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Los españoles siguen confiando más en los medios tradicionales que en las redes sociales
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A pesar del auge de las redes sociales en todas sus formas, Tik Tok, X, Instagram, Facebook..., los ciudadanos siguen acudiendo en mayoría a los medios de comunicación tradicionales, como Prensa, radio y televisión, para informarse de la actualidad. El valor añadido de los profesionales aporta una significativa diferencia respecto a lo vertido en internet por cualquiera. Y así lo demuestra el estudio "Jaque a la verdad" elaborado por la agencia evercom y por Smartme Analytics, y que "explora la situación actual en materia de credibilidad informativa y el impacto de las redes sociales frente a los medios tradicionales".
Según dicho estudio, el consumo de noticias a través de las redes sociales ha experimentado un aumento en los últimos años, y, sin embargo, "los medios tradicionales continúan siendo la principal fuente de confianza para la mayoría de los ciudadanos". Además, indica que los usuarios son conscientes de la "proliferación de información no verificada", todo tipo de fakes en imagen y vídeo y contenidos engañosos, y la falta de una regulación de su uso y abuso, la gente acude a los medios tradicionales por una cuestión de "credibilidad".
El estudio se ha elaborado a partir de una muestra representativa de 10.000 perfiles de entre 16 y 65 años. La metodología combinó técnicas de observación pasiva y declarativa para analizar el uso real tanto de redes sociales como de medios tradicionales. En sus conclusiones, el estudio muestra que el 77% de los ciudadanos considera que los medios tradicionales son más fiables que las redes sociales. Dentro de estos, la radio (69%) y la prensa escrita (61%) lideran el ranking de credibilidad. En contraste, plataformas como TikTok (28%) y Facebook (31%) son percibidas como las menos confiables en materia informativa.
Hace hincapié el estudio que la falta de "filtros editoriales" convierte a cualquier usuario en fuente de información, y que no se niega la democratización "y el acceso a la conversación pública", pero si abre el peligro a la desinformación con noticias "falsas o descontextualizadas". En este caso el valor de las redes sociales es puramente estético: "6 de cada 10 encuestados considera que las redes sociales presentan la información de manera más atractiva, especialmente entre los jóvenes de 16 a 24 años (75%). No obstante, esta percepción contrasta con la credibilidad que se otorga a estos medios, lo que sugiere que la estética y la inmediatez pueden captar la atención del público joven, pero no necesariamente garantizar la confianza en el contenido que se difunde."
Factores que refuerzan la credibilidad
El informe señala que la confianza en los medios tradicionales se debe, en gran medida, "a su estructura editorial, a la verificación de fuentes y a la presencia de periodistas especializados dentro de las redacciones". Los datos apuntan a que el 64% de los encuestados reconoce que las noticias de estos medios suelen ser más profundas y contextualizadas, lo que refuerza su credibilidad frente a la inmediatez y el contenido viral de las redes sociales. Como indica, este fenómeno demuestra que el público sigue valorando el periodismo de calidad, "aquel que prioriza la investigación y la pluralidad de fuentes. La credibilidad no se basa únicamente en la rapidez de difusión, sino en el compromiso con la precisión y la transparencia informativa".
Además, también se percibe que los usuarios que combinan el uso habitual de redes sociales con medios tradicionales tienden a confiar más en la prensa escrita y la radio, lo que sugiere que el consumo híbrido de información es clave para la percepción de confianza.
La lucha contra la desinformación
En "Jaque a la verdad" también se pone de manifiesto cómo la inmediatez y la accesibilidad de las redes sociales han cambiado los hábitos de consumo informativo. Un ejemplo de ello es que el 55% de los usuarios de entre 16 y 24 años declara informarse mayoritariamente a través de estas plataformas, mientras que solo un 35% de los mayores de 45 años hace lo mismo. Por otra parte, la tendencia a consumir noticias en formato corto y visual, como en TikTok y YouTube Shorts, está desplazando las lecturas más profundas y analíticas a un segundo plano.
En este contexto, uno de los grandes desafíos identificados en el proyecto es la lucha contra la desinformación. Existe una percepción generalizada que señala que la proliferación de bulos y fake news en redes sociales afecta la manera en que se comprende la realidad, reforzando la importancia de la verificación de hechos en medios tradicionales. La falta de mecanismos efectivos para controlar la propagación de información falsa ha convertido a las redes en un espacio de incertidumbre informativa, donde las audiencias deben desarrollar una capacidad crítica mayor para discernir la veracidad de los contenidos.
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