Entrevista
La Pija y la Quinqui: «Los hijos están callados mientras sus madres dicen ‘se hace caca todos los días’»
Carlos y Mariang triunfan con su podcast con sus alter egos y ahora presentan «Si lo dice mi madre» de Flooxer en Atresplayer
Carlos Peguer y Mariang Maturana son la Pija y la Quinqui, y viceversa, porque la química es tal entre ambos amigos que han convertido un podcast en un éxito y su camino ha seguido unido hasta llegar al estreno de «Si lo dice mi madre», el «dating show» de Flooxer que acaba de estrenar atresplayer con un episodio cada domingo
¿Qué pintáis en todo esto?
Carlos Peguer: Nosotros conducimos un poco el programa, pero realmente las protagonistas son las madres. Nosotros, al empezar, hacemos ahí un poco de charla, introducimos los temas de los que va a hablar cada madre y luego un poco de calentamiento, de tontería nuestra. Y al final, ayudamos a la madre un poco a decidir.
Mariang Maturana: Este está bien por esto, este está mal por esto y poco más. Porque luego al final la protagonista es la madre, siempre.
¿Pasaremos algo de vergüenza ajena?
Marta: De hecho no dejaremos de pasarla en ningún momento. Las madres son todo lo madres que pueden ser, si eso tiene algún sentido. Tanto en cuanto que se meten continuamente en preguntas que te apetece meter la cabeza en un agujero bajo tierra. Parece que no son conscientes de que están siendo grabadas delante de la cámara.
Carlos: Se hacen las típicas cosas de poner en ridículo a sus hijos delante de una cámara y les da exactamente igual; hablan de su vida sexual, si son poco trabajadores, muy trabajadores, de lo que quieren en la vida y con el hijo al lado callado, porque el hijo no puede hablar y les da igual todo. Es bastante increíble.
Marta: Además, a veces tú lo ves y te quedas pensando «¿pero esto tu hijo o tu hija de verdad lo piensa?, o tú estás proyectando con tu hijo y tu hija aquí delante?». Sí, muy curioso; es muy divertido.
Había muchas madres que estaban esperando esta oportunidad para poder contar todo lo suyo, ¿no?
Carlos: Había muchas madres que yo las notaba como con ganas de televisión. En plan de que iban ahí, como dicen no, este es mi momento y yo aquí vengo a ser la estrella.
¿Cuánto de culpa tenéis en los guiones?
Marta: No hay guiones. A ver, nosotros somos improvisadores realmente, la mayoría. Partimos de un par de tópicos y a partir de ahí pues creamos una narrativa que puede ser verdad o mentira. A veces es mentira.
¿Qué os diferencia de otros «datings»?
Carlos: El punto de diferencia es que en otros realities en los que aparecen las madres, los hijos sí tenían un papel bastante activo y las madres estaban ahí un poco como alcahueteando. Pero aquí los hijos están callados, o sea, no hablan nada. Pero se pueden mirar. Hay un momento en el que hacen una acción, dependiendo de la cita, en plan de yo hago taekwondo, porque te voy a enseñar a hacer una llave, pero sin hablar todo el rato. Y es el único momento en el que interactúan entre ellos los candidatos y sus pretendientes. Pero el resto del tiempo están sentaditos viendo como su madre dice «mi hijo se hace caca todos los días».
Marta: Sí, realmente los candidatos, que son prácticamente cromas, no abren la boca hasta el final en caso de que sea él el elegido por la madre. Total potestad de las madres en este programa... y creo que eso nunca se ha visto.
¿Alguno se mordió la lengua o tuvieron que callarle?
Marta: Creo que venían con todo muy aprendido. Y también que ellos venían con mucha más vergüenza que las madres. A las madres sí que había que pararlas, pero ellos estaban temiendo por su vida. El silencio este incómodo de ‘si abro la boca me cago encima’, fue un poco eso.
¿Cuál es el mejor consejo que les dieron sus madres?
Marta: Mi madre ha sido bastante anárquica respecto a eso. No me ha dado nunca ningún consejo. Hombre, ‘no te líes con un delincuente’.
Carlos: Mi madre me ha dado siempre el típico de ‘no te vayas a dormir enfadado con alguien’.
¿Hay que presentar a la pareja a la madre? ¿y cuándo?
Carlos: Esto lo hemos hablado a veces nosotros, y yo creo que hay que hacerlo porque es como un paso importante para avanzar una relación, pero que no tiene que ser una cosa planeada ni superestructurada de ‘vamos a hacer una cena para presentarnos’, sino si de repente surge, es una cosa ‘¿te apetece?’. Venga, vamos a hacerlo.
Marta: Sí. No puede ser como un evento a marcar en el calendario, sino que tiene que ser un día normal y corriente que se meta esa dinámica. Pero no puedes tomarlo como una Nochevieja. es una cosa muy ambigua. A lo mejor depende mucho del modelo relacional que tengas y también del modelo de la estructura de familia que tengas también.
Carlos: Creo que si estás como con la persona correcta. Al final da un poco igual cuando pase o cómo pase, porque se va a integrar bien en tu familia, va a saber cómo comportarse. Si te da miedo presentar a tu pareja a tu familia es como porque probablemente haya algo raro.
Marta: Es bastante buena línea de fuego el presentar una pareja a los padres.
Carlos: Cuando no he querido presentar a una pareja a mi familia es porque la persona era una gilipollas.
¿Cómo lleváis el éxito?
Carlos: Bien. Es muy difícil considerar que llevo bien o mal el éxito cuando nunca voy a ser feliz con lo que tengo. Jamás en mi vida. Porque soy una persona que vive constantemente en la desesperación. Así que nunca consideraré que lo que tengo es éxito.
Marta: Sí, vamos a decir trabajo.
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