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¿Sabes cuál es el auténtico origen de la esvástica?
Desde hace 7.000 años, pueblos iraníes usaban este símbolo para expresar el número 13 y aún hoy puede encontrarse en templos cristianos y budistas
Hay días, pocos pero insistentes, en que me convenzo a mí mismo de que el mundo se encuentra dividido entre los locos y los ignorantes. Nada más. No existen cuerdos sabios ni sabios cuerdos, el mundo está dividido, y producto de esta división entre dementes y estúpidos, un demente cogió hace cien años exactos una esvástica para incorporarla a la imagen de su partido político y millones de estúpidos le siguieron. Algo así. Su nombre era Adolf Hitler, y desde que transformó la esvástica en un símbolo del partido nazi, en torno a esta milenaria figura se han generado una serie de tabús infundados y algo tristes. Porque la esvástica no vivió más que un punto negro y profundo durante los años de dictadura nazi, en una historia de miles de años como es la suya, cargada de luz y espiritualidad arcaica.
Svastika
Aunque la esvástica ha sido utilizada desde hace miles de años como una alegoría a la felicidad, a la paz y al bienestar, en realidad se trata de un símbolo extraño, cargado de misterios, utilizado por todas las culturas del planeta incluso durante sus años de mayor aislamiento. Aunque su primer uso se remonta a los pastores pastores de Djowi en el actual Irán, hace cerca de 7.000 años, que utilizaban la esvástica para expresar el número trece. Es decir que ellos no la llamaban esvástica: la llamaban trece. Tan atrás se remonta este símbolo que es incluso más antiguo que su mismo nombre.
Desde sus primeros usos hasta hoy, la esvástica - o cruz gamada - pareció extenderse a lo largo del planeta, hasta el punto de que apenas existen culturas que no la hayan representado. Aunque debemos tener en cuenta que las representaciones de la esvástica son de lo más variadas. La imagen habitual que nos formamos son una serie de líneas, formando un cuadrado abierto e inclinadas en 45 grados, tal y como fue diseñada la esvástica en el partido nazi; sin embargo, igual que un automóvil podría ser de diferentes formas y colores sin perder su identidad, lo mismo ocurre con la cruz gamada. En los ejemplos que veremos a continuación, la morfología de estos símbolos es de lo más variada, aunque su significado es asombrosamente parecido en cualquiera de las culturas.
La palabra esvástica, que procede del sánscrito svastika, puede traducirse como “bienestar". Pero, ¿qué es el bienestar? ¿Qué acciones, qué palabras cabrían dentro del saco del bienestar? Es curioso. No podríamos decir que todas las culturas del mundo poseen la misma definición del bienestar, son miles de años de Historia separados y diferentes maneras de ver el mundo, pero sí podemos afirmar con total seguridad que todas las culturas buscan, de una forma u otra, el bienestar. Para el budista, el bienestar podría tratarse de conseguir la conexión con uno mismo y el Universo, la paz interior. Para el católico, el calor de Dios. Para el vikingo extinto, sería la gracia de Thor. Se trata de una palabra, un símbolo que se ramifica en un sinnúmero de definiciones.
La esvástica en el mundo
No hace falta caminar demasiado hasta encontrar esvásticas europeas, siglos y milenios previas a Hitler. Se llama la esvástica del Neolítico a una flor de loto de dos pétalos grabada en una roca de Yorkshire, en Inglaterra. El conocido “sol celta” se trata de una figura con un círculo central y cuatro aspas girando a su alrededor, con una forma idéntica a la esvástica pero sin esquinas. Ya avisé al lector de que la esvástica se ramificaba en numerosas formas de representación, innumerables métodos para alcanzar nuestros deseos. Es un error creer que su forma se limita a la que utilizaron en Alemania. En el barco vikingo Oseberg, así como numerosas estructuras vikingas, se han descubierto figuras y grabados de la esvástica relacionados con el dios Thor y, más concretamente, con su martillo. Los edificios de la Grecia Antigua rebosan de cruces gamadas - el nombre gammadion procede de cuatro letras gamma griegas (Γ) entrecruzadas - tanto individuales como entrelazadas, y los cristianos las utilizaban en sus inicios para camuflar ante sus perseguidores romanos el símbolo de la cruz.
Siguen sus representaciones en Armenia y los pueblos ilirios y tumbas e iglesias medievales en Europa, pero no caben tantas como son en este artículo. Sería necesario ir a Etiopía para encontrar una ventana de una de las Iglesias en Lalibela con forma de esvástica, o indagar entre los símbolos de los pueblos Akan, en Ghana. Resulta vertiginoso, giran en torno a nosotros, en las ropas de los nativos norteamericanos para protegerse de los malos espíritus, en los edificios aztecas, en sociedades teosóficas inglesas, en cervezas danesas, navieras islandesas, incluso pintada en los aviones de la Fuerza Aérea estadounidense durante la Primera Guerra Mundial.
El uso maligno de la esvástica por los nazis obligó a borrarla de numerosos lugares, aunque cualquier viajero que haya visitado un país asiático sabrá de su existencia, casi obsesiva, en una amplia cantidad de templos y representaciones religiosas. Aquí todavía pueden encontrarse cruces gamadas, hasta perder la cuenta de cuantas vimos. En las religiones budistas se considera la esvástica como la representación de los pasos de Buda, posee una clara simbología relacionada con el ciclo eterno del Universo y se asocia también a los chacras para conseguir un estado de iluminación interior. El hinduismo la utiliza para expresar múltiples mensajes: si mira a la derecha simboliza al sol, el calor del día, si mira a la izquierda simboliza a la noche, el frío de la luna, también simboliza a la diosa Kali, a la flor de loto, a la rotación, a la eternidad, al karma, a la rueda.
Origen de la esvástica
Múltiples teorías tratan de explicar por qué se ha utilizado la cruz gamada en prácticamente todas las culturas de las que se guardan registros. La más aceptada parte del astrofísico y cosmólogo estadounidense Carl Sagan, que reproduce en su libro Comet una serie de manuscritos de la dinastía china Han, datados en el II milenio antes de Cristo. En este libro pueden observarse diferentes representaciones de colas de cometas, cada una diferente, y una de ellas, entre las últimas, posee la forma exacta de una esvástica. Sagan considera que un cometa pudo observarse sobrevolando el cielo, hace miles de años desde cualquier punto de la Tierra, girando en torno a sí mismo y generando a partir de sus gases una imagen idéntica a la cruz gamada. Esta experiencia común del ser humano debió ser lo suficientemente traumática en todas las culturas como para implementarla a su simbología.
Solo resulta triste que uno de los iconos que expresan la unión más antigua de la raza humana, haya resultado en el siglo XX en un símbolo para dividirla. Harán falta un puñado de años para olvidar su odioso significado y regresar a la luz que representa.
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