Cultura

CaixaForum Sevilla acoge la mayor exposición sobre la historia del tatuaje

"Tattoo. Arte bajo la piel" propone un viaje al singular universo del tatuaje desde una visión antropológica y analiza el resurgimiento de este fenómeno global

De izquierda a derecha: la directora del Área de Exposiciones y Colección de la Fundación ”la Caixa”, Isabel Salgado; el director general del Musée du Quai Branly, Jérôme Bastianelli; la comisaria y fundadora de la revista HEY! Modern Art & Pop Culture, Anne Richard, y el director de CaixaForum Sevilla, Moisés Roiz, han presentado en CaixaForum Sevilla la exposición "Tattoo. Arte bajo la piel"
De izquierda a derecha: la directora del Área de Exposiciones y Colección de la Fundación ”la Caixa”, Isabel Salgado; el director general del Musée du Quai Branly, Jérôme Bastianelli; la comisaria y fundadora de la revista HEY! Modern Art & Pop Culture, Anne Richard, y el director de CaixaForum Sevilla, Moisés Roiz, han presentado en CaixaForum Sevilla la exposición "Tattoo. Arte bajo la piel"La Razón

El tatuaje encierra una gran historia técnica y estética de más de 5.000 años, donde los tatuadores y los tatuados son sus portavoces diarios. Por primera vez en España, se podrá ver la mayor exposición histórica que ahonda en el tatuaje como gesto artístico y rinde homenaje a aquellos artistas que han hecho evolucionar el arte del tatuaje, pero cuyo papel nunca se ha reivindicado en los museos. La directora del Área de Exposiciones y Colección de la Fundación ”la Caixa”, Isabel Salgado; el director de CaixaForum Sevilla, Moisés Roiz; el director general del Musée du Quai Branly, Jérôme Bastianelli; y la comisaria y fundadora de la revista HEY! Modern Art & Pop Culture, Anne Richard; han presentado hoy en CaixaForum Sevilla la exposición "Tattoo. Arte bajo la piel". Producida y organizada por el Musée du Quai Branly - Jaques Chirac de París y la Fundación ”la Caixa”, presenta más de 240 piezas de todo el mundo entre pinturas, dibujos, libros, siliconas con tinta, herramientas para tatuar, máscaras, fotografías, sellos y nueve audiovisuales.

La muestra explora, desde un enfoque antropológico inédito, los distintos usos del tatuaje a lo largo de la historia y el papel social que desempeña esta práctica ancestral en las culturas del mundo: desde la represión a la reivindicación. Así, los visitantes viajarán a través del tatuaje por todos los continentes descubriendo sus orígenes, la evolución que han experimentado las técnicas y el modo en que conviven en sincretismo distintas corrientes vinculadas al arte del tatuaje, que es ya un fenómeno mundial.

En pleno boom del tatuaje, se calcula que el 12 % de los ciudadanos de Europa lleva, al menos, uno. No obstante, la fascinación por el tatuaje cuenta con una larga trayectoria: desde el impulso de la atracción de feria hasta la inmediatez de la cultura callejera, el tatuaje encarna el deseo de expresar a los demás no solo lo que somos, sino también lo que queremos ser, transformando así la piel en un particular lienzo.

Cuando el Musée du Quai Branly - Jacques Chirac inició su andadura con esta exposición en París en 2014, invitó a los tatuadores más eminentes del momento a realizar una obra sobre réplicas de silicona de distintas partes del cuerpo. Posteriormente, en cada etapa de su itinerancia por todo el mundo, la muestra se ha ido enriqueciendo con nuevas obras encargadas a tatuadores de distintas nacionalidades, desde tatuajes tradicionales hasta novedosas creaciones. ç

Entre las más de 240 piezas expuestas se incluyen 24 prototipos moldeados en un material experimental que reproducen de manera hiperrealista partes del cuerpo humano y que han sido tatuados por maestros del arte del tatuaje entre los que se encuentran los estadounidenses Kari Barba y Jack Rudy, el francés Tin-Tin, el japonés Horiyoshi III, el suizo Felix Leu, el neozelandés Mark Kopua, el inglés Xed LeHead, el danés Colin Dale y el polinesio Chimé. Para la exposición en los centros CaixaForum se han incluido cuatro piezas de reciente creación: las de los artistas Laura Juan (España), Jee Sayalero (España), Brian Gomes (Brasil) y Taku Oshima (Japón).

Un visitante de la exposiciones en el CaixaForum
Un visitante de la exposiciones en el CaixaForumLa Razón

Las cuatro piezas han sido encargadas expresamente para el tour de la muestra en los centros culturales de la Fundación ”la Caixa”, y se han podido ver anteriormente en las exposiciones de Madrid, Barcelona, Zaragoza y Valencia. Estas piezas de silicona constituyen un hito en la exposición, junto con objetos, dibujos, grabados y fotografías que muestran las prácticas antiguas del tatuaje en todos los continentes. Así, lo que originalmente fue una inscripción efímera en la epidermis de una determinada persona puede conservarse, estudiarse y ponerse en valor para dar a conocer la historia y la estética del tatuaje.

La exposición, con obras procedentes en su mayoría del Musée du Quai Branly - Jacques Chirac, también reúne un excepcional conjunto de piezas de una cincuentena de prestadores de países como Estados Unidos, Japón, Francia, Tailandia o Reino Unido. Entre las piezas expuestas, destacan elementos como una pluma eléctrica presentada por el inventor Thomas Edison en 1877 (y que fue el antecedente de la máquina de tatuar actual); un baúl para transportar las herramientas de los tatuadores ambulantes; un retrato en pintura acrílica de Artoria, una célebre artista del sideshow de la década de 1920; un álbum original de Rich-Mingins, editado por Henk Schiffmacher en 2011, con fotografías, postales y fragmentos de publicaciones periódicas relacionados con el tatuaje desde el siglo XIX; una flauta en forma de estatuilla del período tardío de la cultura maya con representaciones de tatuajes faciales; herramientas y utensilios para tatuar del siglo XIX provenientes de Indonesia, Birmania, Túnez, Argentina o Australia; y retratos de grupos con sus tatuajes identificativos, como por ejemplo la pandilla mara centroamericana o la mafia japonesa yakuza. También reconoce a artistas que preservan este arte milenario, como la tatuadora filipina Whang-od Oggay, de 106 años, considerada como la última maestra que utiliza el batok (tatuaje tradicional hecho a mano), o los maoríes de Nueva Zelanda, que practican el moko, el ‘arte de esculpir la piel’, símbolo de conciencia colectiva indígena.