Terminó hace más de 5 años, pero sigue siendo una de las mejores series de viajes en el tiempo jamás hecha

Las historias de viajes en el tiempo ya se han vuelto un habitual tanto en el cine como en la pequeña pantalla, pero muy pocas han conseguido dejar una huella tan profunda como lo hizo esta producción estrenada en 2017. No se ganó su fama solo por su ambición narrativa, sino por la forma en que convirtió cada giro en algo que exige atención absoluta.

Si títulos otros títulos ya habían demostrado lo difícil que es construir un puzle coherente cuando se entrelazan los tiempos, esta serie consiguió algo todavía más complicado, hacer que ese rompecabezas tenga alma e identidad.

Aunque terminó hace más de cinco años, su influencia sigue ahí. Se sigue recomendando, se sigue analizando y se sigue revisando como si se acabara de estrenar. Es el tipo de historia que recompensa la paciencia y que confía plenamente en la inteligencia del espectador, algo cada vez menos habitual en el panorama actual.

Dark, una de las series de viajes en el tiempo más impresionantes

La historia de Dark comienza con la desaparición de un niño en un pequeño pueblo alemán, un suceso aparentemente cotidiano que pronto revela un entramado de secretos, líneas temporales entrelazadas y generaciones marcadas por decisiones ajenas a ellos.

Lo que parece un simple misterio se convierte en una exploración demoledora sobre el destino, la repetición y la idea de que, incluso con todo el tiempo del mundo, no siempre podemos escapar de nosotros mismos.

Uno de los grandes logros de Dark es su precisión. Cada personaje importa, cada detalle tiene un propósito y cada salto temporal encaja con una exactitud que pocas series han alcanzado. No hay relleno, solo un relato meticulosamente construido que se despliega como un mecanismo perfecto.

Las tres temporadas de la serie siguen disponibles en Netflix y a día de hoy se mantienen como la prueba de lo que se consigue con una atmósfera inconfundible, con una historia que es compleja sin perder humanidad y con una narrativa profundamente épica sin necesidad de grandes batallas.