«Todas las veces que nos enamoramos», del creador de "Elite", ya está en Netflix

Acaso existe algo más difícil que definir el amor. ¿Cuántas veces has sentido eso que te traspasa? «Todas las veces que nos enamoramos» es el nuevo trabajo de Carlos Montero, que es lo mismo que hablar de «Élite», «El desorden que dejas» o trasladarnos a éxitos como «Física o Química» y «Al salir de clase». Montero regresó a Netflix ayer con una historia que nos permite vivir el amor en todas sus vertientes a través de Irene y Julio en ese maravilloso viaje que hacen en el tiempo y las vidas de estos dos jóvenes. Quince años adelante y atrás.

Todo comienza un septiembre de 2003. Irene, una cautivadora Georgina Amorós, llega a Madrid con ganas de comerse el mundo y de convertirse en directora de cine. Allí conocerá a sus mejores amigos y también a Julio, el irresistible Franco Masini, que sería el protagonista perfecto para sus películas y también para su vida. Pero el destino siempre tiene otros planes.

«Todas las veces que nos enamoramos» es una comedia romántica. Una historia luminosa y con un puntito nostálgico sobre el amor, la amistad que se forja en los años universitarios y la necesidad de encontrar tu lugar en el mundo. Es una serie de valores, que trata el éxito y el fracaso con un paradigma curioso.

«Irene se viene a Madrid para estudiar cine con 18 años. Siente que el mundo es suyo y los sueños no tienen límites. Se cuenta la historia tanto de amistad como de amor con Julio. Tiene mucha determinación, pero también inseguridad. Se siente impostora y verla con todas estas capas me atrajo mucho del personaje», nos cuenta Georgina.

Es fácil viajar con todos y cada uno de los intérpretes, y así lo reconoce la propia Georgina, «en esta serie te vas con todos los personajes, son torpes, imperfectos y eso te hace conectar con ellos».

Al otro lado

Al otro lado del telón está Julio, interpretado por Franco Masini, «No tiene claro lo que tiene y no sabe cuál es su lugar en el mundo. No tiene idea de lo que está haciendo, está un poco deprimido y aparece Irene y le dice que sea protagonista de su corto. Su oscuridad se transforma en luz. Se ve ese arco con el que arranca. La suerte hace que se convierta en otra cosa, pero se ve cómo esa parte oscura le marca mucho ligado a ese vínculo tan fuerte que tiene con ella. Tienen algo magnético, desde la vida misma, con lo malo y lo bueno», nos relata.

Pero esto no es la serie de una historia de amor en la que todo sale bien. «Es una conexión que no pueden explicar, simplemente les pasa y es una putada. Irene seguramente estaría mejor con Fer, por ejemplo. Es bonito ver toda la serie para ver el proceso, igual te parece todo muy romántico pero va más allá», nos cuenta Georgina.

Además del amor se tratan otras cuestiones fundamentales, como esos sueños que se persiguen: «El éxito puede ser muchas cosas diferentes. Cómo te miran los demás afecta a cómo te puedes ver tú, pero el cómo te sientes es muy importante más allá de lo que vean las personas que están a tu lado», apuesta la actriz.

Ante el estreno, el protagonista lo tiene claro: «Siento vértigo, pero es un lindo vértigo, es más una ansiedad porque la gente lo pueda ver e involucrarse con los personajes, fue muy bueno hacer el proyecto para nosotros», nos reconoce Franco a pocos días del gran salto en la plataforma.