Estreno

Gonzo y «Salvados»: «Esto sí ha pasado»

►El programa de laSexta comienza temporada esta noche con la emisión de «Jesuitas 87», sobre los abusos de profesores

El periodista se reencontrará con su pasado en el patio de su colegio de la infancia
Enrique López, en su participación en 2021Atresmedia

Acostumbrados a contar la vida de los demás, a un periodista siempre le resulta paradójico y complicado cuando se convierte en protagonista de la historia que va a narrar. Eso es un poco lo que le pasa a Fernando González, Gonzo, en la nueva temporada de «Salvados» que regresa esta noche a las 21:30 horas con nueva temporada. Y arrancan fuerte. El primer reportaje, llamado «Jesuitas 87», es un viaje personal del propio periodista a su Vigo natal para desentrañar la verdad tras aparecer su colegio de la infancia entre aquellos en los que se cometieron abusos verbales, físicos y sexuales a los alumnos.

Tras el ver el primer reportaje de esta entrega, compartimos con Gonzo la impresión de que es «un pelotazo». El periodista coincide y apuntala que «para mí lo es desde hace tiempo». El presentador ha hecho acopio de valor durante todo el proceso: «Saber qué se iba a hacer, gestionar las llamadas, la preparación, todo esto es un proceso vital. Me falta lo más gordo, que es verlo en antena, ver las reacciones, empezar a saber lo que me comentan o piensan compañeros del colegio cuando lo hayan visto». Ese es el punto que lo hace «personal» para Gonzo, ya que «tiene una temática que es impactante. Y luego, evidentemente, que esta vez me haya tocado no solo ser el que cuenta la historia o el que va presentando y entrevistando, sino ser uno de los que ponga sobre la mesa sus experiencias, cómo las vivió, cómo las recuerda, cómo le afectó». Sin desvelar demasiado, podemos decir que Gonzo hablará con sus padres sobre los abusos en su colegio y luego seguirá una progresión con amigos y ex alumnos del mismo centro, siempre en un formato muy alejado habitual con entrevistados. «Estaba claro que si yo tenía que hablar con gente que forma parte de mi vida, la realización, la escena, no podía ser la misma que cuando entrevisto a gente que no forma parte de mi vida. Y eso lo tuvimos muy claro también desde el principio. Si no vamos a contar esta historia, tenemos que contar todo el recorrido. Si voy a mi antiguo colegio habrá que hablar con mis padres. Me parece que es interesante escuchar cómo unos padres explican el porqué quisieron que su hijo fuese a ese colegio, porque es muy comprensible que unos padres como los míos, en el año 81-82, dicen «pues el futuro de nuestro hijo puede ser un poco mejor si va a este colegio. Y evidentemente con mis compañeros no los podía sentar en una mesa, o en un set cada uno en su silla y yo con mis folios encima. No iba a funcionar. Este es un programa que se hace completamente sin guion», adelanta el periodista. Hay una escena con su vieja profesora, Didí, que discurrió en su casa y que habla muy claro de la dimensión del problema: « Cuando llamo a Didí, me dice ‘‘pues, vente a casa’’. ¿Dónde voy a hablar con mi profesora de aquellas cosas que nos pasaron? En un espacio de confianza, en un espacio íntimo». Así entre café y café los protagonistas van detallando los abusos recopilados.

Historias de gente corriente

Pero hasta llegar a ese punto ha pasado mucho tiempo y mucho trabajo interior para el propio Gonzo: «Hay que querer hacerlo. Estuve mucho tiempo que no quise hacer este programa. Que lo haya conseguido hacer solo se lo puedo agradecer a quien me ha ayudado a convencerme de que esto hay que hacerlo: mis compañeros de trabajo, mi familia en casa, los compañeros del colegio a los que empecé a decirles, ‘‘tío, es que esto que ya ha salido en los medios, al final es nuestra historia, pero es que no me apetece, es que no sé si estoy preparado, no sé si soy capaz’’». Por eso confiesa que al igual que se prepara una entrevista a un político, para «Jesuitas 87», «busqué ayuda profesional de terapeutas. Me tuve que preparar para conseguir superar un miedo. Entonces, claro que es personal, porque ha sido un viaje personal hacerlo». Por eso la finalidad traspasa lo periodístico: «Me gustaría que alguien que sufrió todo esto y que todavía no se ha atrevido a contarlo, cuando vea el programa diga ‘‘vale, no estoy solo’’. Eso es fundamental para atreverte a dar un paso». Impactante la frase del jesuita entrevistado que asegura que la orden tiene que asumir que «esto sí ha pasado».

Con su hermetismo habitual Gonzo adelanta algo, pero poco, de lo que veremos en esta temporada de «Salvados»: «Mucho no puedo contar; no porque quiera mantener secretos ni generar tensiones, sino porque es una temporada en construcción, porque la actualidad está en construcción también. Estamos al tanto de la situación política, como siempre. Pero también de otro tipo de historias que se ven en los medios, que se convierten en realidades, pero que muchas veces las ves por encima del titular. Hemos querido que esas historias, que veíamos que trascendían lo que pasaba en la propia historia y acercarnos a ella como al programa de Jesuitas: contándolo desde la curiosidad de cómo algo que se decide en un despacho o que lees en un periódico es el día a día de gente normal y corriente», como «tirar del hilo de un accidente laboral».

El «Salvados» más personal

►«Lo que he conseguido haciendo este programa es que el cerrar ese episodio de mi vida no depende de los demás, depende solo de mí», nos confiesa Gonzo sobre su experiencia traumática en el colegio jesuita. Pero insiste en que « en ese sentido no lo he cerrado, porque estas cosas no se cierran, pero lo he colocado de forma mucho más sana, mucho más aceptable para mi día a día, o para estos momentos que puede tener uno de reflexión, a cómo estaban antes. Cuando tienes un miedo que te impide hacer algo y lo superas eso es un paso de gigante en la vida».