo.
¿Cómo se consigue ese equilibrio?
Soy una persona equilibrada, pero la vida te desequilibra a cada segundo. Ahora estoy aquí sentada, pero puede que pase una desgracia o una no desgracia y la vida te cambia. Desaparece una persona fundamental en tu vida, se te cae una cosa, te dan el Oscar. La vida no es solo lo malo, también lo bueno. Nos pensamos que los desequilibrios vienen por las cosas malas, y no siempre. En el primer capítulo cuento que en mi mayor momento de éxito con Dinarama estaba fatal. Y hablándolo ahora... Estaba en la «Bola de Cristal» con Dinarama, no podía vender más, haciendo conciertos y no me sentía nada bien. La vida es así.
Caben muchas vidas en una vida de Alaska.
Por eso es difícil de contar y por eso es impensable imaginar que hay alguien que te conoce de verdad. Cuántas personas saben que lo que de verdad te interesa es la arqueología o Las Vegas. Unos conocen una cosa y otros otras. No se va a tratar de esto en el documental sino de algo más interno, pero es imposible conocer a las personas.
De todo lo que ha conseguido, ¿qué es lo que más le ha llenado?
Tener mi propio proyecto con Fangoria, con Nacho, que cuando tenía 14 años hicimos el primer grupo de música. Poder seguir haciendo y habiéndome empeñado en hacer lo que quería y tener 61 años y seguir.
¿Qué le sigue ilusionando?
Sacar el próximo disco de Fangoria, cortar el pelo a mi madre, presentar este documental, pasar un fin de semana cambiando las plantas en el jardín... Desde lo más banal pasando a lo profesional. Mi profesión es afición. Comentar las revistas del corazón...
Subirse a un escenario, ¿qué lugar ocupa en todo esto?
Uno primordial. Este año no hemos hecho conciertos y siento que me han timado.
A estas alturas importa el qué dirán.
No me ha importado nunca, pero tampoco lo quiero saber. Esta especie de sinceridad absoluta de las redes sociales yo no la necesito. No te he preguntado lo que piensas.
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