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Semana Santa

¿Por qué ha subido más de un 35% el precio de los claveles?

La clásica flor española tiene que ser importada de países como Colombia, Turquía o Kenia

El paso de palio de la Macarena ya luce en la basílica con su clásica ornamentación floral blanca La Razón

El clavel es la flor más utilizada para vestir pasos de Semana Santa. El rojo representa la pasión y va vinculado al sufrimiento, al calvario de Jesucristo; al mismo tiempo otorga enorme vistosidad. En Andalucía, es raro ver una hermandad que no adorne sus imágenes e iglesias con claveles en esta época. Sin embargo, el precio se ha disparado por encima del un 35% con respecto al año pasado, aunque es cierto que toda la flor cortada ha subido de forma llamativa su coste. Se produce menos y se importa mucho más, sobre todo de países como Colombia, Turquía o incluso Kenia.

¿Qué factores han originado esta situación? El que más ha influido es que «hay mucha menos producción», explica José Luis García, responsable de la empresa Flores de Lebrija. Sin cofradías en las calles por el periodo de confinamiento y sin las tradicionales fiestas de primavera y verano, muchos productores se arruinaron durante la pandemia. «Ya prácticamente no quedan», enfatiza García.

«Es un cultivo muy laborioso, la inversión es muy grande y requiere mucha mano de obra», explica desde su explotación de margaritas, una flor que permite cierta mecanización y ahorro de costes. Se calcula, porque no hay datos actualizados a 2023, que las explotaciones dedicadas al clavel se ha reducido a la mitad desde 2020. Todo ello ha provocado que nos encontremos en un periodo de crecimiento casi exponencial de las importaciones, especialmente procedentes de Colombia, mayoritariamente, pero también de Turquía y Kenia. En Murcia y Galicia también se produce, pero ahora mismo «no hay suficiente clavel para cubrir la demanda de la Semana Santa». Eso sí, García recuerda que «la mayoría de quienes se dedican profesionalmente a vestir los pasos, los han comprado con antelación».

Así, el precio de compra directo en floristerías ha subido un 35%, por encima del que alcanza en la festividad de Todos los Santos, y con picos incluso superiores. Esta semana, una docena de claveles está a la venta por 8 euros en la capital hispalense. «Hoy tienen ese precio y mañana no valen nada. Es un producto perecedero. Han subido por la Semana Santa, pero el que tiene que comprar ya las tiene en su poder», recuerda.

Los costes de producción han subido muchísimo y la sequía provoca que «cada vez menos agricultores se dediquen a la flor cortada». «No nos queda más remedio que defender nuestro producto, porque nos jugamos las habichuelas», insiste. El sistema de comercialización de la flor cortada en general «deja mucho que desear». Los productores dejan las flores en consignación por un porcentaje de margen comercial a terceros. «El producto no es de ellos y fácilmente lo bajan de precio. El agricultor está vendido al cien por cien», señala.

Pese a los precios, este año se están vendiendo muchas flores, y a precios muy caros. Las empresas están batiendo récords de ventas, pero siempre con esa contradicción: en dos semanas las flores pierden el valor. Por ello, lo más importante es programar la plantación siempre que se pueda para que coincida la punta de producción con momentos de altos precios y lograr un precio medio adecuado. No es de extrañar, por tanto, que cualquiera de los pasos que procesionen por las calles de Sevilla lleven adornos florares cuantificados en más de 5.000 euros. Cifra que se puede elevar aún más en las hermandades que tienden a lo exótico.

El otro problema aparejado es la falta de relevo generacional. «El que no lo ve claro se quita de en medio», dice José Luis, consciente de primera maro de lo que cuesta levantar un negocio después de un periodo tan duro como la pandemia. Las ayudas de la Junta y del Gobierno fueron insuficientes para aquellos que tenían más tierras e inversión y, además, llegaron muy tarde. Con todo, el mayor problema que tienen los productores es la sequía. «Nos quita el sueño», reconoce, porque es muy probable que sus negocios no aguanten sin agua el año que viene. «Es una locura y no hay expectativa de lluvia», concluye.

La pasada campaña, el 56% de la superficie de flor cortada se localizó en Cádiz, seguida de Sevilla y Huelva, con el 17% y el 11%, respectivamente. El resto de provincias andaluzas representan menos del 6% cada una. En la campaña 2021/22, la producción de flor cortada ya disminuyó en un 10%. En la evolución de las últimas campañas destaca el descenso del 96% en la producción de flor cortada de la campaña 2019/20 como consecuencia del Covid. En 2020 el valor de la producción de flor cortada se redujo a 58 millones, frente a los 133 millones de 2019. En 2021, fueron 131 millones. Según datos oficiales, el precio del clavel en origen aumentó un 19% (14,4 euros cada 100 unidades) respecto a 2020 y el año pasado lo volvió a hacer un 14% hasta 16,5 euros. El 79% de la superficie andaluza de clavel se localiza en la provincia de Cádiz, seguida de Sevilla con el 17%. Almería, Córdoba y Málaga representaron menos del 2% de la superficie total de clavel andaluz cada provincia.

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