Jordi Cruz

Esther, ganadora de «MasterChef Junior»: «Me gustaría cocinar para Martín Berasategui»

La niña se mostró así de contenta al recibir el premio
La niña se mostró así de contenta al recibir el premiolarazon

Con sólo diez años, se convierte en la ganadora de la quinta edición de «MasterChef Junior»

Sensaciones encontradas. Provoca cierto complejo, acompañado de admiración, ver cómo Esther, una niña de diez años, da mil vueltas a muchos adultos al preparar canelón con aguacate, salmón con cítrico y salicornia –para los analfabetos culinarios, se refiere a una planta carnosa– y una mousse de nueces, bizcochos y «toffee». Con este menú degustación, la granadina ganó la quinta edición de «MasterChef Junior» y ya puede presumir de ello, porque el programa se grabó meses antes de su emisión. «Cuando vi la final el miércoles estaba muy nerviosa, y eso que sabía lo que iba a pasar, al recordar lo que viví. Deseaba que el público supiese que me había llevado el trofeo. Guardar el secreto me ha costado mucho», dice la pequeña. Sin embargo, aunque ayer se enfrentó por primera vez con soltura a más de una decena de periodistas y de fotógrafos, sabe lo que es la fama, incluso lo inoportunas que pueden ser algunas situaciones, como aquel día que fue a urgencias porque no se encontraba bien, «y me pidieron hacerse una fotografía conmigo».

Asombroso emplatado

Cuando se le pregunta cuáles han sido sus cualidades para ganar a su rival y amiga María –«es muy buena, también merecía el premio», comenta–, se encoge de hombros. Pero ahí está uno de los jueces, Pepe Rodríguez, para ayudarla a desentrañar parte de su éxito: «Esther es tranquila, pausada y reflexiva. Es muy complicado soportar tanta presión con la edad que tiene». No ha sido el único halago que ha recibido. Durante la emisión de la final, el jurado, compuesto por Pepe Rodríguez, Jordi Cruz y Samantha Vallejo-Nágera, le dedicó lindezas como ésta: «Te hemos visto muy concentrada durante el cocinado, aplicada como una hormiguita, has trabajado mucho y bien. Todo estaba muy bueno y nos han encantado tus emplatados. Porque Dabiz Muñoz te lo ha visto hacerlo aquí; si no, creo que le costaría comprender que lo ha hecho una niña de diez años».

Su pasión por la gastronomía le nace gracias a su buen paladar. Admite que «como soy de buen comer, empecé a los siete años a interesarme por la cocina. Con especias hacía mejunjes raros». Después, comenzó a observar a sus padres y no tardó en ponerse el delantal. Tras pasar por «MasterChef Junior», en Nochevieja preparó para la familia un «steak tartar» y tartar de salmón y aguacate. Tampoco faltaron en el menú navideño la paella y un «brownie». Le cuesta decidirse por su materia prima favorita, pero no duda –haciendo incluso un gesto de asquito– en señalar que los sesos, la lengua y el hígado raramente estarían en su menú.

Ante la pregunta de para quién cocinaría, cualquiera pensaría que citaría a un cantante, a un actor o a su familia. Sin embargo, ella afirma con rotundidad que «me gustaría prepararle un plato a Martín Berasategui». También reconoce su admiración por Dabiz Muñoz, «nunca pensé que viajaría a Londres para visitar su restaurante». Rodríguez sonríe complacido. Cree que el programa ha contribuido a «la normalización de ver a los niños cocinando. Los participantes de este año forman parte de la generación que se está criando viendo ‘‘MasterChef’’ y hablan de gastronomía con naturalidad, aunque a nosotros nos parece exótico». Lo dice con un punto de nostalgia. Recuerda que cuando él empezó a trabajar en el restaurante familiar, con 22 años, «decir que era cocinero me daba pudor porque no podía hablar de platos con mis amigos. Ellos tenían otras conversaciones. Ahora es distinto, incluso salimos en la televisión», comenta.

Las aficiones de Esther son bailar flamenco, pintar cuadros y el patinaje de velocidad, aunque tiene muy claro que su futuro pasa por montar un negocio de restauración y volver a «MasterChef», pero a la edición adulta, «porque te lo pasas muy bien y se aprende mucho. Repetiría sin dudarlo». De repente, Esther se da cuenta de lo que está diciendo y mira a Rodríguez, que le despeja las dudas: «No creo que esté contemplado en las reglas que no puedas acudir cuando seas mayor de edad aunque hayas participado antes». Mientras, podrá disfrutar de los 12.000 euros del galardón y un curso en el Basque Culinary Center.