Estreno
Las aventuras de dos díscolos escoceses en Nueva Zelanda
“Men in Kilts” demuestra que el whisky, la falda escocesa y el humor combinan bien en cualquier parte del mundo
Si usted es seguidor de “Outlander” se le harán familiares los nombres de Sam Heughan y Graham McTavish, quienes interpretan a dos de los protagonistas de la exitosa serie, Jaime y Douglas MacKenzie, sobrino y tío, respectivamente. Pero si no lo es, tampoco importa mucho, porque en realidad no hace demasiada falta tenerlos referenciados para darse cuenta, después de ver unos segundos de “Men in Kilts”, de que son dos de esos colegas de los de toda la vida, de aquellos que se conocen bien y se tienen la suficiente confianza para matarse a golpes bajos cada que tienen la oportunidad, pero siempre desde el humor y la más absoluta falta de vergüenza, por mucho que intenten parecer auténticos “lords”, en este caso escoceses.
Partiendo de esa base, ya fue una buena idea que en la primera temporada de “Men in Kilts” (“Hombres con falda”) ambos emprendieran un viaje por carretera para dar a conocer Escocia, su geografía, historia, tradiciones y atracciones de todo tipo para llevarlo a la televisión en formato docuserie. El resultado no pudo ser mejor. Pero, lo que estaba por verse, era si un roadtrip de estas características particulares, léase: dos díscolos y competitivos escoceses con sus “kilts”, una caravana, comentarios sarcásticos, ningún miedo al ridículo, gusto por la adrenalina y dosis importantes de whisky podrían valer para mostrar un país que no fuera el suyo.
Y el pasado lunes 14 de agosto, en Movistar Plus+, conocimos la respuesta. Al menos en el primero de los cuatro capítulos que componen esta segunda temporada, que se estrenarán cada lunes, y sí, definitivamente, la fórmula vuelve a funcionar.
Aunque, a decir verdad, tampoco salieron a pillarse los dedos, pues el país elegido para esta segunda edición de “Men in Kilts” fue Nueva Zelanda, conocida como la Escocia del hemisferio sur, no sólo por lo similares que pueden llegar a ser sus verdes y montañosos paisajes, como por los muchos asentamientos escoceses que hubo históricamente en estas islas. No obstante, si no hubiesen sido esas las razones, sino que el hecho de que Graham McTavish vive actualmente en el país, tras conocerlo en el rodaje de la saga “El Hobbit” de Peter Jackson, y ejerce de magnífico anfitrión, funciona igual.
Lo realmente atractivo de “Men in Kilts” son las divertidas situaciones en las que terminamos metidos los espectadores, porque es cierto que a través de los retos mutuos que se plantean Sam y Graham, de esa camaradería competitiva y mordaz, pero que a veces resulta incluso tierna entre ambos, pues es como observar a dos niños jugando de la manera más infantil, nos descubrimos conociendo un país lejano y extraño para muchos de nosotros de una forma tan entretenida y refrescante que los 30 minutos de cada episodio se nos pasan volando.
Y sí, es verdad que, aunque uno sepa muy poco de Nueva Zelanda, al menos sabe que es la tierra del haka maorí, que sus aguas están llenas de tiburones, que los deportes extremos gozan de gran popularidad o que, efectivamente, es la tierra donde los hobbits encontraron su hogar imaginario. Pero llevar allí a estos dos personajes viajando en caravana, recorriendo el país y viviendo cada experiencia desde su perspectiva y costumbres escocesas es algo que vale la pena ver.
De hecho, después de ver el primer episodio de esa temporada, se me ocurren un montón de países distintos en los que me gustaría acompañar, al menos desde la televisión, a Sam y a Graham con sus faldas escocesas en un nuevo roadtrip. Sería genial.
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