Historia

La bibliografía de la Biblia (o cómo comprobar su veracidad histórica)

La mejor forma de conocer la base de varias religiones monoteístas, y por tanto el pensamiento que ha moldeado medio mundo durante siglos, pasa por la Biblia y los textos de Flavio Josefo

Destrucción de Sodoma.
Destrucción de Sodoma.Desconocido

Le copio la frase a Albert Sans cuando digo que un turista visita los lugares, un viajero los conoce y el nómada los vive. Pero no todos tenemos la oportunidad de vivir los lugares lejanos como podría hacerlo un nómada en bicicleta, ni tenemos el valor o las herramientas para conseguirlo, entonces resulta imprescindible buscar los métodos correctos para vivir los lugares lejanos sin ser nómadas. Para mí, un método casi indiscutible es la lectura. Porque no vivimos o conocemos o visitamos los lugares si no hemos dedicado unas horas a leer los textos adecuados que nos permiten conocer, a través de las palabras mágicas, pedacito a pedacito, los entresijos de historia y filosofía que estructuraron las grandes civilizaciones de nuestro mundo.

La Biblia es un libro obligado para comprender a las regiones del mundo influidas - si no esculpidas - por las tres grandes religiones monoteístas que son el cristianismo, el islam y el judaísmo. Porque, ¿sabía el lector que durante siglos se justificó el racismo en Europa gracias al Libro del Génesis? Desde que diversas teorías señalan la marca de Caín como las pieles de color negro, o desde que se dice que Noé maldijo a su hijo Cam por haberse burlado de él, provocando que la descendencia de Cam nacieran de color negro para servir a los descendientes de sus otros hermanos. Independientemente de las creencias religiosas de cada uno, la Biblia se trata de un libro sumamente útil para comprender las bases de nuestro pensamiento, tan útil como la ética de Aristóteles.

Un libro para leer con otro libro

Resulta un tanto complejo comprender la Biblia. La encontramos plagada de leyendas tergiversadas, historias incompletas, contradicciones, epopeyas prácticamente incomprensibles para nosotros, víctimas del malogrado sistema educativo español. No creo buena idea coger el tocho que es la Biblia y ponerse a leerlo al tuntún, sin apoyarnos en terceros libros que conseguirán explicarnos un sinfín de espacios en blanco que conforman nuestras dudas.

Zigurat de Ur. Los zigurat era templos con una estructura piramidal de la antigua Mesopotamia, por lo general de seis o siete pisos.
Zigurat de Ur. Los zigurat era templos con una estructura piramidal de la antigua Mesopotamia, por lo general de seis o siete pisos.عباس العباديCreative Commons

A la hora de buscar las bases reales de la Biblia, es decir, dónde, cuándo y cómo ocurrieron los diferentes sucesos narrados - que comienzan con la creación del hombre y terminan pocos años después de la muerte de Jesucristo -, deberíamos hacernos con Arqueología Bíblica (Editorial Almuzara), escrito por el sacerdote y arqueólogo aficionado Pedro Cabello Morales. Este cordobés licenciado en Ciencias Bíblicas por el Pontificio Instituto Bíblico de Roma y doctorado en Ciencias Bíblicas, llevó a cabo una ingente tarea a la hora de buscar, con asombrosa imparcialidad, los recovecos del mundo que sirvieron de escenario para las historias de la Biblia. No crea el lector que se trata de un libro diseñado para empujar a nuevos fieles a creer en Dios, nada de eso. Si no existe una evidencia arqueológica o histórica y fiable sobre la que sustentar un pasaje bíblico, Pedro Cabello no se molestará en refutarlo con dudas. Pero resulta interesantísimo descubrir que no eran judíos propiamente dichos quienes habitaban Egipto en tiempos de Moisés, sino semitas (que abarcaban una extensión mucho mayor que la de los reinos de Israel y Judá), o que la torre de Babel se puede referir a un zigurat mesopotámico.

Debe comprenderse que la interpretación de un suceso histórico como obra de Dios no implica que dicho suceso no ocurriera, una cosa no quita la otra. Esto quiere decir que las ciudades de Sodoma y Gomorra, destruidas según el Libro del Génesis como castigo de Dios por la maldad de sus habitantes, pudo no ser destruida por voluntad divina, pero desde luego que fue destruida. La serie documental de Albert Lin titulada Los secretos ocultos de la Biblia nos libra de cualquier duda sobre el suceso histórico, al descubrir dos ciudades próximas al Mar Muerto que probablemente fueron destruidas por una lluvia de meteoritos, debido a las exageradas cantidades de azufre que se han encontrado entre sus ruinas. ¿Obra de Dios o del azar matemático? La respuesta dependerá de cada uno, pero ya apenas podemos negar que este violento suceso ocurriera.

Antigüedades de Flavio Josefo

Grabado de cómo se habría visto el Templo de Salomón antes de su destrucción. Cuya ruina definitiva ocurrió durante la vida de Flavio Josefo.
Grabado de cómo se habría visto el Templo de Salomón antes de su destrucción. Cuya ruina definitiva ocurrió durante la vida de Flavio Josefo.larazon

Aunque sería prudente reconocer que la Biblia no deja de ser un libro religioso y, por tanto, susceptible a posibles cambios a lo largo de los siglos, como ocurre con cualquier texto empapado de ideología. Conozco a quienes se niegan a dedicar un momento al Antiguo Testamento, aunque solo sea para conocer mejor el mundo que nos rodea, por esta idea de que la Biblia ha sido manipulada y no es de fiar. A estos les recomiendo el enorme libro escrito por Flavio Josefo entre los años 79 y 93 después de Cristo: Antigüedades judías.

