Sociedad

«Food trucks»: el verano con espíritu nómada en Cádiz

La costa gaditana se ha apuntando a los campeonatos del mundo, con cientos de atractivos y variados platos gastronómicos

El campeonato de «food trucks» en Algeciras
El campeonato de «food trucks» en Algeciras La Razón

Con orígenes tan remotos que nos llevan hasta el Lejano Oeste, a aquellos tiempos en los que los vaqueros que atravesaban los infinitos desiertos de Estados Unidos tenían en los, entonces, «Chuck wagon» un apoyo fundamental para su supervivencia, el concepto «food truck» no ha dejado de evolucionar y conquistar nuevos paisajes.

Un proceso que ha tenido lugar en torno al crecimiento de las grandes ciudades y su estresado ritmo vital o, como es el caso de la provincia de Cádiz, de la mano del turismo. Un nomadismo gastronómico que, aunque de larga trayectoria en países como EE UU o Alemania, no son muchos los kilómetros que lleva recorridos en un territorio que, además de saber de excelentes productos y perder la cabeza por un buen bocado, cuenta con uno de los mejores decorados para su puesta en escena: casi trescientos kilómetros de costa, 330 días de sol al año y un calendario de festejos en el que no cabe un alfiler.

«El concepto que proponen las ‘food trucks’ es verdaderamente atractivo. Poder disfrutar de un buen plato en un entorno idílico o en momentos tan especiales como a la salida de un concierto con amigos es toda una experiencia que solo pueden hacer realidad estos bares y restaurantes con ruedas», señala Antonio Salazar, promotor de los campeonatos del mundo de «food trucks».

«El interés por esta forma de disfrutar de la gastronomía», subraya, «ha ido creciendo en los últimos años, con ‘food trucks’ cada vez más atractivas, mejor montadas y con propuestas gastronómicas que no han dejado de elevar su nivel. Algo que se ha podio ver en el Mundial celebrado en La Línea, en el que miles de visitantes pudieron degustar platos de 14 países, caso del pica pollo de Puerto Rico, cortes de carne argentina, arepas, frankfurt alemán, empanadas uruguayas, hamburguesas americanas, pizzas italianas o, entre otros, nuestras hamburguesas de cerdo ibérico, que ha ofrecido la food truck La Gata». Una diversidad que, «con la hamburguesa como bocado de referencia, camina cada día a una mayor especialización para, precisamente, diferenciarse».

No obstante, pese al boom vivido en la provincia hace unos años con «food trucks» tan emblemáticas como la tarifeña «Brilla Bombilla», de David Álvarez y Mario Carmona, o «Awita Taberna Ambulante», de Eduardo Pérez y su propuesta de «comida en andalú», ambas ya «aparcadas», lo cierto es que las «gastronetas» gaditanas se han vuelto algo más sedentarias.

Los "food trucks" ofrecen comida internacional
Los "food trucks" ofrecen comida internacionalLa Razón

Bodas y eventos

«Este mundo no es fácil, requiere de una forma de entender el negocio de la hostelería de una forma muy particular y sacrificada. De ahí que muchas ‘food trucks’ se hayan decantado por otra vía muy distinta a la nómada. Concretamente, ofreciéndose como atractivo de bodas y otros eventos».

Lo cierto es que las «food trucks», como apunta Antonio Salazar, «muchas veces son el origen de futuros y buenos restaurantes. Una especie de lanzadera que, a largo o medio plazo, hace que los cocineros cambien las cuatro ruedas por establecimientos al uso tras, en la mayoría de los casos, una experiencia muy positiva y con buena acogida por parte del público».

Inversión y limbo normativo

Aunque, como en botica, suele haber de todo, «la mayoría de los cocineros que se lanzan al mundo ‘food trucks’ suelen’ tener entre 30 y 45 años y un marcado carácter emprendedor. Personas que, en gran parte de los casos, las tienen como primer negocio».

«Hablamos», explica, «de inversiones que, en el caso de vehículos de segunda mano, van desde los 15.000 o 20.000 euros en adelante, depende el nivel de ‘food trucks’ que se quiera alcanzar».

A esta inversión se une el limbo en el que, «en cuestión de licencias», se mueve el sector. «Existe un limbo normativo que, a día de hoy, no ofrece una normativa específica que regule la actividad de las ‘food trucks’». «De hecho», aclara, «ellos suelen trabajar en base a lo que nosotros hacemos, que son los festivales. Nosotros regulamos esta actividad a través de festivales y en convenio con los ayuntamientos, que nos otorgan los premisos de manera general para ellos trabajar de forma concreta».

Se trata de una propuesta gastronómica nómada que se antoja una excelente alternativa para disfrutar de este verano y de la buena cocina de una forma muy diferente en la provincia gaditana.