Una magistrada rechaza la recusación planteada por el ex presidente de Invercaria en una de las piezas de la “macrocausa”

El ex presidente de Invercaria Tomás Pérez-Sauquillo ha tenido que hacer frente a una oleada de causas judiciales en el océano del «macroproceso» de la empresa pública de la Junta Invercaria. Mientras espera la sentencia de la pieza centrada en la empresa Aceitunas Tatis, intentó agarrarse a un salvavidas solicitando la recusación de la magistrada que había presidido aquel tribunal enjuiciador, Pilar Llorente, en el bloque que gira en torno a la entidad Cedes Electria (CEDS).

Alegó que en la vista oral sobre Aceitunas Tatis se analizaron «el 90% de las pruebas testificales documentales y periciales» que se repetirán en el juicio de CEDS, «siendo palmario que los magistrados pueden tener una idea preconcebida del nuevo asunto objeto de enjuiciamiento al haberse practicado casi la totalidad de las pruebas» en el anterior. Si bien, la magistrada, quien no acepta la causa de recusación, contrargumenta en un informe al que ha tenido acceso LA RAZÓN para fundamentar su negativa que se trata de distintos encausados y hechos y, si bien algunas de las pruebas cuya práctica ha sido solicitada por las partes podrían coincidir, «este extremo es irrelevante». La razón es que, según defiende, lo que realmente lo es pasa por que tanto testigos como peritos declararán e informarán «sobre hechos» diferentes y «distintas serán las pruebas que respecto de los mismos se practiquen en cada una de las operaciones realizadas por dicha entidad». Añade Llorente que la mayoría de las «macrocausas» se trocean por su complejidad y para «facilitar el enjuiciamiento». Invercaria se ha atomizado en 19 piezas y a la magistrada aludida le han correspondido las ponencias de tres, incluida la de CEDS. Considera, y así lo expresa por escrito, que su actuación profesional como parte del tribunal de Aceitunas Tatis «no compromete ni afecta» a su imparcialidad para «formar parte» del otro tribunal.