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Crítica

El síndrome de pertenencia a la manada del doctor Wolf

Movistar Plus+ estrena la segunda temporada de 'Mentes brillantes', el drama médico con Zachary Quinto

Zachary Quinto da vida al neurólogo de la serie Movistar Plus+

El carismático neurólogo Oliver Wolf ha vuelto a nuestras vidas. Movistar Plus+ estrena mañana la segunda temporada de 'Mentes brillantes', la serie procedimental ubicada en el hospital Bronx General, y que sigue la estela de la primera entrega. Tardó en ubicarse el doctor Wolf (Zachary Quinto) cuando fue contratado por su madre Muriel (Donna Murphy) en el Bronx General. Allí le esperaba un equipo de residentes de primer año: la doctora Ericka Kinney (Ashleigh LaThrop), Dr. Markus (Alex Mac Nicoll), Dr. Nash (Spence Moore II) y la Dra. Dang (Aury Krebs).

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Su interés por los pacientes deparó una primera entrega de 13 episodios con todo tipo de trastornos neurológicos que el equipo fue solventando. También la amiga del doctor Wolf, la doctora Pierce (Tamberla Perry), hizo su propio viaje personal —divorcio mediante— y profesional, con una denuncia que la puso ante un comité ético del hospital y una baja laboral. No nos olvidemos del doctor Nichols (Teddy Sears), arrancado sin piedad de la vida sentimental del protagonista por la reaparición del padre de Óliver, Noah (Mandy Patinkin).

Como en la anterior entrega, los nuevos casos neurológicos, inspirados en la investigación y tratamiento en la vida real de Oliver Sacks, vuelven a ser el motor narrativo principal, a caso o dos por episodio. Un boxeador que se autoinflige puñetazos por el "síndrome de la mano del alien" o una hermana que cree que vive en un reality son los casos de las dos primeras entregas.

Esta temporada también ofrece nuevas incorporaciones al reparto. El doctor Nash se relega ligeramente para presentar a nuevos empleados del hospital neoyorquino. Directamente al equipo del doctor Wolf se apunta un recomendado, el doctor Charlie Porter (Brian Altemus), residente de segundo año, con más experiencia y conocimientos, pero con un aire de superioridad, competición y falta de empatía por los pacientes que le colocará en un lugar difícil de cara a su jefe y a sus compañeros. También hay un nuevo médico que sobresale, el Dr. Anthony Thorne (John Clarence Stewart), jefe de la sala de emergencias del Bronx General, y un nuevo enfermero, Nico Silva (Al Calderon). Todo esto aporta nuevas dinámicas en aras de dividir la trama en subtramas vertiginosas de hospital con visos de establecer la vida de sus habitantes en nuestra retina.

Pero nada podrá distraernos de lo que pasa en paralelo. Si terminamos la temporada anterior con la confesión del padre de Wolf pidiéndole ayuda para salvar su vida y su rechazo amoroso al doctor Nichols, la serie nos sigue apartando de 'House', y nos lleva a seguir a nuestro neurólogo por los pasillos del centro de atención de salud mental a largo plazo Hudson Oaks. Esto son seis meses en el futuro, así que la serie nos narrará cómo acabó allí el doctor, si obligado o por iniciativa propia.

Así llegamos a la incorporación estrella de la nueva temporada, la doctora Amelia Frederick, directora clínica del centro, interpretada por la misteriosa Bellamy Young, y de la que recelaremos desde el segundo uno por cómo aborda a los pacientes del doctor Wolf.

Pero no abandonemos las tramas del resto de secundarios. La directora del hospital dará un giro a su vida en beneficio de la doctora Pierce, que se aburrirá pronto de tratar a ricachonas cuyo nivel de problemas no alcanza fuera de su propia casa. Además, tendrá que encarar el consejo disciplinario y se enterará de que tiene más de un enemigo o enemiga. También contemplaremos la distancia entre los doctores Wolf y Nichols, cómo lidia la doctora Kinney con su calma y con ayuda, y la evolución de la relación de la Dra. Dang con la ambulancista Katie (Mishel Prada), que incluso da para una trama arriesgada y secundaria.

También nos depara un interesantísimo tercer episodio con el cameo de Connor Tomlinson como Adam, un chico con TEA que protagonizará la historia neurológica principal. Pero también habrá sorpresas tras la mesa de la dirección del hospital.

'Mentes brillantes' ha conseguido cogerle el punto al género con ligeras variaciones que la alejan de recuerdos tan potentes como el 'House' de Hugh Laurie. Su prosopagnosia se ha quedado en un segundo plano y su implicación con los pacientes lleva al doctor Wolf a cotas más curiosas que sólo ir viendo desfilar casos raros por su consulta.

Me temo que haberse quitado de encima los líos amorosos (entre residentes) en la primera temporada no es garantía de que no haya algo en esta segunda. Sin embargo, el toque humano del equipo Wolf siempre depara una nueva sorpresa y somos de los que nos encantan los nombres como "síndrome de la mano del alien" o "síndrome del show de Truman".