Ruta monumental para redescubrir Madrid bajo una atmósfera otoñal

Cuando el horizonte se tiñe de colores rojizos y dorados y las calles se cubren de hojas secas, el paisaje resulta irresistiblemente idílico. El otoño se alza como la época ideal para caminar con sosiego y disfrutar de nuestro entorno sin prisas ni aglomeraciones. Romper con la rutina es un regalo muy asequible en la Comunidad de Madrid, ya que, sin necesidad de ir muy lejos, podemos recorrer históricos edificios, adentrarnos en impresionantes patrimonio de la humanidad y desconectar del mundanal ruido en frondosos parques. Y es que la región cuenta, entre otras muchas cosas, con cinco lugares incluidos en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco, que abarcan desde un recorrido donde el arte está presente en todas sus aristas hasta un bosque emblemático: el Hayedo de Montejo, cuya singular biodiversidad le ha servido para coronarse como Patrimonio Natural, siendo el otoño ideal para pasear entre sus árboles centenarios.

El «Paisaje de la Luz», integrado por el Paseo del Prado y el Retiro, engloba sitios con un valor excepcional: desde espacios verdes como los jardines de El Buen Retiro o el Real Jardín Botánico hasta instituciones públicas como el Real Observatorio Astronómico, el Congreso de los Diputados, el Banco de España, el Instituto Cervantes o la Real Academia Española. Sin olvidar que en este paseo se encuentran tres de los museos más importantes del mundo (el Museo Nacional del Prado, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza), formando un triángulo mágico denominado «Paseo del Arte» que bien merece un alto en el camino tanto para el visitante como para el madrileño.

Y no muy lejos, el Parque de El Retiro es una cita obligada, pues se trata de uno de los espacios más simbólicos de la capital, salpicado de preciosos jardines, esculturas y fuentes con un diseño tan imponente como la del Ángel Caído o la de los Galápagos, una noria de agua (restaurada y puesta en marcha ya) y otras instalaciones tan especiales como el Teatro de Títeres o el espectacular Palacio de Cristal.

Más allá de la capital existen algunas escapadas pendientes con el patrimonio que nunca defraudan. Rumbo al norte resulta imprescindible llegar hasta San Lorenzo de El Escorial, ya que las regias paredes del Real Monasterio, obra de Juan de Herrera, resultan incluso más magnéticas bajo el dorado sol otoñal. Y en su interior, la historia y la tradición se dan la mano y nos invitan a viajar siglos atrás a través de las dependencias palaciegas de los Austrias y de los Borbones, la Biblioteca, la Basílica, el Patio de los Reyes o los Panteones Reales, donde reposan los restos de reyes y reinas de España, mientras que en su exterior el Jardín de los Frailes propone echar a volar la imaginación entre vistosos árboles.

Si miramos al este, Alcalá de Henares, conocida como la ciudad de Cervantes y con la Universidad como uno de sus edificios más reconocidos, nos espera con los brazos abiertos para pasear sin prisa, recorriendo unas calles flanqueadas por museos, monumentos y magníficos restaurantes que permiten saborear la exquisita gastronomía madrileña. Y si vamos con niños, el Museo Casa Natal de Cervantes, donde se recrea la dimensión más humana de este genio de las letras, la Universidad de Alcalá, con su patio trilingüe, y el Corral de Comedias, que ofrece visitas guiadas además de una cuidada oferta teatral, se convierten en el plan perfecto para un fin de semana de lo más lúdico y entretenido.

El viaje cultural por la Comunidad de Madrid también tiene un potente reclamo al sur, donde Aranjuez destaca por ser uno de los Reales Sitios de la Corona de España más emblemáticos, gracias a su imponente palacio que bien merece la pena recorrer por dentro y por fuera, pues sus jardines presumen de una belleza única que ahora resultan de lo más bucólicos con las hojas caídas en el suelo. Sin embargo, no es su único reclamo, ya que en Aranjuez son de visita imprescindible también el Museo de Falúas Reales y la Casa del Labrador o la bicentenaria Plaza de Toros, dentro del casco histórico, declarado conjunto histórico artístico.

Trenes históricos

Una forma muy original de adentrarse en la atmósfera del trascendental pasado con el que cuenta la Comunidad de Madrid es la de llegar hasta sus grandes monumentos a través de un tren histórico. Esta experiencia única permite realizar un viaje en el tiempo de forma cómoda y auténtica, haciendo las delicias de grandes y pequeños. Y es que los trenes históricos de la región que unen la capital con El Escorial (Tren de Felipe II), Alcalá de Henares (Tren de Cervantes) o Aranjuez (Tren de la fresa) embaucan tanto por sus diseños como por las actividades turísticas y didácticas que ofrecen a bordo.