Cuando hablamos de Flavio Josefo nos referimos a un judío nacido en Jerusalén en el 37 d. C, hijo de una familia acomodada y que de joven viajó a Roma para completar sus estudios. A su regreso a Judea se encontró con una importante rebelión popular contra el dominio romano, rebelión que nombró a Flavio Josefo su comandante supremo en la región de Galilea. Entre combates cayó prisionero de los romanos pero este hombre fue avispado, estudioso, conocedor de su propia cultura y de la romana, y se granjeó las amistades del emperador Vespasiano. Le perdonó la vida con la condición de enviarle a Roma y allí vivió bajo la protección de los emperadores siguientes, hasta su muerte.

Antigüedades judías narra los sucesos acaecidos en el pueblo judío desde la creación del mundo hasta el año 66 d. C, con una fidelidad histórica digna de aplausos. Ignorar los escritos de Flavio Josefo implican ignorar las raíces del cristianismo y, por consecuencia, nuestras propias raíces. Y todo aquél que quiera conocer nuestras bases sin leer la Biblia, tiene en sus textos la herramienta perfecta para aprender a conocer.

Ejemplos prácticos

Los textos de Flavio Josefo son referentes a la hora de comprobar la veracidad histórica de Jesús. En su capítulo 18, en el párrafo 63, se pronuncia: “Por estas fechas vivió Jesús, un hombre sabio, si es que procede llamarlo hombre. Pues fue autor de hechos extraordinarios y maestro de gentes que gustaban de alcanzar la verdad. Este era Cristo. Y aunque Pilato lo condenó a morir en la cruz por denuncia presentada por las autoridades de nuestro pueblo, las gentes que lo habían amado anteriormente tampoco dejaron de hacerlo después, pues se les apareció de nuevo vivo al tercer día, milagro este, así como otros más de número infinito, que los divinos profetas habían predicho de él”. Resulta esclarecedor conocer con semejante precisión la existencia de Jesús, Dios hecho hombre u hombre a secas, leyendo los escritos sin tergiversar de un autor que nació pocos años después de su muerte.

Una simulación por ordenador apunta a que el viento separó el Mar Rojo para Moisés
Una simulación por ordenador apunta a que el viento separó el Mar Rojo para Moiséslarazon

Otro aspecto interesante de las Antigüedades judías lo encontramos en las contadas contradicciones halladas entre dicho texto y el Antiguo Testamento. Por ejemplo en el Libro del Deuteronomio, capítulo 34, se dice que “Moisés, siervo de Dios, murió allí en la tierra de Moab, conforme a la voluntad de Yavé”. Mientras Flavio Josefo escribe, a la hora de referirse a la muerte del patriarca judío en el capítulo 4 de su obra: “Y cuando llegó a la montaña elevada llamada Abaris, que queda en frente de Jericó [...], una vez se hubo fijado de pronto sobre él una nube, desapareció en el fondo de un barranco. Pero en las Sagradas Escrituras dejó escrito de sí que estaba sometido a la muerte, por miedo a que por el carácter insuperable de las virtudes que lo adornaban se atrevieran a decir de él que había regresado junto a la Divinidad”. Un fragmento interesante por la semejanza entre la desaparición de Moisés antes de morir y la muerte del rey Edipo según los textos de Sófocles, y también curioso, al saber que Moisés temía ser confundido con el Mesías por sus seguidores. Quede claro al lector que Flavio Josefo no se refiere aquí a que Moisés no murió, sino que indica que despareció antes de su muerte.

Merece la pena buscar uno más, por curiosidad, antes de terminar el artículo. Los escritos de Flavio Josefo podrían arrojar algo de luz a la situación política y social que sobrellevaba el reino de Judea durante los años que vivió Jesús, para así comprender la importancia de su figura impresa en su mismo contexto, más allá del religioso. ¿O nadie se preguntó jamás por qué San Pedro parecía empeñado en orquestar un levantamiento contra Roma? Allí tenemos el capítulo 17 de las Antigüedades judías, donde se explica con deliciosa precisión la rebelión de Judea transcurrida durante la adolescencia de Jesús: “A los judíos les dolía la suerte de los suyos caídos en batalla, pero les dolía también la sustracción de los depósitos del Templo”. Aquí se refiere a la humillación que vivían los judíos frente a la ocupación militar y religiosa de los romanos. Otro párrafo. “Había también un tal Simón, quien había sido esclavo del rey Herodes[...]. Concibiendo altos vuelos por el embrollo político reinante, osó ceñirse la corona real y, tras reunir en torno a sí una multitud de hombres [...], incendió el palacio de Jericó”. Aquí encontramos una pista que nos lleva a comprender por qué se colocó sobre la cruz de Jesús el texto Jesús el Nazareno, Rey de los Judíos, en una posible burla que pretendía compararle con el esclavo Simón, que osó ceñirse la corona.

De la mano del historiador judío podemos comprender tantos datos apasionantes como páginas escribió. La situación política de Judea durante los años de Cristo, posibles secretos del Antiguo Testamento referidos a Moisés o incluso el significado de los nombres Caín (posesión) y Abel (nada). Desde el sofá nos transforma en nómadas dispuestos a vivir, no solo el mundo de ahora, sino el mundo de ayer, que en ocasiones se nos presenta igual de misterioso.